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El tipo y origen de la grasa consumida determinan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares

Estas son las conclusiones del proyecto PREDIMED, un estudio clínico de intervención nutricional en pacientes de alto riesgo cardiovascular.

26/11/2015

El efecto del consumo de distintos tipos de grasa sobre la salud se ha situado en el punto de mira de investigadores y población en general. De hecho, a pesar de la creencia de que una dieta baja en grasa puede ser beneficiosa en la prevención de enfermedades, los resultados ...

El efecto del consumo de distintos tipos de grasa sobre la salud se ha situado en el punto de mira de investigadores y población en general. De hecho, a pesar de la creencia de que una dieta baja en grasa puede ser beneficiosa en la prevención de enfermedades, los resultados principales del estudio PREDIMED, publicados en 2013 en la revista científica The New England Journal of Medicine, demostraron que consumir una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva o frutos secos reducía el riesgo de enfermedades cardiovasculares hasta un 30% en una población de alto riesgo cardiovascular (diabéticos, con sobrepeso, hipertensión o el colesterol elevado, …).

Por ello, investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), del Instituto de Salud Carlos III, junto con otros centros participantes en el estudio PREDIMED, han dado un paso más y han evaluado cuáles son los tipos de grasas que se relacionan con más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y mortalidad. Además, han investigado el efecto de sustituir unas grasas dietéticas por otras sobre la enfermedad cardiovascular. El estudio, liderado por los doctores Marta Guasch-Ferré y Jordi Salas-Salvadó, investigador principal del CIBERobn y director de la Unidad de Nutrición Humana de la universidad Rovira i Virgili, y ambos miembros del instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV), han sido publicados en la revista científica The American Journal of Clinical Nutrition.

Los resultados más destacables demuestran que los participantes con un consumo más alto de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas tenían entre un 32 y un 50% menos riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares comparado con los participantes con un consumo más bajo de estas grasas. No obstante, los participantes con un consumo más alto de grasas saturadas y las denominadas trans (grasas que provienen, principalmente, de productos de origen animal y procesados, como la bollería industrial) tenían hasta un 30% más riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Finalmente, el estudio también demuestra que sustituir el consumo de grasas saturadas y poliinsaturadas (por ejemplo, consumir frutos secos en lugar de bollería industrial) es beneficioso en la prevención de enfermedades cardiovasculares y mortalidad.

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