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Una mutación genética sensibiliza ciertos tumores a la quimioterapia

Representa una nueva diana terapéutica en algunos cánceres, particularmente en un subtipo de cáncer de ovario.

17/06/2015

Las mutaciones en el gen ARID1a son comunes en muchos tipos de cáncer. En el carcinoma de células claras, un subtipo de cáncer de ovario, ARID1a es el gen más comúnmente mutado. También en los carcinomas hepatocelular y uterino endometroide, así como en el cáncer gástrico y de mama, la ...

Las mutaciones en el gen ARID1a son comunes en muchos tipos de cáncer. En el carcinoma de células claras, un subtipo de cáncer de ovario, ARID1a es el gen más comúnmente mutado. También en los carcinomas hepatocelular y uterino endometroide, así como en el cáncer gástrico y de mama, la frecuencia de mutaciones en este gen es elevada. ARID1a codifica una proteína componente del sistema que organiza la cromatina y es clave en la reparación de los daños en ésta, de manera que la pérdida de función de ese gen resulta en una disminuida capacidad de detectar y corregir el daño al ADN.

Una reparación subóptima resulta en que las células tumorales sean más sensibles a agentes terapéuticos dirigidos a otros componentes del mecanismo de reparación. En un estudio publicado en la revista Cancer Discovery, investigadores del MD Anderson Cancer Center reportan la existencia de mutaciones en ARID1a que aumentan la sensibilidad a los inhibidores de la vía de la poli-ADP-ribosa polimerasa (PARP), tales como olaparib o veliparib. En células tumorales deficientes en ARID1a, la eficiencia de estos fármacos mostró ser superior, lo que ha llevado a proponer un nuevo enfoque en el tratamiento de esos tumores mutantes. En líneas celulares y modelos animales con mutaciones o deficiencia en ARID1a se pudo demostrar una aumentada capacidad antitumoral de los inhibidores de PARP.

El hallazgo sitúa a ARID1a en un grupo de genes en el que también se incluyen BRCA1 y BRCA2, que confiere letalidad selectiva a los inhibidores de PARP cuando se encuentran mutados. Las mutaciones en este grupo pueden constituir una diana terapéutica, particularmente en el carcinoma de células claras, en el que el tratamiento estándar no es tan eficaz como en otros tipos de cáncer de ovario. El estudio subraya, además, la importancia de los estudios genómicos en la determinación de la dirección en la que deben moverse las terapias y en la identificación de tratamientos más precisos para cada individuo. Guang Peng, director del estudio, indica que no todas las mutaciones en ARID1a tienen el mismo valor y que es necesario identificar las regiones críticas para la reparación del ADN. De ahí que, en futuros trabajos, los investigadores planeen clasificar las mutaciones e identificar otras nuevas en genes de la misma vía.

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