Las barras electromagnéticas evitan que el niño tenga que pasar por el quirófano cada seis o nueve meses.
Tres de cada cien niños en edad escolar presentan escoliosis. Esta deformidad de la columna, típica de niños y adolescentes y de causa, en general, desconocida, puede generar tanto problemas físicos (asimetría del tronco, desequilibrio de la columna, repercusión cardiopulmonar, etc.), como psicológicos, al poder repercutir dicha deformidad de la ...
Tres de cada cien niños en edad escolar presentan escoliosis. Esta deformidad de la columna, típica de niños y adolescentes y de causa, en general, desconocida, puede generar tanto problemas físicos (asimetría del tronco, desequilibrio de la columna, repercusión cardiopulmonar, etc.), como psicológicos, al poder repercutir dicha deformidad de la espalda sobre la autoestima del niño.
Las barras de crecimiento electromagnético suponen un gran avance para el tratamiento de entre el 25 y el 30% de los casos de escoliosis en menores de 10 años. Esta tecnología representa un cambio importante, ya que requieren una sola intervención quirúrgica que sustituye a una técnica que obligaba al niño a pasar por el quirófano cada seis o nueve meses, lo que supone entre cinco y diez intervenciones hasta alcanzar la madurez. Por ello, el impacto positivo en la calidad de vida del paciente es inmediato, dados los riegos que implican las repetidas intervenciones quirúrgicas como, por ejemplo, la anestesia, las infecciones o los problemas de cicatrización, además del desgaste emocional.
Además de las ventajas que reporta a pacientes y familias, para la Administración sanitaria supone un ahorro notable corroborado por varios estudios científicos publicados en revistas de prestigio de índole médica. Esto es consecuencia de la eliminación de costes adicionales derivados de reintervenciones, como son la hospitalización, quirófano, materiales de uso quirúrgico, personal, cuidados especiales, etc.
Esta técnica, conocida como Magec, y distribuida en España y Portugal por la empresa especializada en alta tecnología sanitaria Acuña y Fombona, está indicada para niños menores de 10 años que requieren una intervención quirúrgica a consecuencia de la gravedad de la deformidad. A estas edades se desaconseja realizar una cirugía de fusión, al estar el paciente aún en fase de crecimiento. Se trata de una técnica segura y efectiva, que reduce significativamente el número de intervenciones quirúrgicas a las que tiene que someterse el paciente y por tanto mejora su calidad de vida1. Existen estudios que han constatado que cada intervención quirúrgica para alargar los tallos de crecimiento convencionales incrementa un 24% el riesgo de presentar una complicación2.
Tras implantar las barras, éstas se pueden controlar de manera remota mediante un potente imán exterior que activa un mecanismo que permite adaptar la longitud de las mismas al crecimiento del paciente durante los años que siguen a la operación. Con este sistema, la corrección es sencilla e indolora.