El papel inmunosupresor del gen Id1 podría convertirlo en una diana terapéutica en el melanoma y otros cánceres avanzados.
Investigadores de la Escuela Médica Weill Cornell han publicado en la revista Nature Communications el descubrimiento de una nueva actividad del gen Id1, previamente conocido por su participación en procesos angiogénicos durante el desarrollo embrionario y tumoral. Aunque su expresión durante el primero es un acontecimiento fisiológico, ésta también ocurre ...
Investigadores de la Escuela Médica Weill Cornell han publicado en la revista Nature Communications el descubrimiento de una nueva actividad del gen Id1, previamente conocido por su participación en procesos angiogénicos durante el desarrollo embrionario y tumoral. Aunque su expresión durante el primero es un acontecimiento fisiológico, ésta también ocurre en tumores y contribuye a su progresión. El estudio actual revela cómo Id1 secuestra una de las vías de desarrollo de las células del sistema inmunitario en la médula ósea, interfiriendo con las defensas del organismo. Los fármacos dirigidos a Id1 ofrecen el potencial de restaurar la función inmunitaria, opina David Lyden, director del estudio.
Su aseveración no carece de lógica, ya que un sistema inmunitario activo aumenta el número de opciones de tratamiento. Además, dado el aumento en la incidencia de muertes por cáncer metastásico avanzado, existe la necesidad imperiosa de entender el funcionamiento de los proceso inmunosupresores pro-metastásicos, como los impulsado por Id1. La activación de Id1 es secundaria a la producción de la citoquina TGF-beta por el tumor, la cual detiene el proceso de maduración de las células dendríticas en la médula ósea. Por su elevada capacidad de estimular la activación de los linfocitos T citotóxicos, estas células son críticas en la respuesta antitumoral. Otra consecuencia de la activación de Id1 es el inicio de una reacción en cadena que redirige la maduración de los precursores de las células inmunosupresoras, extinguiendo la capacidad del sistema inmunitario de organizar una defensa eficaz. Los investigadores validaron estas observaciones en pacientes con melanoma, en los que se pudieron demostrar elevados niveles de TGF-beta circulante y niveles elevados de expresión de Id1 en células mieloides de sangre periférica.
Las terapias dirigidas a neutralizar a Id1 podrían tener un efecto triple, reduciendo simultáneamente el potencial metastásico y la capacidad del tumor de formar nuevos vasos, y restableciendo la función inmunológica sistémica.