La Asociación Española de Pediatría (AEP) conmemora en 2024 su 75º aniversario. Y lo hace "con un rumbo renovado, para adaptarse a los nuevos tiempos y a las demandas de los 13.000 pediatras que forman parte del colectivo y de la familias y de la sociedad en su conjunto, con el decidido objetivo de seguir mejorando los cuidados de salud y garantizando la excelencia de la asistencia sanitaria a los niños y adolescentes españoles", según ha recalcado Luis Carlos Blesa, presidente de la AEP, durante un desayuno informativo celebrado este miércoles 24 de abril.

Blesa recalca que al cabo de estos 75 años, la entidad ha demostrado capacidad para adaptarse a los tiempos y a las necesidades que demanda la sociedad. "Está claro que la pediatría de hoy, el modelo pediátrico español que tanto ha costado construir, y que tan buenos resultados ha dado, es lo que es gracias a la visión, al empeño y al trabajo de los que nos antecedieron. Y aunque hoy pueda parecer lógico la asistencia pediátrica que tenemos, esta ha sido fruto de la dedicación de nuestros compañeros", pone en valor el presidente de la AEP.

Fue hace más de un siglo cuando un grupo de pediatras de Madrid decidieron asociarse. Más tarde lo hicieron los especialistas catalanes. Y en 1949 se unieron las distintas asociaciones de pediatrías regionales formar la Asociación de Pediatras Españoles, una sociedad que en los 70 pasaría a llamarse con su denominación actual.

Del pediatra de zona a la asistencia universal

Tras realizar un breve recorrido por historia de la asistencia pediátrica del último siglo, Luis Carlos Blesa ha querido destacar algunos de los hitos que ha vivido la AEP a lo largo de su historia. "En los años 60 fue cuando los niños empezaron a acudir a una figura que se empezó a conocer como el pediatra de zona. En esos años, el pediatra atendía a los hijos de todos los asegurados, pero no dependía de si había muchos o pocos niños, sino de los médicos de referencia de los asegurados. Si eran necesarias, las derivaciones se producían a los especialistas de adultos, pues no los había pediátricos", rememora.

"Y un cosa que nos puede parecer anecdótica, y sin embargo, así era", prosigue Blesa. Se refiere el especialista al hecho de que "hasta los años 80, la asistencia pediátrica era universal solo hasta los 7 años". "No fue hasta finales de los 90 cuando a todos los niños y adolescentes españoles hasta los 14 años se les garantizó la atención pediátrica", comenta.

También un hito importante que subraya el experto es la configuración de un documento de salud infantil, una cartilla. Como ha indicado, la AEP consiguió que se implantara en los 80 en todas las comunidades autónomas. Además, hasta finales de los 60 no se configuraron los primeros hospitales infantiles. "El Vall d´ Hebron, en 1967, fue el primer centro de exclusiva competencia pediátrica. En relación a ese mayor desarrollo de los hospitales pediátricas, fue en los 70-80 y hasta la actualidad, cuando se han ido fomentando lo que hoy representan 23 sociedades de especialidades pediátricas. Porque está claro que los niños también necesitan sus propios especialistas pediátricos", detalla Blesa.

En cuanto al futuro, en opinión del presidente de la AEP, "todavía tenemos que demostrar mucho para que a la sociedad le parezcan obvias e irrenunciables las medidas que plantémoos y reclamamos, como la vigencia, la potenciación y la defensa de nuestro modelo pediátrico español, en el cual el niño y el adolescente siempre es atendido por un profesional pediátrico, ya sea en AP como en atención hospitalaria". Y desde luego, recalca, "exigimos el reconocimiento oficial de las especialidades pediátricas, porque trabajan como tal, pero no existe un reconocimiento a su formación ni a su capacitación profesional".

Los pediatras tienen motivos de preocupación, tal y como advierte el especialista. "Atravesamos dificultades en el modelo pediátrico español dentro de la asistencia en general, y especialmente en el marco de la Atención Primaria. Hay una cierta escasez de recursos, un uso inadecuado de los servicios, y llevamos un desgaste acumulado por la sobrecarga asistencial". Asimismo, quiere remarcar una vez más "el papel crítico de la AP, y dentro de ella, del que desarrollamos los profesionales que ejercemos la pediatría en ese nivel asistencial". Y es más, también el reconocimiento a las especialidades pediátricas, pues "hacen su labor como especialistas pediátricas, pero no puede ser que todavía no exista un reconocimiento oficial a sus necesidades de formación específicas y a su capacitación para ejercer la profesión".

Para terminar en el encuentro, Dolors Canadell, presidenta de la Fundación de la AEP, se ha referido a la inauguración de las instalaciones de la Academia, un nuevo espacio para la formación médica continuada en pediatría dotado con la última tecnología para eventos virtuales y presenciales, plató de grabación y salas de reuniones con capacidad de hasta 120 personas. "La formación de calidad para nosotros es fundamental, y la Academia representa un hito en esta formación, pues materializa uno de los fines de la Fundación y de la AEP", remacha Canadell.