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Un fármaco neuroprotector experimental reduce el deterioro cognitivo en un modelo de alcoholismo

Los resultados de un estudio señalan a la vía de señalización STING como prometedora diana terapéutica en el desorden de abuso de alcohol.   

22/04/2024

Científicos de la Universidad Sun-Yat Sen han demostrado que la dosificación intraperitoneal de C-176, un inhibidor de la vía de señalización STING, revierte el declive cognitivo asociado al uso crónico de alcohol. En un modelo animal, los ratones tratados puntuaron mejor en diversos tests relacionados con la memoria, en un ...

Científicos de la Universidad Sun-Yat Sen han demostrado que la dosificación intraperitoneal de C-176, un inhibidor de la vía de señalización STING, revierte el declive cognitivo asociado al uso crónico de alcohol. En un modelo animal, los ratones tratados puntuaron mejor en diversos tests relacionados con la memoria, en un efecto que fue acompañado por reducciones en la expresión de múltiples genes proinflamatorios y proapoptóticos en el córtex prefrontal medial. Ying Peng, director del estudio, afirma que esta región cerebral es responsable de la memoria espacial y especialmente susceptible al daño por consumo excesivo de alcohol. En observaciones previas los investigadores habían constatado que los pacientes con este desorden de abuso presentan un mayor nivel de ADN mitocondrial circulante, en comparación con individuos sanos.

Dado que el daño al ADN es el principal mecanismo de neurotoxicidad causada por el alcohol, los científicos examinaron en el modelo animal la vía de señalización STING, la cual es activada por el ADN fragmentado. En estos experimentos se constató que el alcohol promueve la activación de STING, específicamente en la microglía y en las neuronas del córtex prefrontal medial, ocasionando los efectos deletéreos celulares que conducen a las deficiencias cognitivas. Peng señala que la relevancia de esta vía fue puesta de manifiesto mediante el uso de un fármaco activador de STING, lo que resultó en una exacerbación de la inflamación y de la apoptosis en los ratones alcoholizados. Los resultados del actual estudio son consistentes con los de otro previo en un modelo de Parkinson, en el que C-176 ya había mostrado actividad neuroprotectora.

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