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Un fármaco experimental mejora la patología celular y la cognición en un modelo de demencia vascular

Su actividad pone en relieve el potencial de la quinasa SPAK como diana terapéutica en la protección de la función cognitiva. 

28/03/2024

Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que el recientemente desarrollado ZT-1a, fármaco inhibidor de la quinasa SPAK, atenúa la astrogliosis reactiva y la degeneración de los oligodendrocitos en animales con pérdida de función cognitiva causada por estenosis de las carótidas, circunstancia que reproduce los síntomas observados en la demencia ...

Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que el recientemente desarrollado ZT-1a, fármaco inhibidor de la quinasa SPAK, atenúa la astrogliosis reactiva y la degeneración de los oligodendrocitos en animales con pérdida de función cognitiva causada por estenosis de las carótidas, circunstancia que reproduce los síntomas observados en la demencia vascular humana. La administración intraperitoneal de ZT-1a cada 3 días mejoró la memoria espacial y el aprendizaje, sin alterar la actividad locomotora. En el examen de diversos tractos nerviosos en ambos hemisferios cerebrales, los científicos constataron una disminuida pérdida de la proteína básica de la mielina y mayor integridad de la materia blanca.

Mohammad Iqbal Bhuiyan, investigador de la Universidad de Pittsburgh y codirector del estudio, afirma que la reducción de la astrogliosis inducida por ZT-1a es consecuencia de la actividad inhibidora del fármaco sobre la expresión y fosforilación del cotransportador iónico NKCC1, dando lugar a todos los demás beneficios terapéuticos observados. La función de NKCC1 está fuertemente regulada por SPAK, encontrándose ambas proteínas ampliamente expresadas tanto en la glía como en las neuronas, en todo el sistema nervios central, asegura Bhuiyan. El científico señala que el régimen de dosificación de ZT-1a ha sido seleccionado de un estudio previo, en el que el fármaco, administrado en una única dosis a las 24 horas de un ictus isquémico experimental, mantuvo su eficacia hasta 7 días después. En este modelo, tanto ZT-1a como algunos de sus derivados sintéticos protegieron la materia blanca y la gris, lo que les asigna un elevado potencial terapéutico en el tratamiento de enfermedades cerebrovasculares.

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