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Identifican un ´interruptor´ genético que puede controlar la ansiedad

Un paso crucial en la comprensión de la ansiedad pasa por comprender áreas del ADN humano que desempeña un papel crucial en su control.

07/03/2024

Tras la pandemia de la COVID-19 la ansiedad entre la población se ha disparado y hasta 1 de cada 5 personas experimenta esta afección parte o todo el tiempo. Por otra parte, hay constancia de que un tercio de los pacientes que toman ansiolíticos no experimentan una remisión sostenida de ...

Tras la pandemia de la COVID-19 la ansiedad entre la población se ha disparado y hasta 1 de cada 5 personas experimenta esta afección parte o todo el tiempo. Por otra parte, hay constancia de que un tercio de los pacientes que toman ansiolíticos no experimentan una remisión sostenida de la ansiedad.

En este contexto, investigadores de la Universidad de Aberdeen de Escocia (Reino Unido) ha identificado un área del ADN en el genoma humano que desempeña un papel en el control de la ansiedad. Los resultados de la investigación, dirigida por el profesor Alasdair Mackenzie, fueron publicados en ´Molecular Psychiatry´. "Sabemos que el 95 por ciento de las diferencias genéticas asociadas con la enfermedad se encuentran fuera de los genes que codifican proteínas. Esta parte del genoma, conocida como "genoma no codificante", no ha sido bien explorada porque anteriormente carecíamos de las herramientas para hacerlo", indicó el prof. Mackenzie.

Dicho genoma no codificante contiene información en forma de interruptores genéticos que indican a los genes dónde y cuándo activarse. "Esto es importante ya que los genes deben activarse en las células adecuadas y en el momento adecuado para garantizar una buena salud y, cuando no se activan correctamente, pueden contribuir a enfermedades como la ansiedad, la depresión y la adicción. Estas áreas del genoma no codificante son las que estudiamos en nuestro laboratorio", agregó dicho experto.

Interruptores de la ansiedad

El equipo investigador sostiene que muchos de estos interruptores se han mantenido prácticamente sin cambios o se han conservado durante cientos de millones de años y se pueden encontrar tanto en humanos como en ratones. "Nuestro enfoque único es utilizar CRISPR para eliminar estos interruptores ´conservados´ de ratones y luego estudiar su papel en el estado de ánimo, la ingesta de alimentos y la preferencia por el alcohol", informó el prof. Mackenzie.

Utilizando la tecnología CRISPR para eliminar áreas específicas del genoma, el equipo se centró en un potenciador llamado BE5.1, que controla el conocido gen BDNF, aumentando así los niveles de ansiedad en las mujeres. Esto sugiere que BE5.1 es una parte clave de la compleja maquinaria genómica del cerebro que modula la ansiedad.

El equipo de Aberdeen espera que una más amplia investigación sobre este cambio pueda ayudar a mejorar la vida de los pacientes con ansiedad mediante la identificación de un nuevo objetivo farmacológico.

"Para comprender la base de las enfermedades humanas complejas, que incluyen enfermedades mentales y otras afecciones como la obesidad, la depresión y la adicción, es igualmente importante comprender los mecanismos que aseguran la producción adecuada de proteínas en las células adecuadas, así como comprender las proteínas mismas. Esto sólo se logrará si comprendemos mejor el genoma no codificante en la salud y la enfermedad y la función y el papel de los miles de enigmáticos interruptores genéticos que acechan en sus profundidades", indicó, por su parte, el Dr. Andrew McEwan, primer autor del estudio.

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