En la jornada ´Anosmia: vivir sin olfato´, organizada por el Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) en colaboración con la Asociación Española de la Anosmia, diferentes profesionales médicos y personas con anosmia han analizado cómo es la vida sin el sentido del olfato.

La pérdida del sentido del olfato o anosmia acarrea consecuencias físicas y psicológicas, que pueden llevar al aislamiento de una persona. El miedo al propio olor corporal, unido a la dificultad para disfrutar de una comida en grupo o cómo repercute en la salud sexual de la persona son algunos de los motivos. A los que hay que sumar la incomprensión por el resto de la sociedad. A pesar de todo, la anosmia no está reconocida oficialmente como una enfermedad discapacitante.

La jornada ha contado con las aportaciones del presidente de la Asociación Española de Anosmia, Rubén Ruiz; el médico especialista en otorrinolaringología, Juan Manuel Maza; el psicoterapeuta Santiago Lanzuela, y los testimonios de María Jesús Fernández, Carolina Ortega y Silvia Rodríguez, esta última, persona con anosmia de nacimiento.

Entre otras cuestiones, se ha hablado de la reversibilidad de la anosmia, una de las preocupaciones de los asistentes. Según ha explicado el doctor Maza, "la anosmia se puede revertir, aunque no siempre es posible en todos los casos". No obstante, siempre mejorará si se hace un entrenamiento olfativo. Dicho entrenamiento consiste en dos sesiones diarias de cinco minutos cada una, utilizando de cuatro a seis olores y por un periodo mínimo de 12 meses como terapia óptima.

Durante su intervención, el doctor Maza ha explicado que todas las personas pierden capacidad olfativa con la edad. Las causas neurodegenerativas, las inflamatorias, el uso de medicamentos y los virus aglutinan el 80 por ciento de los casos de anosmia en la actualidad.

Además, el médico otorrinolaringólogo asegura que la pérdida del olfato puede afectar a la vida social, laboral, sexual e incluso la memoria de la persona que la tiene. "Las células que envían la señal eléctrica desde el bulbo olfatorio al cerebro pasan por el hipotálamo y la amígdala, por eso el olfato es tan importante para el recuerdo", ha declarado.

Por su parte, Santiago Lanzuela asegura que una de las principales dificultades de las personas con anosmia es el miedo a la percepción que los demás puedan tener de ellas afecta negativamente a su autoestima ya que se recorta el ocio, se reducen las relaciones con otras personas y, a la larga, pueden generar ansiedad y depresión.

Uno de los testimonios, Carolina Ortega, que lleva sin olfato cerca de 18 años, asegura que "ya casi se ha acostumbrado", aunque al principio fue duro tener que lidiar con la incomprensión. "Hubo un médico que me dijo que había gastado el olfato de tanto usarlo", relata.