Un equipo interdisciplinario estadounidense ha establecido que la cuantificación de la tortuosidad vascular de los nódulos del cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) ofrece valor clínico, tanto en la predicción de la supervivencia global como en la de respuesta a los inhibidores de los check-points inmunológicos. En el análisis de ...
Un equipo interdisciplinario estadounidense ha establecido que la cuantificación de la tortuosidad vascular de los nódulos del cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) ofrece valor clínico, tanto en la predicción de la supervivencia global como en la de respuesta a los inhibidores de los check-points inmunológicos. En el análisis de tomografías computarizadas de 162 pacientes, antes y después de recibir 2 o 3 ciclos de inmunoterapia con agentes anti-PD-1/PD-L1, los investigadores constataron que parámetros como la curvatura, tortuosidad, ramificación y distribución de ángulos obtusos y agudos, estratifican a los pacientes en grupos de alto y bajo riesgo. Los índices derivados de este conjunto de parámetros mostraron tener valor pronóstico en 3 conjuntos de datos independientes. En los respondedores a la inmunoterapia la curvatura y grado de torsión de los vasos se redujo, mientras que en los no respondedores se observó el efecto opuesto, con una acentuación de esta morfología. La diferenciación entre estos dos grupos de pacientes fue recapitulada por la distribución de ángulos obtusos y agudos. Los índices también mostraron asociación con el grado de activación de las vías de señalización de Wnt, FGF, un factor angiogénico y la morfogénesis vascular.
Mohammadhadi Khorrami, investigador de la Universidad de Emory y primer autor del estudio, afirma que el biomarcador formado por estos índices presenta correlaciones a nivel genómico, molecular y celular, lo que justificaría su uso como herramienta de selección de la terapia. En efecto, aunque la inmunoterapia suele ser la primera línea de tratamiento en el CPNM, sólo el 30% de los pacientes que la reciben responden apropiadamente, con el consiguiente impacto sobre los costes sanitarios, incluyendo los derivados de la toxicidad de estos agentes.