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Nuevas pistas sobre cómo el VIH-1 evade el sistema inmunitario

La expresión de la proteína viral Vpu es esencial para permitir que las células infectadas evadan el mecanismo de eliminación conocido como citotoxicidad mediada por células dependientes de anticuerpos.

09/11/2022

El tipo de virus utilizado como modelo para estudiar la eficacia de los anticuerpos no neutralizantes contra el virus responsable del sida tiene un papel crucial, según un nuevo estudio dirigido por Andrés Finzi, profesor de la Universidad de Montreal (Canadá) e investigador del Centro de Investigación CHUM, publicado en ...

El tipo de virus utilizado como modelo para estudiar la eficacia de los anticuerpos no neutralizantes contra el virus responsable del sida tiene un papel crucial, según un nuevo estudio dirigido por Andrés Finzi, profesor de la Universidad de Montreal (Canadá) e investigador del Centro de Investigación CHUM, publicado en la revista ´Cell Reports´.

El estudio demuestra por primera vez en ratones humanizados que la expresión de la proteína viral Vpu es esencial para permitir que las células infectadas evadan el mecanismo de eliminación conocido como citotoxicidad mediada por células dependientes de anticuerpos (ADCC).

Entre otras cosas, este mecanismo, bien documentado en la literatura científica, es utilizado por los anticuerpos no neutralizantes para deshacerse de las células infectadas por el virus.

Para desarrollar una vacuna contra el virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH-1, muchos laboratorios estudian la generación de esta misma categoría de anticuerpos para prevenir la infección.

En la actualidad, millones de personas viven con el VIH-1 y tienen anticuerpos no neutralizantes y sin embargo la enfermedad aún no ha sido erradicada. El enigma de por qué si los anticuerpos son tan eficaces no parecen funcionar fue lo que despertó la curiosidad de la estudiante de doctorado de la UdeM Jérémie Prévost, primera autora del estudio y miembro del equipo de Finzi, autor principal del estudio y titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Entrada de Retrovirus.

"Observamos que el virus VIH-1 modificado utilizado en ciertos experimentos de laboratorio no expresa la Vpu --apunta Finzi--. Sin embargo, en el virus natural, esta proteína desempeña en realidad el papel de guardaespaldas de la célula infectada. Una vez expresada, le permite replicarse y le ayuda a protegerse pasando por debajo del radar del sistema inmunitario".

De hecho, el estudio dirigido por Prévost demuestra que, al expresar la proteína Vpu en las células infectadas, los anticuerpos no neutralizantes tienen muchas más dificultades para reconocer estas células in vivo. Estas últimas evaden así la respuesta ADCC.

Los experimentos realizados en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale (Estados Unidos) por Priti Kumar, colaborador de Finzi, en ratones humanizados que recibieron anticuerpos no neutralizantes confirmaron esta observación. Sólo los animales infectados por un virus en el que no se expresaba la Vpu vieron disminuir su carga viral, en contraste con los infectados por un virus natural.

Esta observación se hace eco de trabajos de investigación anteriores realizados por el equipo. Así, en 2013, el equipo de Andrés Finzi ya había demostrado que las células infectadas están protegidas de la respuesta ADCC porque la envoltura viral permanece cerrada bajo el efecto de Vpu y la proteína Nef, un segundo guardaespaldas. Totalmente protegida, la célula infectada no puede ser encontrada por los anticuerpos en las proximidades.

"En el laboratorio, si la Vpu no se expresa en el virus que se utiliza, la envoltura de la célula infectada se abrirá --explica Finzi--. Sin protección, será atacada por los anticuerpos. Esto explica probablemente algunos resultados sorprendentes registrados con anticuerpos no neutralizantes. En la vida real, el VIH está siempre en guardia gracias a sus dos guardaespaldas, Vpu y Nef".

El investigador y su equipo creen que la valiosa información aportada por este estudio debería tenerse en cuenta en el desarrollo de futuras vacunas contra el VIH-1 y en las estrategias de erradicación del virus.

Según la Organización Mundial de la Salud, a finales de 2021 más de 38 millones de personas vivían con el virus que causa el sida.

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