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Estudio SECURE: la polipíldora como prevención secundaria en población de riesgo reduce en más del 30% la mortalidad cardiovascular

El Congreso de la Salud Cardiovascular ha reunido a varios expertos que han desarrollado algunas de las principales novedades en la práctica clínica en cardiología

21/10/2022

Siguiendo con la innovación, el Congreso de la Salud Cardiovascular SEC22 ha reunido en un simposio celebrado este viernes 21 de octubre a varios expertos que han desarrollado algunas de las principales novedades en la práctica clínica en distintas áreas de la especialidad. Desde el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés, ...

Siguiendo con la innovación, el Congreso de la Salud Cardiovascular SEC22 ha reunido en un simposio celebrado este viernes 21 de octubre a varios expertos que han desarrollado algunas de las principales novedades en la práctica clínica en distintas áreas de la especialidad.

Desde el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés, Alberto Esteban Fernández, afirma que el algoritmo de inicio del tratamiento farmacológico e insuficiencia cardiaca es una cuestión que en su opinión no está resuelta. "Se necesitan más datos, dado que los pacientes no están siempre representados en los estudios", indica. Esta es la razón por la que la doctora Inés Gómez de Santiago y él mismo se plantearon dar una respuesta desde la parte clínica para saber cuál es la mejor forma de iniciar y titular los fármacos con beneficio pronóstico en pacientes con IC de nuevo diagnóstico. De ahí nació el registro TIDY-HF, "un estudio prospectivo multicéntrico en el que participaron 32 centros españoles y se llegaron a reclutar 532 pacientes. Con lo cual, es un éxito de las unidades de cardiología en nuestro país". Estaban cree que tendrá impacto en la práctica clínica.

En el registro se incluyeron a pacientes con nuevo diagnóstico, y según detalla el especialista, había un mes máximo de tiempo desde que el eco diagnosticaba la IC hasta que tenía la visita basal.

En cuanto a los datos preliminares, todavía pendientes de publicación, determinan que más o menos el 97% de los pacientes empiezan con un inhibidor del eje y eso se mantenía durante el tiempo de la titulación. "No había grandes diferencias en cuanto al a implementación de estos inhibidores", añaden.

Por otro lado, detectaron, como cosa tradicional en cardiología, altas tasas de betabloqueante (casi el 98% en el tratamiento de inicio). Además, prosigue el cardiólogo, "llama la atención como casi el 80% empezaba con ARM y llegaba hasta el 86% a los tres meses. Y lo mismo con el ISGLT2, el último en llegar, que pasaba del 76 al 91%".

A su modo de ver, "esto es muy positivo y refleja lo bien que se hacen las cosas en las unidades de insuficiencia cardiaca cuando nos adscribimos bien a los fármacos, a los estudios y a las guías".

Estudio SECURE

Por su parte, José Mª Castellano Vázquez, director del departamento de investigación cardiovascular y programa de prevención del riesgo y salud cardiovascular del Hospital HM Rosaleda, expone la importancia de la adherencia terapéutica en prevención secundaria, presentando con tal fin los resultados del Estudio SECURE. Este ensayo clínico elaborado entre varios institutos de investigación, médicos, universidades e industria farmacéutica en 7 países europeos, busca demostrar los beneficios clínicos en prevención secundaria de una polipíldora compuesta por una dosis fija de aspirina, atorvastatina y ramipril en una población de elevado riesgo cardiovascular.

Así, avanza Castellano, "siguió a 2.500 pacientes de una media de 75 años durante tres años, un grupo que representa la variedad étnica de la población europea, para analizar la evolución de riesgo de muerte por causas cardiovasculares, infarto de miocardio no mortal, ictus o revascularización urgente". Teniendo en cuenta estos cuatro factores, la disminución fue del 24%; respecto a la mortalidad cardiovascular, la cifra se elevó hasta el 33%.

Sin embargo, hicieron varios estudios estadísticos paralelamente que confirmaron que, básicamente, estos pacientes mueren por cáncer. Y es que, incide, "si eres capaz de reducir en una población de tan alto riesgo un 33% de mortalidad cardiovascular, hay un riesgo competitivo entre cardiología y oncología". Por lo tanto, "los pacientes que no mueren por causas cardiovasculares terminan falleciendo por las oncológicas".

Genética y miocardiopatía dilatada

A continuación, Pablo García-Pavía, especialista del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda cuenta las aportaciones de la genética en la miocardiopatía dilatada no isquémica. Poniendo en contexto su presentación, remarca que la genómica ha venido para quedarse. "El mes pasado Illumina, una de las compañías más importantes de secuenciadores genéticos, comunicó que disponía de un secuenciador nuevo que podía hacer el genoma completo por menos de 200 dólares. Cuando se secuenció por primera vez, los investigadores tardaron 13 años en completarlo a un 85% y costó 2.700 millones de dólares".

Pero, ¿qué puede hacer la genómica por un paciente con miocardiopatía dilatada no isquémica en 2022? En su opinión, muchas cosas.

En primer lugar, establecer un diagnóstico más preciso. "Se trata de una enfermedad que puede ser de causa genética. Si es el caso, es posible que las alteraciones afecten a genes que codifican a más de 40 proteínas diferentes, además situadas en distintos sitios de la célula. Igualmente, el curso clínico de la enfermedad, incluso las terapias y el manejo clínico que podemos hacer, es completamente diferente. Eso es lo que estamos empezando a aprender".

En segundo lugar, indica que permite hacer una evaluación familiar y brindar consejo genético. "Hasta hace poco para no transmitir la alteración genética a sus hijos, la opción de estos pacientes era la de adoptar o la de no tener descendencia. Pero gracias a la genética, ahora existen alternativas y métodos financiados por la Seguridad Social para no transmitir alteraciones como la miocardiopatía dilatada".

Además, cree que es muy posible que la genética permita prevenir la enfermedad. "Hay algunos datos en animales en los que vemos que si administramos un IECA o ARA II en estos ratones transgénicos antes de que desarrollen la patología, resulta que retrasamos su aparición y el pronóstico es mejor". "Esto lo queremos probar, y lo estamos haciendo, en portadores genéticos", agrega.

Lo que el especialista tiene claro es que "va a cambiar la práctica clínica en nuestro día a día los próximos años".

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