Gemma Ochando es pediatra especialista en psiquiatría de la infancia y adolescencia. Ha ejercido en la Unidad de Salud Mental Infantil del Hospital Universitario La Fe (Valencia) y actualmente trabaja en la Unidad del Niño Internacional del Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia) y es miembro de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (SPI-AEP). Asimismo, en la actividad privada ejerce como gerente en la Unidad de Salud Mental Infantil del Hospital Casa de Salud de Valencia. "La psiquiatría de la infancia y adolescencia es una especialidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de los desórdenes del pensamiento, las emociones y del comportamiento que afectan a los niños, niñas, adolescentes y sus familias".

Desde hace aproximadamente 20 años, se ha ido detectando una incidencia elevada de problemas mentales en niños y adolescentes adoptados y acogidos (en familias y en centros de menores). De ahí la creación de este tipo de unidades que son pioneras, pues realizan un abordaje integral. "En esta consulta atendemos tanto a niños adoptados recientemente como a aquellos que presentan dificultades posteriores. La tarea preventiva en este sentido es fundamental al tener la posibilidad de valorar y atender las necesidades específicas de estos niños desde su llegada, así como la formación a padres para el establecimiento de un vínculo adecuado con sus hijos y la superación de la herida generada por el abandono".

No hay que olvidar que las circunstancias vividas por estos niños (gestaciones no controladas, exposición prenatal a tóxicos, abandono, carencia afectiva e institucionalización prolongada), entre otros condicionan la mayor incidencia de determinados trastornos mentales y su complejidad. "Recientemente, el Ministerio de Sanidad ha reconocido oficialmente la especialidad de psiquiatría de la infancia y adolescencia, lo que supone un gran avance en la formación de los futuros médicos". Esto, a su vez, favorece el diagnóstico y tratamiento óptimo de la patología mental. "Durante la pandemia, expertos en psiquiatría y psicología de la infancia y adolescencia alertaron de que uno de cada cuatro niños que han sufrido aislamiento por el Covid-19 presentaban síntomas depresivos y ansiedad. Además, se incrementó la violencia sobre menores, los abusos y se disparó el consumo de pantallas en niños y jóvenes". Todo ello explica el aumento de los ingresos hospitalarios en menores de 15 años por síntomas como ansiedad, depresión, obsesiones e intentos de suicidio. Y esto no es baladí si tenemos en cuenta que los trastornos mentales de la edad adulta se desarrollan antes de los 18 años. "Estos datos evidencian la importancia de atender la salud mental en niños y adolescentes", advierte la miembro de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española de Pediatría (SPI-AEP) para luego añadir: "La tarea preventiva es fundamental si queremos favorecer la salud mental de la sociedad en general".

Los retos de la especialidad se basan en reforzar la coordinación entre Atención Primaria y salud mental, mejorar la accesibilidad, potenciar la telemedicina y facilitar la incorporación de psicólogos en los centros de salud. A esto, Gemma Ochando añade la necesidad de poner en marcha programas de promoción de la salud mental, colaborar en la formación de profesores de centros educativos para la detección de patología mental como la depresión, la ansiedad y la prevención del suicidio, establecer programas de cribado y detección temprana, y aumentar el número de especialistas en psiquiatría de niños y adolescentes.