El asma es una afección pulmonar común que causa, entre otros síntomas, tos, sibilancias o dificultad para respirar. La prevención y control de este tipo de síntomas se suele realizar mediante el uso regular de un inhalador de corticosteroides. Además, pueden usar inhaladores de rescate o ´SABA´ (beta-agonista de acción corta) para aliviar rápidamente los síntomas cuando resulta necesario.

Sin embargo, una investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad Queen Mary de Londres han descubierto que más de una cuarta parte de los pacientes con asma usan en exceso los inhaladores destinados al alivio rápido de los síntomas.

Tal como se indica en el estudio, el uso excesivo de estos inhaladores está relacionado con un mayor riesgo de ingresos hospitalarios y ataques de asma graves. También se halló que la prescripción varía entre las prácticas de los médicos de cabecera, registrándose, en algunos casos, prescripciones excesivas de inhaladores de rescate al 6 % de sus pacientes con asma y algunas hasta al 60 %. Es por ello que se recomendó la vigilancia electrónica de la prescripción en Atención Primaria.

Los investigadores analizaron más de 700.000 registros anónimos de pacientes en 117 prácticas de médicos de cabecera en el este de Londres. Descubrieron que al 26% de los pacientes con asma se les había recetado inhaladores SABA en exceso. De este grupo, una cuarta parte de ellos también estaban infrautilizando los inhaladores preventivos (corticosteroides), lo que generó preocupaciones sobre la prevención inadecuada en un grupo de personas con un grado de asma significativo.

"Trabajar con los pacientes para mejorar el uso regular de inhaladores preventivos debería ser fundamental para reducir los ingresos hospitalarios relacionados con esta patología. Todavía hay mucho margen de mejora: calculamos que apoyar a los pacientes que usan más de 12 inhaladores SABA por año para reducir su uso a 4-12 podría resultar en un 70 % menos de ingresos hospitalarios relacionados con el asma en ese grupo", según expuso la Dra. Anna De Simoni, autora principal y médico de cabecera y profesora clínica de atención primaria en la Universidad Queen Mary de Londres.

Los autores del trabajo, publicado en el ´British Journal of General Practitioners´ consideran, asimismo, que existe la necesidad de proporcionar a los médicos de cabecera y farmacéuticos las herramientas adecuadas para ayudar a los pacientes en esta tarea. "En la próxima fase de este programa de investigación, planeamos proporcionar prácticas con herramientas para apoyar la identificación y el manejo de pacientes de alto riesgo en función de los registros de prescripción", concluyó la Dra. De Simoni.