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Es preciso potenciar más la participación de la población en cribados del cáncer que han demostrado eficacia

Entre las habilidades indispensables que se le presentan al médico de Atención Primaria se encuentra, sin duda, el manejo del paciente oncológico, desde la prevención hasta el apoyo en las últimas fases de la enfermedad son varias las etapas para las que el facultativo ha de estar preparado, con pautas a seguir según fueron expuestas en la edición de este año del Congreso de la SEMG.

10/06/2022

En el marco del XXVIII Congreso de Medicina General y de Familia que se celebra estos días en Bilbao, se celebró una sesión sobre "Actualización en Habilidades Indispensables en Atención Primaria", en el que se abordaron aspectos de sumo interés para el médico de A.P. como es el del cribado ...

En el marco del XXVIII Congreso de Medicina General y de Familia que se celebra estos días en Bilbao, se celebró una sesión sobre "Actualización en Habilidades Indispensables en Atención Primaria", en el que se abordaron aspectos de sumo interés para el médico de A.P. como es el del cribado del cáncer, a cargo de la Dra. Fátima Santolaya Sardinero, miembro del Grupo de Cuidados paliativos-Oncología de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

La experta recordó, en primer lugar, que el cáncer es un grave problema de salud pública que se dispara a partir de los 65 años. Como expuso, los tumores más frecuentes diagnosticados en el mundo, situándose a la cabeza el de mama, con un 11,7%, pulmón, 11,4%, colorrectal, 10%, próstata, 7,3%, estómago, 5,6%, hígado, 4,7%, cuello uterino, 3,1%, esófago, 3,1%, tiroides, 3%, vejiga, 3%, linfoma no hodgkin, 2,8%, pancreas, 2,6%, leucemia, 2,5%, riñón, 2,2%, y útero, 2,2%.

En relación con el diagnóstico precoz, se dispone de las principales herramientas como son los programas de cribado establecidos tienen como objetivo: reducir la morbilidad y la mortalidad prematura por cáncer, detectar precozmente casos en pacientes asintomáticos, mejorar el pronóstico y disminuir desigualdades sociales, además que dichos programas sean accesibles y se puedan realizar en condiciones normales.

Sin embargo, como lamentó, "la participación en los cribados del cáncer sigue siendo baja". Es por ello que como subrayó, "hay que sensibilizar tanto a ciudadanos como a los profesionales para obtener una mayor participación en los cribados, sobre todo en los que tienen demostrada su eficacia en términos de impacto de salud". En este sentido, se refirió a los cribados de mama, colorrectal y cérvix". En concreto, según datos aportados por la Dra. Santolaya, en el caso del cáncer de mama, el cribado puede contribuir a reducir la mortalidad en hasta un 20%.

Para sacar el mayor partido a los cribados, ofreció una serie de recomendaciones, entre ellas, aplicarlos solo en enfermedades y grupos de población en los que se hayan demostrado efectos beneficiosos, minimizar el impacto del sobrediagnóstico, es decir, falsos positivos y negativos, además de tener precaución con el sobretratamiento por sus efectos adversos.

En cuanto a la prevención, y de acuerdo con lo establecido por la OMS, la Dra. Santolaya insistió en que se trata de reducir los factores de riesgo, detener el progreso de la patología, e intentar reducir las consecuencias una vez establecida la enfermedad.

Dolor oncológico

En otro momento de la sesión la Dra. Deiene Lasuen, anestesióloga y miembro de la Unidad de Dolor Crónico en Hospital San Juan de Dios de Santutzi abordó el tema del dolor oncológico, desde el punto de vista del manejo intervencionista, así como las técnicas que con mayor frecuencia se emplean en estas situaciones, destacando la eficacia de la terapia intratecal.

Como indicó, "el dolor es un síntoma constante en los pacientes oncológicos sobre todo en las fases más avanzadas de la enfermedad, cercano al 70% en estos casos, contribuyendo a una peor situación física y emocional". Sin embargo, en los últimos años ha cambiado el paradigma, pasando de ser un dolor habitualmente agudo a crónificarse debido a la prolongación de la vida de los pacientes gracias a los tratamientos actuales. De hecho, según los datos aportados por esta experta, entre el 5 y el 10% de los supervivientes de cáncer sufren dolor crónico intenso que va a interferir en gran medida con su calidad de vida.

Por tanto, como expuso la Dra. Lasuen, el objetivo que se persigue a la hora del manejo del dolor oncológico es, fundamentalmente, optimizar los resultados del tratamiento en cinco dimensiones: analgesia para el alivio de dicho dolor; potenciar las actividades de la vida diaria; intentar minimizar los efectos adversos y el uso "aberrante" de los fármacos con el fin de que no surjan adicciones; y finalmente el afecto, enfocado a la relación entre el dolor y el estado de ánimo, destacando la importancia de los cuidados paliativos en este tipo de pacientes.

Por ello, como subrayó, es importante analizar un conjunto de parámetros para el abordaje adecuado y buscar todas las alternativas al alcance de los profesionales que se ocupan de estos enfermos.

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