En el marco de la LXXIII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el Grupo de Estudio de Gestión Clínica y Calidad Asistencial en Neurología ha celebrado este jueves una actividad enfocada a la evaluación y la mejora de la atención de las personas con enfermedades neurológicas y a presentar un proyecto del grupo de estudio que consiste en la elaboración de un conjunto de indicadores clave en neurología.

En primer lugar, y dentro de la evaluación en la mejora de la atención sanitaria, Joaquin Escudero Torrellla, especialista del servicio de Neurología del Consorcio Hospital Universitario de Valencia, trata el sistema de acreditación de la SEN. Explica que "los conceptos básicos de calidad se establecieron hace mucho tiempo, a pesar de que el tema de la medición de la calidad asistencial y la evaluación, en el mundo sanitario no es sencillo. Por ello, es muy loable el proyecto en el que nos hemos metido".

La estructura de este sistema, explica Escudero, "es un comité de acreditación, más una serie de auditores o evaluadores". "Luego, como en cualquier sistema de acreditación, hay un proceso en el que se pide la acreditación, la propia unidad o servicio se organiza, coge su manual, se lo pasa a sí mismo en su unidad y se produce una autoevaluación; después ya lo solicita, y el equipo auditor externo pasa a evaluar".

En cuanto al futuro, "desde el propio comité seguimos interesados en mejorar la difusión y el conocimiento de la acreditación y que esa situación de pioneros no lo sea tanto, para que a la gente le suene".

Además, en su opinión, "es muy importante simplificar los manuales de acreditación, pero manteniendo la metodología y el prestigio, así como implicar a los grupos de estudio de la SEN". Por otro lado, señala, "uno de los principales handicaps que encontramos a la hora de desarrollar los manuales y la acreditación fue el analizar los resultados mediante indicadores". "Y se nos ocurrió también, para intentar que la gente entrara más en la idea de la acreditación, acreditar por niveles. Es decir, realmente cuando tengo el manual puedo autoevaluarme y plantear mi propia unidad, y eso lo plantaremos como un primer nivel, aunque no me haya acreditado; y un segundo nivel que ya sería la solicitud de la acreditación formal al comité de la SEN", agrega.

De esta manera, "podríamos hacer algo interesante: un libro blanco de las unidades y los servicios del país y los niveles de calidad según el punto al que hayan llegado. Esto nos permitiría llegar a una situación de información al exterior a nuestros pacientes y garantizar la calidad".

Carmen Sánchez-Sánchez, especialista del servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, reflexiona también sobre la acreditación.

En palabras de la experta, "es verdad que es el de la acreditación es un proceso largo, complicado y laborioso, pero no tanto como al principio se podía pensar". Asimismo, con el paso de los años, cree que "se ha ido facilitando la tarea: se han puesto más ayudas, la elaboración de los manuales se ha ido haciendo un poco más accesible…"

Y de todas maneras, continúa, "no hay que agobiarse con estas cosas, porque acreditar una unidad no supone que haya que cumplir el 100% de los criterios; es más, acreditar una unidad para cumplir los criterios obligatorios es una cosa relativamente sencilla, prácticamente todas las unidades que lo han solicitado hasta ahora cumplían con los criterios obligatorios". A partir de ahí, "trabajar para hacer mejor, pero no quita que el germen sea tan complicado como la gente cree".

En este sentido, "hay tres problemas que creo que nos cortan un poco a la hora de solicitar las acreditaciones: una necesidad de documentar lo que hacemos, de rendir cuentas, a la que no estamos acostumbrados; una falta de estímulo desde las instituciones sanitarias; y una falta de cultura de la transparencia. Y lo que está detrás de todo esto es el afán por hacer las cosas mucho mejor".

Con motivo de la presentación de la propuesta del cuadro de mandos de un servicio/sección de neurología, Jaume Morera Guitart, especialista del servicio de Neurología del Hospital La Pedrera (Denia), contextualiza que "los dispositivos sanitarios se han centrado en las enfermedades en los pacientes y además lo han hecho de forma pasiva, es decir, estamos sentados esperando que el paciente venga o nos lo mande alguien; no vamos a mejorar algo fuera de nuestros servicios. Y para más inri, encima los sistemas de salud no informan a los dispositivos sanitarios sobre cómo está la salud de la población".

Todo esto, a su juicio, genera dos visiones diferentes: "por un lado, la de los gobiernos, y por otro, la de los dispositivos". Y son difíciles de alinear. "Esto evidencia una clara necesidad de un cambio de enfoque de los dispositivos sanitarios para alinearse mejor a los objetivos de los sistemas de salud. De ahí deriva la elaboración de la propuesto del Grupo de Estudio de Gestión Clínica y Calidad Asistencial en Neurología de la SEN".

Así pues, "este cambio de enfoque transforma los procesos, por tanto, cambia todo. Actualmente nos centramos en las enfermedades neurológicas y los pacientes, porque desde `pequeñitos´ nos educaron desde esta perspectiva". Sin embargo, apunta, "probablemente, si nos hubieran educado desde la perspectiva de la "salud neurológica comunitaria", las enfermedades serían un estadio concreto del proceso de salud de la gente y se enfocaría la atención de otra manera".

Por lo tanto, manifiesta Morera, "proponemos un nuevo concepto, el de salud neurológica poblacional, para referirnos a los aspectos relacionados con la promoción de la salud, prevención, diagnóstico temprano y atención a las personas con problemas relacionados con el sistema nervioso en una determinada población y contexto".

Por último, Javier Marta Moreno, del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, expone que "la propuesta del grupo de gestión de elaborar un repositorio de indicadores y una propuesta de cuadros de mando para un servicio/sección nos lo proponemos desde un grupo de trabajo formado por neurólogos".

Utilizando la mucha información oculta que el sistema y a la administración tiene, y una vez definidos los indicadores, comenta, "haremos un Delphi para seleccionar los de más consenso". Y, finalmente, "se elaborará un repositorio con indicadores mínimos y otro recomendado, que será presentado a la Junta Directiva de la SEN".