Así lo refleja el primer estudio de Supervivientes del Cáncer en Cataluña, realizado por la FECEC. El informe también muestra que en esta comunidad cada año hay un 1,6 y 1,7% más de personas supervivientes de cáncer.
Los supervivientes del cáncer necesitan más apoyo social, laboral y económico así como la necesidad de dar sentido a su experiencia cuando se les indica que ya pueden rehacer su vida y han cruzado la delgada línea de ser pacientes a pasar a considerarse supervivientes. Así lo refleja el estudio ...
Los supervivientes del cáncer necesitan más apoyo social, laboral y económico así como la necesidad de dar sentido a su experiencia cuando se les indica que ya pueden rehacer su vida y han cruzado la delgada línea de ser pacientes a pasar a considerarse supervivientes. Así lo refleja el estudio elaborado por la Federación Catalana de Entidades contra el Cáncer (FECEC), con el soporte del Plan Director de Oncología de Cataluña y el apoyo en su difusión de Accord Healthcare, compañía farmacéutica fabricante de fármacos genéricos antioncológicos de alta gama y comprometida con diversas acciones de Responsabilidad Social Corporativa destinadas a luchar contra el cáncer. Y cuyas conclusiones se presentan coincidiendo con el Día Nacional del Superviviente del Cáncer.
El estudio incluye una cuantificación del fenómeno que refleja que el número de personas que sobreviven a un cáncer va en aumento de año en año. Según las últimas estimaciones, en el mundo habría 28,8 millones de personas supervivientes de un cáncer. En Cataluña, habría en estos momentos 107.778 personas mayores de 14 años conviviendo con un diagnóstico de cáncer realizado durante los cinco años previos, esto es, un total de 60.606 hombres y 47.172 mujeres, lo que supondría un incremento anual de supervivientes del cáncer de un 1,7% anual en el caso de los hombres y de un 1,6% en el de las mujeres desde 2012. Los cánceres con más prevalencia son el de próstata, en el caso de los hombres y el de mama, en el de las mujeres; y varían por grupos de edad, ya que son los hematológicos entre los más jóvenes (de los 15 a los 29 años) y, a partir de los 30 años, también el de próstata entre los varones y el de mama, entre las féminas.
El resultado del estudio cualitativo sobre la vivencia y la experiencia de las personas que han finalizado su tratamiento oncológico indica que su rol cambia, puesto que necesitan elaborar esta experiencia vital y reorganizar la vida para volver a la "normalidad". La enfermedad y su tratamiento puede dejar secuelas físicas y emocionales. Destacan las dificultades que se encuentran para su reincorporación laboral, que van desde la no renovación del contrato a la imposibilidad de seguir en el mismo puesto por limitaciones físicas o para adaptarse al ritmo de trabajo. Y en el ámbito económico, las trabas para contratar seguros privados o acceder a créditos bancarios solo por el hecho de haber padecido un cáncer.