Los días 17 y 18 de junio se desarrolla RAGMA21, reunión anual del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, que este año cumple su 14 edición, sin que la pandemia de Covid-19 impidiera su celebración también en 2020.

De igual forma, la crisis sanitaria derivada de la llegada del SARS-CoV2 no detuvo la investigación en este tipo de tumores de tanta prevalencia en la población femenina, como explica el doctor José Enrique Alés, coordinador de esta cita científica de primer orden.

Dr José Enrique Alés

En palabras de Alés, la actividad investigadora se ha recuperado hasta en un 90% en el momento actual, después de una primera ola marcada por la emergencia sanitaria dictada por el patógeno y las consecuentes restricciones. Paralelamente a una actividad en Oncología que no ha parado nunca y que ya se ha restituido a servicios colaboradores como Cirugía.

Alés, que también es oncólogo médico del Complejo Asistencial Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila, explicó a esta cabecera que ya se han retomado los ensayos clínicos, con una capacidad similar a etapas previas a la pandemia, una vez que se ratificó la seguridad de los pacientes en proceso de monitorización.

Prueba de esta vuelta a la producción científica son los 17 artículos publicados en revistas indexadas, y 33 comunicaciones en congresos generadas por el grupo desde septiembre de 2020, en palabras del doctor Miguel Martín, presidente de GEICAM.

Uno de los puntos fuertes de la cita de este año, según el especialista del hospital abulense, es la biopsia líquida, entendida como prueba con potencial para señalar a aquellas pacientes con cáncer de mama en etapas tempranas que concitan un mayor riesgo de recaída.

La biopsia líquida, que se va consolidando como un primer paso para la detección de estos tumores a partir de muestras de sangre y otros fluidos corporales, se vale del análisis de células tumorales circulantes y del ADN tumoral circulante (ADNct) para optar a un mejor manejo del paciente oncológico y como apoyo a las decisiones clínicas, especialmente en enfermedad metastásica.

Esta tecnología, todavía alejada de una práctica generalizada, progresa en su valor pronóstico y aporta su carácter no invasivo desde el rastro que dejan los tumores en el torrente sanguíneo.

Además, y tal como ha expresado el doctor Milan Radovich, profesor de la norteamericana facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, la biopsia líquida se confirma como una buena alternativa a las clásicas biopsias de tejido tumoral, cuando estas no son posibles o entrañan problemas de seguridad para los pacientes. Por lo que Radovich prefiguró durante su lección magistral de RAGMA21 un futuro próximo en el que una simple extracción de sangre detecte casos de alto riesgo de desarrollar un tumor de mama.

En ese sentido, y sin que se domine todavía esta tecnología en todo su potencial, este investigador atribuyó a la biopsia líquida capacidad para detectar enfermedad mínima residual (EMR) en casos de enfermedad temprana, con objeto de determinar si cada tratamiento en aplicación funciona.

Se avanzará con paso más firme en ese propósito, según Radovich, cuando los ensayos clínicos determinen intervenciones clínicas que mejoren los datos de supervivencia, una vez que se constate ADNct después de cirugía y tratamiento adyuvante.

Pese a esa prometedora funcionalidad descrita, la biopsia líquida ofrece hasta ahora una sensibilidad inferior a la de tejidos, en la detección de mutaciones. Lo que quizás relegue esta técnica a la función de herramienta complementaria. Buenas perspectivas, en cualquier caso, a las que se aplica el doctor Richard Buus, investigador del The Institute of Cancer Research de Londres, también participante en RAGMA21.

Según el doctor Alés, células tumorales y ADN circulantes en sangre difieren en su composición localizada en plasma. Son dos tecnologías emergentes con capacidad para detectar tempranamente el riesgo de recaída. Pero la detección de ADNct será previsiblemente más sencilla y sensible en el futuro. Dentro de una comercialización creciente y un uso clínico que será habitual en los próximos cinco años. Con diferencias por países en su incorporación y la dificultad no pequeña todavía de interpretar los datos. obtenidos. Aunque confirmó el coordinador que esta tecnología ya está disponible en el mercado, y se puede disponer de ella in house o de forma externalizada para los tratamientos y no sólo para la investigación.

Alés auguró que biopsias líquidas y de tejidos van a convivir mucho tiempo pacíficamente, aunque la primera está indicada cuando no es posible biopsiar. Mientras que los tejidos dan más información que las muestras de sangre.

Dada su importancia, RAGMA21 también concede una atención muy destacada a las plataformas genómicas de pronóstico dirigidas a señalar riesgos tan bajos de recaída, después de cirugía, que sugieran emplear sólo terapia hormonal, sin tener que recurrir a la quimioterapia ni exponerse a su toxicidad.

Dichas plataformas de pronóstico detectan el riesgo de recidiva en personas con tumores con receptores hormonales positivos.

Estas pruebas pueden atenerse a drivers moleculares como la división de las células del tumor, como señales de proliferación tumoral, o como el grado de sensibilidad que muestra el tumor ante el estímulo de los estrógenos. Magnitudes de interés pronóstico para el oncólogo, según el doctor Buus.

Como confirmó Alés, estas plataformas informan sobre la probabilidad de recaída cuando se da alta expresión de receptores hormonales, para elegir entre hormonoterapia o quimioterapia, que puede ser prescindible. Con la virtualidad de elegir una de las cinco plataformas existentes en los servicios de anatomía patológica propios de los hospitales o en hospitales vecinos o centros de otros países.

Con el beneficio máximo de detectar pacientes de riesgo "ultrabajo" con excelente pronóstico.

Al igual que en la edición de 2020, también en RAGMA21 se analiza la consolidación de los tratamientos neoadyuvantes orientados a lograr la respuesta patológica completa y no sólo a garantizar unas cirugías más exitosas. En este terreno, la doctora Isabel Rubio, directora del área de patología mamaria de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid, ilustró a los asistentes sobre la combinación de quimioterapia con un doble bloqueo del receptor HER2 con Trastuzumab y Pertuzumab. Estrategia de reciente concepción que permite cirugías más conservadoras y mayores tasas de curación.

Para "desescalar" los tratamientos sin renunciar a la eficacia en una corriente de investigación muy activa en el último lustro, según la doctora Rubio.

Aspecto al que añadió el doctor Alés la utilidad de los tratamientos neoadyuvantes con sobreexpresión de HER2, tratamientos dirigidos y quimioterapia para optar a una alta probabilidad de curación.

Como no puede ser de otra forma, RAGMA21 también presta una especial atención a los cribados. Una cuestión para la que la doctora Von Euler, técnico del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), considera que ha llegado el momento de superar el excluyente criterio de inclusión por edad, pivotando hacia modelos de detección más personalizados y centrados en grupos de riesgo caracterizados por rasgos como la densidad mamaria o el estado general de salud de la paciente.

Al presente, GEICAM lidera la investigación en cáncer de mama en España gracias al trabajo de 880 expertos destinados en más de 200 centros de investigación de todo el país. Con la potencia que reporta haber publicado más de un centenar de estudios con datos de 64.000 pacientes.

Finalmente, el doctor Alés acreditó que no hay ninguna incompatibilidad entre el tratamiento oncológico y las vacunas para la Covid-19.