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El aumento de los desechos electrónicos pone a la salud en riesgo y en mayor medida la de los niños

La OMS ha difundido un informe pionero en el que insta a que se apliquen medidas eficaces de cumplimiento obligatorio para proteger a la población de este peligro creciente para su salud.

16/06/2021

"Las inmensas cantidades crecientes de desechos electrónicos están causando en todo el mundo un ´tsunami´ que pone en peligro la vida de las personas". Así alertaba el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, ante el riesgo que conlleva los residuos de aparatos ...

"Las inmensas cantidades crecientes de desechos electrónicos están causando en todo el mundo un ´tsunami´ que pone en peligro la vida de las personas". Así alertaba el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, ante el riesgo que conlleva los residuos de aparatos y dispositivos, con motivo del lanzamiento del primer informe de la OMS sobre esta ´basura´ para advertir de la amenaza que supone tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas.

De acuerdo con la Alianza Mundial para las Estadísticas de Residuos Electrónicos, este tipo de residuos creció un 21% en los cinco años anteriores a 2019, cuando se generaron aproximadamente 53,6 millones de toneladas de estos desechos. Sin embargo, solamente el 17,4% de la cantidad generada en 2019 llegó a instalaciones reguladas de tratamiento y reciclaje, mientras que el resto se eliminó de forma ilegal.

Los desechos electrónicos pueden empeorar la función pulmonar y la respiración, dañar el ADN, afectar a la función tiroidea y aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida, como el cáncer y las cardiopatías.

La necesaria colaboración del sector salud

En el informe se pide que el sector de la salud, en todo el mundo, actúe con el fin de reducir los efectos deletéreos para la salud de los desechos electrónicos aumentando la capacidad para diagnosticar, controlar y prevenir la exposición de los niños y las mujeres a sustancias tóxicas; concienciando sobre las ventajas añadidas de reciclar de forma más responsable; trabajando con las comunidades afectadas; y procurando que se mejoren la investigación sanitaria y los datos sobre los riesgos para la salud a los que se enfrentan los trabajadores del sector no regulado de tratamiento de estos desechos.

Para la Dra. María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, "el sector de la salud puede contribuir a combatir este problema tomando la iniciativa y divulgando prácticas correctas, realizando estudios, explicando la problemática a los responsables políticos, movilizando a las comunidades e implicando a otros sectores para exigir que la preocupación por la salud sea uno de los elementos principales de las políticas de gestión de esos desechos".

Una parte importante de los aparatos eléctricos y electrónicos desechados cada año se exporta desde los países de altos ingresos a los de ingresos medianos y bajos, donde no siempre existen normas o, de haberlas, donde se suelen aplicar insuficientemente. En estos países, dichos desechos se desmontan, reciclan y reacondicionan en lugares donde no hay infraestructuras adecuadas, no se ofrece formación y, de existir, las medidas de protección de la salud y el medio ambiente se aplican poco. Como consecuencia de ello, las personas que los reciclan, sus familiares y sus comunidades corren un riesgo elevado de sufrir de efectos adversos para la salud.

Más de 1.000 sustancias peligrosas

Muchas personas que trabajan extrayendo materiales valiosos como el plomo y el cobre se exponen al contacto con más de mil sustancias peligrosas, como el plomo, el mercurio, el níquel, los materiales ignífugos bromados y los hidrocarburos aromáticos policíclicos.

En concreto, en el caso de las mujeres, se calcula que 12,9 millones trabajan en el sector no regulado de los desechos, lo cual las expone a residuos electrónicos tóxicos que ponen en riesgo la salud del feto.

Los niños expuestos a los desechos electrónicos son más vulnerables a las sustancias tóxicas que estos contienen porque su cuerpo es más pequeño, sus órganos están menos desarrollados y se encuentran en una etapa de crecimiento y desarrollo rápidos. Por esta razón, el nivel de contaminantes que absorben es mayor en relación con el tamaño de su cuerpo y también tienen menos capacidad para metabolizar y eliminar las sustancias tóxicas. A menudo, se ven involucrados en el reciclaje de desechos electrónicos por sus padres o sus cuidadores porque, al tener las manos más pequeñas que los adultos, son más diestros realizando esa tarea. También los hay que viven, acuden a la escuela y juegan cerca de lugares donde se reciclan desechos electrónicos que contienen altas concentraciones de sustancias químicas tóxicas, como el plomo y el mercurio, que pueden afectar a su desarrollo intelectual.

"Si los países no actúan ahora, estos efectos tendrán consecuencias devastadoras en la salud de los niños y consumirán muchos recursos del sector de la salud en los próximos años", advierte la autora principal del informe, Marie-Noel Brune Drisse.

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