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La formación en cardio-nefrología, asignatura pendiente durante la especialización en Nefrología

Las principales respuestas de la Nefrología al reto que supone la ECV de los pacientes con ERC pasan por propiciar la adecuada formación cardiovascular del nefrólogo y contribuir a la creación de un entorno clínico adecuado.

16/04/2021

Las complicaciones cardiovasculares son muy frecuentes en la población con enfermedad renal crónica (ERC), siendo responsables en una gran medida de la carga clínica, sanitaria y económica de la misma, debido, en gran ...

Las complicaciones cardiovasculares son muy frecuentes en la población con enfermedad renal crónica (ERC), siendo responsables en una gran medida de la carga clínica, sanitaria y económica de la misma, debido, en gran medida, a que las frecuentes hospitalizaciones por este tipo de complicaciones aumentan los costes directos de la ERC en todos los estadios. Así, el impacto de esta patología sobre la salud global mundial es debido tanto al deterioro de la función renal, como a la enfermedad cardiovascular (ECV) asociada al mismo.

En el artículo "El reto de la enfermedad cardiovascular del paciente con enfermedad renal crónica" publicado, recientemente, por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y firmado por el profesor Javier Díaz, del Departamentos de Nefrología y Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra, y Programa de Enfermedades Cardiovasculares, Centro de Investigación Médica Aplicada, Universidad de Navarra, Pamplona. se revisar los motivos que convierten a la ECV de los pacientes con ERC en un reto para la Nefrología, así como las respuestas de esta especialidad ante el planteamiento de desarrollar la subespecialidad de cardio-nefrología y facilitar la creación de entornos asistenciales en las que dicha subespecialidad sea operativa y eficiente.

Formación y nuevos espacios clínicos

Así, las propuestas incluidas en dicho artículo giran en torno a propiciar la adecuada formación cardiovascular del nefrólogo, y contribuir a la creación de un espacio clínico adecuado para las necesidades cardiovasculares de los pacientes. La primera respuesta es la razón de ser de la subespecialidad de cardio-nefrología, y la segunda la de las unidades o equipos de medicina cardiorrenal.

Ante la percepción limitada que, según se señala, tiene actualmente el nefrólogo respecto a la relevancia global de la enfermedad cardiovascular ECV en el paciente con ERC, lo que, a su vez, puede deberse a una formación cardiovascular insuficiente durante la especialización en Nefrología, se aboga por incentivar y apoyar la formación de subespecialistas en cardio-nefrología, así como su incardinación en unidades de medicina cardiorrenal con el objetivo de minimizar la carga que la ECV supone en el paciente con ERC.

Según se defiende, la subespecialidad de cardio-nefrología puede ofrecer al nefrólogo la oportunidad de integrarse en unidades multidisciplinares cardiorrenales responsables tanto del manejo clínico de los pacientes con ERC y ECV , como de la investigación clínica orientada a aumentar la evidencia para el adecuado tratamiento de la ECV en los pacientes con ERC avanzada y los pacientes con tratamiento sustitutivo renal.

El logro de estos objetivos representa, como se expone, "una de las principales líneas de actuación del Grupo de Trabajo CaReSEN de la S.E.N. en colaboración de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y de otras sociedades e instituciones afines a la medicina cardiorrenal" En esta línea de colaboración, los grupos CaReSEN y el de Trabajo Cardiorrenal de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) han elaborado, recientemente, un documento de consenso con las bases para la creación de las Unidades Clínicas Cardiorenales en el que se definen las carcaterísticas organizativas de las mismas con la finalidad de garantizar la calidad y la seguridad de las actuaciones y de los resultados obtenidos.

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