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"La buena codificación sirve para una buena gestión del hospital"

En plena era del Big Data y la tecnología digital, los hospitales necesitan más que nunca sistemas de codificación eficientes que traduzcan la información clínica hospitalaria, con el objetivo de tomar mejores decisiones de gestión, hacer estudios epidemiológicos o mejorar la atención al paciente.

01/07/2020

Explican Ruth Cuscó, directora gerente de ASHO, y Carlos Sevillano, su director comercial, que "en los hospitales se ge­nera una cantidad ingente de información. Sin embargo, si no la tienes codificada, no tienes información". Y es que la codificación del lenguaje clínico, proceso que lleva a cabo la empresa ASHO, ...

Explican Ruth Cuscó, directora gerente de ASHO, y Carlos Sevillano, su director comercial, que "en los hospitales se ge­nera una cantidad ingente de información. Sin embargo, si no la tienes codificada, no tienes información". Y es que la codificación del lenguaje clínico, proceso que lleva a cabo la empresa ASHO, es una pieza fundamental para canalizar toda la información que se genera y que se necesita para gestionar el hospital, hacer estudios epidemiológicos, clasificar los hospitales, repartir recursos y mejorar la calidad de su atención.

Los cambios que han experimentado los hospitales en pocos años han sido vertiginosos en muchos aspectos. La creación e integra­ción de nuevas tecnologías en investigación de enfermedades, tratamientos, intervenciones y seguimientos, pero también en los sistemas de información hospitalaria, han sido campos donde ha irrumpido con fuerza la Inteligencia Artificial (IA). Lo que hace ASHO desde hace ya 26 años es traducir el lenguaje clínico de los hospitales en códigos, algo que "antiguamente se hacía a mano, pero ahora, con las tecnologías que hemos desarrollado nosotros, nos ayudan con software de ayuda a la codificación, Inteligencia Artificial o Machine Learning", señala Carlos Sevillano.

La asignación de un código a cada enfermedad, diagnóstico y procedimiento mediante la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) permite la valoración del episodio asistencial de cada paciente y, en consecuencia, se gestiona toda la casuística de un hospital, tanto a nivel clínico como a nivel económico.

Los hospitales españoles, tanto públicos como privados, tienen la obligación de entregar el Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD), que se envía a las correspondientes administraciones públicas y, finalmente, llega al Ministerio de Sanidad. "Lo que se entrega son una parte de datos administrativos y otra de datos asisten­ciales, esta última es la que realizamos nosotros. Con esto se pueden hacer estudios epidemiológicos; con el Covid-19, las prospectivas se realizan a través de los códigos que nosotros hayamos puesto, para que a posteriori los epidemiólogos puedan estudiar los casos", afirma Ruth Cuscó.

Además del servicio de codificación hospitalaria, proceso que ha supuesto toda una revolución tanto de gestión sanitaria como de atención al paciente, Carlos Sevillano asegura que ASHO también realiza auditorías de la calidad de los CMBD para los propios hos­pitales: "Hemos auditado seis hospitales de la Comunidad de Madrid para ver si realmente lo que estaban enviando los hospitales a la administración era correcto y se ajustaba a la realidad". Asimismo, la compañía también ofrece servicios de consultoría, formación a documentalistas de toda España y comercializa los softwares que ella misma diseña y produce.

Engranajes del hospital

"Si dos personas entran en el mismo hospital con la misma patología, el motivo del ingreso puede ser exactamente el mismo, pero una per­sona quizás tiene algunas dolencias que la llevan a quedarse más días que la otra. Los recursos que va a consumir la primera persona serán más elevados", señala Carlos Sevillano. Esta es una de las razones por las que existe la codificación: para saber dónde invertir más recursos o no. "La buena codificación sirve para una buena gestión del hospital", añade la directora gerente de ASHO.

Cantidad no es lo mismo que calidad, algo que la compañía tiene muy presente. "Un hospital puede hacer 400 urgencias diarias, por ejemplo, pero ese dato es cuantitativo", detalla Carlos Sevillano. Cuan­do pasas a la codificación y pasas a tener información cualitativa de esa información cuantitativa, "sabes cuáles de esas urgencias han sido banales, o han sido atendidas más tiempo. A la hora de gestionar, tienes doble información".

Una vez la información está codificada, se agrupa y se analiza con el objetivo de tomar decisiones, ya sean de prevención, epide­miológicas, de costes, previsión de futuro, etc. A las consejerías y ministerios también les sirve para saber cómo se comporta la población. Por ejemplo, explica Ruth Cuscó, "en el caso del Covid-19, con la codificación puedes saber las zonas calientes de la pandemia".

De los más de 70 proyectos que tienen actualmente en marcha, la gran mayoría son de codificación de hospitales.

Educar a la máquina

Mediante la educación de la máquina, o proceso de Machine Learning, la empresa de codificación creó su primer software, AS­HOCOODE, que "funciona con campos estructurados que el médico tiene que rellenar. Nuestro software procesa esa cadena de texto y automáticamente asigna un código con un porcentaje de confianza". A posteriori, un documentalista de información clínica valida o corrige el código.

Ahora, ASHO está desarrollando un nuevo software que sea capaz de leer el informe de altas solo. "Nosotros hemos dado un salto más allá, aunque lo tenemos todavía en el laboratorio. Lo que estamos haciendo es que el factor humano esté solamente al final de la cade­na, y que sea el software que estamos desarrollando capaz de leer el texto no estructurado y poner códigos. Al final de la cadena, nosotros entendemos que siempre tiene que haber un documentalista que tenga que hacer esa validación final", contextualiza Carlos Sevillano.

La apuesta de futuro para la IA está más que asegurada, al menos desde la Generalitat de Catalunya: el pasado 28 de febrero se presen­tó un nuevo plan para desarrollar la IA en Cataluña con 10 millones de euros de presupuesto en tres años. Y es que, como afirma el director comercial de ASHO, "estamos todavía en el inicio de la IA. Se va lanzando y hay cosas muy interesantes, pero en este momento es un bebé: tenemos que enseñarle a hablar, a levantarse, a caminar...".

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