En las últimas 24 horas, se han registrado, según Sanidad, 143 nuevos diagnosticados de coronavirus, llegando hasta las 245.268 (confirmados por PCR hasta el 10 de mayo, y por PCR e IgM, sólo si sintomatología compatible, según la nueva estrategia de vigilancia desde el 11 de mayo). Los diagnosticados en los últimos siete días han sido 1.553, lo que implica una incidencia de 3,30 por 100.000. En los últimos siete días han iniciado síntomas 143 personas de las que han sido notificadas. El número de fallecidos se mantiene congelado en 27.136. En los últimos siete días han fallecido 52 personas. Han precisado hospitalización 124.779 personas, 89 más, y han ingresado en UCI 11.630, nueve más.

En rueda de prensa telemática, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), insistió en que "nuestra capacidad de detección precoz de casos es importante". Señaló en ese sentido que, entre 50.000 casos sospechosos, al 91% se ha realizado una PCR, pero el número de casos con inicio de síntomas en los últimos siete días ha sido mucho menor, 143 personas. De estos casos, el número de contactos que ha tenido de promedio han sido tres, entre dos y cinco es el rango de contactos estrechos, que tienen un alto riesgo de contagio. "Se ha hecho seguimiento al 100%. Sólo el 5% de ellos ha desarrollado patología, son 83 casos claramente confirmados. Son cadenas de transmisión conocida", indicó.

Así, "la transmisión residual es cada vez menor y nos podemos concentrar en los brotes". Con fecha de defunción en los últimos siete días, se han notificado 52 casos por parte de las CC AA. La cifra total está congelada desde hace más de una semana. "Tenemos alrededor de 28.000 fallecidos. Mañana daremos más detalles", prometió. "Con fecha de 16 de junio, 1.994 personas estaban todavía ingresadas, 1.627 de ellas en camas convencionales y 312 en UCI. Hace tres semanas eran 631, la semana pasada 431, hace unos días 352 y ahora 312. Admitió que "alguno de ellos podría no estar confirmado" y que "el número de personas con riesgo de fallecer es también menor".

Sobre la Nueva Normalidad de cara al verano, Simón declaró que "el decreto de Nueva Normalidad establecerá unas medidas comunes a todas España". Matizó que "algunas dependerán de la responsabilidad personal". Además, se propondrán medidas muy específicas como medidas de protección en medios de transporte masivos. Por otro lado, las CC AA tienen la capacidad para hacer legislación más específica. Por ejemplo, en lo relativo al contagio, en el ocio nocturno o en la apertura de algún tipo de evento masivo. Recomendó no moverse entre CC AA hasta que tengamos un nivel de transmisión cercano a cero. "No hay que tener miedo, pero sí respeto. Tener en cuenta lo que puede pasar si relajamos las medidas demasiado", avisó. La idea es llevar a cabo medidas de control de transmisión para que ese riesgo residual de contagio no se convierta en una nueva oleada.

"Los viajeros no son un riesgo si no tienen virus, pero se tiene que controlar a los viajeros con sintomatologías y se están implementando medidas de control, tanto en los puertos y aeropuertos, para reducir los riesgos en los viajes nacionales e internacionales", pronunció al respecto. Hay que mantener una cierta tensión, pero "no plantearse las cosas con una angustia excesiva".

Simón abordó la impredecibilidad de que surja un brote, teniendo en cuenta lo que ha sucedido en una planta cárnica en Alemania, en un mercado en Pekín y en una pensión en Algeciras: "El brote de Pekín es diferente, por el volumen, por las medidas que ha tomado el Gobierno y por la zona en la que está. Tiene unas implicaciones que van más allá y podemos pensar que el riesgo de contagio de grupo es más alto. Con el trabajo que están haciendo debería de controlarse. China ha mostrado una enorme capacidad de control. Que ahora hablemos de brotes y no de casos sin noción de origen es por una parte una muy buena noticia. Si bien, también tenemos que interpretar que el riesgo está ahí, aunque vayamos muy bien".

De la planta cárnica, puntualizó que se tienen que hacer estudios. "La atmósfera de un matadero, al ser más fresca para meter la carne, puede mantener la estancia de virus más tiempo en superficies", sopesó. También hay que evaluar el uso de equipo de trabajo que a veces intercambian y cómo viven fuera del matadero porque a veces son cohortes que trabajan y conviven fuera del ámbito laboral.

¿Qué opina del estudio, en el que han participado investigadores vascos (Biodonostia), que asegura que tener sangre tipo A dobla las posibilidades de sufrir la enfermedad de forma más severa, mientras el tipo O podría tener un efecto protector? Respondió que no ha podido profundizar, que viene de un equipo "muy sólido". Aseveró que lo que apuntan "no quiere decir que los del grupo O estén protegidos contra el coronavirus". Destacó que podrían tener menos probabilidades de enfermar, pero que pueden enfermar.

Le cuestionaron por el hecho de que Sanidad haya actualizado la estrategia para la detección precoz de contagios por coronavirus y haya rebajado las cuarentanas a diez días. Explicó que, hace dos semanas, varios grupos de investigación han publicado artículos que indican que la transmisibilidad del virus, después de unos días, decae. "En las personas con la enfermedad más grave dura un poco más, pero no mucho más. Hemos llegado a la conclusión de que, en una parte importante de los casos y los contactos, se puede reducir el tiempo de aislamiento y cuarentena. De 14 a diez días. Se tiene que haber estado durante tres días sin sintomatología y haber realizado una PCR", precisó. Sentenció que es "un beneficio sustancial, para ellos, para sus contactos, para sus contratadores y no implica un incremento de riesgos". Todo esto tienen que aplicarlo las personas cualificadas, quienes deciden si se aplica una cuarentena u otra. Los servicios médicos son los que definirán las medidas requeridas.