La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, ha insistido este martes en que "la depresión se puede curar y tanto la tentativa como la comisión de suicidios se pueden prevenir". En su intervención en la Jornada `Depresión y suicidio, la realidad silenciada´, Carcedo ha ...
La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, ha insistido este martes en que "la depresión se puede curar y tanto la tentativa como la comisión de suicidios se pueden prevenir". En su intervención en la Jornada `Depresión y suicidio, la realidad silenciada´, Carcedo ha señalado que, según los datos más recientes de la OCDE, 1 de cada 6 europeos sufrió algún problema de salud mental en 2016. Y, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo: "La OMS prevé que en 2030 esta sea la primera causa de discapacidad".
Carcedo ha llamado la atención sobre la complejidad de esta enfermedad, no sólo por sus causas y síntomas sino sobre todo para ser combatida. "En determinados contextos hablar de los sentimientos y las emociones sigue estando penalizado y, en otros, ocurre casi lo contrario: la depresión y sus consecuencias se ha banalizado tanto que no se le concede la importancia que merece", ha asegurado.
María Luisa Carcedo se ha detenido un momento para empatizar y transmitir el sufrimiento devastador de las personas que la padecen: "Los enfermos la describen con frecuencia como un largo y oscuro túnel a través del que avanzan y avanzan intentando encontrar la salida". De hecho, ha incidido en que cuando la depresión es intensa y sostenida en el tiempo "puede convertirse en una enfermedad muy grave que provoca graves alteraciones físicas y cognitivas, angustia mental y repercute enormemente en las tareas cotidianas y las relaciones personales".
En esa situación los enfermos se sienten culpables por no encontrar una salida y los familiares y amigos desesperados porque no saben cómo actuar. La ministra ha lanzado, no obstante, un grito de esperanza: "En la gran mayoría de los casos la depresión tiene cura; sólo cuando no se detecta a tiempo o no se ponen los medios adecuados se puede complicar y acabar en suicidio".
Alrededor de 800.000 personas se suicidan cada año en el mundo. De hecho, es la segunda causa de muerte, en términos globales en los jóvenes de entre 15 y 29 años. En 2017 el número de suicidios en España aumentó cerca de un 3% hasta los 3.680 casos, situándose la tasa en un 7,7 por cada 100.000 habitantes. Por lo tanto, es la primera causa de muerte por factores externos en nuestro país.
Prevención, detección precoz y abordaje
Carcedo ha recordado que la OMS ha alentado a los países a considerar la prevención del suicidio como una prioridad alta en sus programas de salud pública. Y, en esta línea, "el Ministerio en el ámbito de la nueva `Estrategia Nacional de Salud Mental´, en la que trabaja de manera conjunta con las comunidades autónomas y las asociaciones se ha priorizado como una línea estratégica la `Prevención, detección precoz y abordaje de la conducta suicida".
Los tres ejes en los que se articula esta línea estratégica son: la sensibilización y mejora de la información a la población a través de la concienciación promovida por instituciones públicas, medios de comunicación y entidades sociales; la detección precoz del riesgo suicida y la elaboración de procesos asistenciales integrados de atención a las personas con dicho riesgo.
Tratamiento informativo adecuado
La ministra ha hecho hincapié en la especial importancia que tienen los medios de comunicación y cómo influye el hecho de que realicen una cobertura informativa adecuada, no sensacionalista de los suicidios para ayudar a prevenirlos. "Un tratamiento informativo basado en datos contrastados, donde se faciliten recursos de ayuda y testimonios en primera persona pueden contribuir a reducirlos", ha afirmado.
A su juicio, es el momento de dar a conocer a la ciudadanía una realidad que ha permanecido tiempo silenciada. Por ello, ha recordado el grupo de trabajo que se ha constituido, hace unas semanas, con las asociaciones de la prensa, profesionales médicos y supervivientes para elaborar de manera conjunta una serie de recomendaciones para que los medios puedan informar de la manera más adecuada. "Hay que romper estigmas, tabúes y las barreras que cercan las enfermedades mentales a la esfera de lo privado y atraerlas a la órbita de la salud pública", ha concluido Carcedo.