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Tecnología y humanización, ¿dónde está el equilibrio?

Gestores, ingenieros, profesionales de la salud y pacientes debaten en el congreso AEIH cómo enfrentar los no pocos retos que traen consigo la innovación y el desarrollo en la asistencia sanitaria.

24/10/2019

Telemedicina, robótica, la nube, internet en casa, Big Data, impresión 3D... La digitalización recorre los hospitales transversalmente. Pero, ¿qué papel juegan las personas? Con este debate ha concluido la segunda jornada del 37º Seminario de Ingeniería Hospitalaria Congreso Nacional. "Es una mesa atípica, porque no vamos a hablar de ninguna ...

Telemedicina, robótica, la nube, internet en casa, Big Data, impresión 3D... La digitalización recorre los hospitales transversalmente. Pero, ¿qué papel juegan las personas? Con este debate ha concluido la segunda jornada del 37º Seminario de Ingeniería Hospitalaria Congreso Nacional. "Es una mesa atípica, porque no vamos a hablar de ninguna tecnología, sino de la otra parte, de la que siempre está en medio: las personas. Nunca hemos trabajado con los seres humanos en las organizaciones porque son más complejas que cualquier máquina", adelanta el moderador, José María Gallasa, director de Taletum.

No son pocos los retos que trae consigo esta disyuntiva: colaboración, coordinación, integración, cohesión, eficiencia, comunicación, trazabilidad, transparencia, seguridad, bienestar, relación humanos con robots… Por eso Yolanda Pelayo, profesora Titular del Área de Conocimiento y Organización de Empresas Universidad de Huelva, admite que "se le hizo un mundo" pensar en su intervención. "Los conceptos de tecnología y humanismo son imprescindibles, pero me planteé cual es el papel de las personas en este contexto. ¿Se está perdiendo el alma por estos avances tecnológicos?", cuestiona.

Haciendo referencia a la filosofía clásica aristotélica, Pelayo insiste en que "el humanismo depende de la renovación y de la existencia de tus preguntas más que la satisfacción de las respuesta. Quiero reivindicarlo para el mundo organizativo del siglo XXI. Y no solo como legítima preocupación por las personas, sino por una gestión más versátil y más sabia". Citando también a José Ortega y Gasset, la académica recuerda que, "la ciencia es el mayor portento humano, pero por encima de ella es la vida humana". Por eso, insiste, el único fin legítimo de nuestras aspiraciones debe ser el ser humano. Humanizar los hospitales es el reto y el único camino a seguir".

El punto de vista económico lo aporta Juan Carlos Cubeiro Villar, socio director de Eurotalent. "Somos el mejor país del mundo en sanidad y el séptimo en infraestructuras en términos objetivos según el Foro Económico Mundial. Nuestro talón de Aquiles es el mercado laboral, estamos en el puesto 69. Tenemos mucho desempleo, escasez de talento (un 14%) y sobrecualificación (el 60% de los puestos de trabajo)", apunta.

Además, la Unión Europea asegura que por cada dos puestos de trabajo que se van a perder por la tecnología, se generan cinco, pero cualitativamente muy diferentes. "El 47% de los puestos de trabajo actuales se van a automatizar mucho, y el 17%, bastante. De esto tenemos que aprender tres cosas para que los robots no nos quiten el empleo. Más que nada porque no serán capaces desarrollarlos con estas capacidades: creatividad partiendo de la curiosidad, inteligencia emocional y la resolución de problemas complejos, para lo que se requiere intuición de las personas con experiencia", concluye.

Por su parte, Isabel Tovar, del servicio de Inmunología y Biología Molecular del Hospital San Pedro de Alcántara, Cáceres, viene a poner en valor la neurociencia como una disciplina imprescindible y aliada en el reto de humanizar la sanidad. "Estamos muy acostumbrados a apagar fuegos, pero no estamos habituados a hablar de neurociencia. Siempre se ha considerado como una disciplina casi María, pero ya ha pasado a irrumpir en nuestra sociedad. Está reconocida como una competencia multidisciplinar que marca el camino de la sociedad".

Por eso, añade, "lo que pasa en nuestro cerebro tiene tanta ciencia como lo que puede pasar en cualquier otro órgano del cuerpo. Con la diferencia que nuestro cerebro es el motor del cuerpo. Si somos capaces de integrar cada una de nuestras experiencias de forma positiva tenemos una despensa en nuestra corteza cerebral que van a aportar valor a nuestra vida".

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