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Faltan 1.500 camas de media y larga estancia hospitalaria en la Comunidad de Madrid

Durante el debate sobre el estado de la Sanidad pública madrileña, celebrado en la sede central de Comisiones Obreras, profesionales sanitarios y portavoces de Sanidad en el parlamento regional han analizado carencias importantes que afectan a los principales hospitales de la Comunidad de Madrid.

13/03/2019

Durante el encuentro convocado para debatir sobre el estado de la sanidad pública madrileña, se retomaron aspectos importantes del informe realizado por la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid. Como responsable de la misma, el pediatra jubilado Marciano Sánchez Bayle explicó que la mortalidad es elevada en la ...

Durante el encuentro convocado para debatir sobre el estado de la sanidad pública madrileña, se retomaron aspectos importantes del informe realizado por la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid.

Como responsable de la misma, el pediatra jubilado Marciano Sánchez Bayle explicó que la mortalidad es elevada en la región por culpa de las bacterias resistentes a los antibióticos, con 10,24 fallecimientos en 2015 por cada 100.000 habitantes; y que las autoridades sanitarias no controlan adecuadamente el gasto farmacéutico, que subió el +19,43% desde 2014.

Persistiendo también, como detalló, otros problemas como los frecuentes efectos adversos de la medicación y un consumo excesivo de fármacos antidepresivos por parte de la población.

Marciano Sánchez Bayle

Sánchez Bayle recordó algunas cifras de la sanidad madrileña, como sus 602 quirófanos; sus 15,57 resonancias magnéticas (RM) por millón de habitantes; sus 14,63 TACs por millón; y sus 1,73 pruebas PET, también por millón.

Aunque el grueso de sus cifras fueron para comparar las cifras de la sanidad privada concertada en Madrid y las de los centros de gestión directa. Con el resultado de que los primeros resultan más costosos para el presupuesto sanitario madrileño, según argumentó. A pesar de lo cual, los hospitales públicos perdieron 365 camas, cerca de un 4% de las que tenían, frente a los centros de naturaleza mixta (FPI), que mantuvieron estables el número de sus camas.

Sánchez Bayle señaló también como escaso que solo haya 0,25 camas de larga estancia por 1.000 habitantes en Madrid. Un déficit que se debería cubrir como 1.500 camas más de media y larga estancia.

Jaime Cedrún, Rosa Cuadrado, Manuel Rodríguez y Marciano Sánchez Bayle

Seguidamente, el doctor Carlos Morante Calvo, médico de Urgencias del Hospital del Henares, expresó el malestar de sus compañeros y suyo propio, al considerar su actividad profesional como la más castigada dentro de la Comunidad de Madrid. Además de ser un exponente del deterioro que sufre el tejido público asistencial en la región, con carácter general.

Morante Calvo habló de presión asistencial y plantillas insuficientes. De forma que en 2018 se atendieron 3,6 millones de urgencias, con un 6% menos de personal, respecto al año 2012. Y con carencias clamorosas, denunció, como que no se disponga de dico adjunto por cada 4.000 pacientes, tal como contemplan los organismos internacionales.

Carlos Morante Calvo

Estimó este médico de urgencias que hacen faltan 840 médicos más en el conjunto de estos servicios hospitalários. Con el problema que supone que una gran parte de la atención recaiga en médicos residentes que, al fin y al cabo, están en formación. Siendo una situación la actual que le llevó a demandar que se ajuste el personal a las necesidades reales de la población.

Debido a que la citada presión asistencial se traduce en 9.000 urgencias diarias. De manera que no vio excusable que se saturen todos los años los servicios por la temporada de gripe, cuando es un fenómeno perfectamente previsible. Sin que el programa de invierno sea una buena solución por sus contratos semanales y mensuales durante el pico de enfermedades respiratorias. Mientras que los contratos anuales son eventuales.

Concretamente, y en relación con los contratos precarios, el ponente aseguró que afectan al 95% de los profesionales de urgencias, sin que se haya hecho una Oferta Pública de Empleo (OPE) en los últimos años.

También adujo el experto que las infraestructuras de urgencias son deficitarias, al contar con un 20% de camas menos que en 2012. Con lo que se satura el SNS en su conjunto, y no exclusivamente las urgencias, aunque ese colapso sea más evidente en ellas.

Para el doctor Morante Calvo se sufre un mal mantenimiento de estos servicios que repercute en una peor atención. En paralelo a un aumento exponencial de la demanda asistencial para equipos que trabajan todos los días del año. Lo que conforma una realidad que precisa, según manifestó, inversiones muy superiores a las actuales.

PSOE, Podemos, PP y Ciudadanos

Como ejemplo de esa sobrecarga de trabajo en las urgencias, el médico detalló que hay que atender a grupos de 80 a 100 pacientes en distintos tramos del día e, incluso, durante la madrugada.

Ante este estado de cosas, instó a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para reglamentar adecuadamente las urgencias de sus hospitales para evitar que sus profesionales trabajen hasta 200 horas al mes y para que no se realicen como norma guardias de 24 horas seguidas.

Por parte del Hospital Ramón y Cajal intervino Luis Alonso Mancera que denunció los problemas presupuestarios de su centro y la insuficiente dotación de sus plantillas. Aspecto que ilustró con referencias a un único retén de celadores que no pueden atender todos los cuidados de los pacientes frágiles como, por ejemplo, realizar sus cambios posturales para evitar escaras. A lo que añadió la falta de tres oncólogos que también repercute negativamente en la evolución de los pacientes con procesos neoplásicos.

Luis Alonso Mancera

Según Mancera, en su hospital hay 42.800 pacientes en lista de espera de atención especializada y quirúrgica. Es decir, el 10% de todas las demoras en consultas externas de la región. Fenómeno que, tal como describió, que se traduce en derivaciones al sector privado y peonadas de dudosa cuantificación. Sin que hayan sido una buena solución hasta ahora los denominados pactos de gestión. Así como la existencia de tasas de reposición que se muestran incapaces de anticiparse a las necesidades de profesionales del centro.

Encontró inadmisible Mancera que de las 891 camas de su hospital, 200 permanezcan vacías. Por lo que habló de un "ERE silencioso" por medio de jubilaciones no cubiertas, despidos y la no contratación de nuevo personal. De manera que las 1,45 camas por cada 1.000 habitantes están muy por debajo de lo estipulado por la Ley General de Sanidad. Con la conclusión de que el Hospital Ramón y Cajal tiene un índice de ocupación del 77,9%, claramente discordante con su productividad exigible.

Además de quejarse de una progresiva descapitaliación científica del centro, Mancera cuantificó en cerca de 40.000 las estancias evitables. De igual modo, encontró muy reducida la cápita de 563 euros del hospital, a pesar de que los distritos adscritos la mismo tienen poblaciones de rentas bajas y mayor morbimortalidad que otras zonas de la Comunidad de Madrid

Sobre la lista quirúgica, el ponente aseguró que su hospital logró el récord regional en 2019, al situarse en los 4.805 pacientes, sin contar las esperas para cirugía menor ambulatoria y bariátrica. Junto a su otro hito del SERMAS en las demoras de las consultas externas. A lo que añadió un desfase ya clásico en farmacia hospitalaria, entre lo que se presupuesta y lo que se gasta.

También participaron en el evento, dando sus recetas electorales para la sanidad regional, los portavoces de Sanidad del parlamento madrileño: José María Freire (PSOE), Mónica García (Podemos), Eduardo Raboso (PP) y Enrique Veloso (Ciudadanos).

Finalmente, Rosa Cuadrado Abad, secretaria general de la Federación Regional de Sanidad y Servicios Sociosanitarios de CCOO de Madrid, pidió la derogación de la Ley 15/1997 que abrió la puerta a las privatizaciones en la sanidad. Así mismo, calculó que el retroceso del sector sanitario público regional se tradujo en la pérdida de 8.000 puestos para profesionales sanitarios, en coincidencia con altas tasas de interinidad y eventualidad.

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