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El compromiso público, clave para la consolidación de la biotecnología española

Tomar el pulso de un sector como el biotecnológico, que en 2016 generó más de 108.000 empleos y aportó al PIB español más de 7.300 millones de euros. Eso es lo que busca la nueva edición del Informe de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), que incide en los claroscuros que continúa registrando la actividad en nuestro país, sustentada mayoritariamente en el esfuerzo e inversión de los operadores privados.

04/02/2019

"Los datos que se presentan en este informe reflejan un panorama con claroscuros que nos debe inducir a la reflexión. Algunos de los indicadores principales del sector se han estancado o empeorado levemente, como es el caso de los indicadores de impacto económico. Asimismo, la creación de nuevas empresas mostró ...

"Los datos que se presentan en este informe reflejan un panorama con claroscuros que nos debe inducir a la reflexión. Algunos de los indicadores principales del sector se han estancado o empeorado levemente, como es el caso de los indicadores de impacto económico. Asimismo, la creación de nuevas empresas mostró signos de un menor dinamismo y lo mismo ocurrió con el lanzamiento de nuevos productos al mercado y el desarrollo de alianzas. No obstante, las empresas continuaron apostando fuertemente por la I+D como palanca para su competitividad, siendo la inversión en I+D el indicador económico con una evolución más positiva, que creció especialmente en el segmento de empresas cuya actividad principal es la biotecnología". Así comienza la reflexión del presidente de la Asociación Española de Bioempresas (ASEBIO), Jordi Martí, a la hora de presentar la decimonovena edición de su informe anual, cuyo objetivo es radiografiar el estado de salud del sector biotecnológico en nuestro país.

Un estancamiento que debe revertirse si, como señala Martí, desde ASEBIO se tiene la "convicción de que la I+D y la innovación en general y la biotecnología en particular son fundamentales para el futuro de España". Ahora bien, ¿de qué situación partimos?

Ligera contracción

Aunque en 2016 -año que analiza la última edición del informe- la economía española sigue en vías de recuperación, tal y como refleja el crecimiento del PIB, del número de empresas de nueva creación (+1%) y del valor de producción generado por esas nuevas empresas (+2,5%), del informe se desprende que las empresas con dedicación principal a la biotecnología habrían experimentado una ligera contracción en cuanto al número de empresas y una ralentización en la facturación, moderando así las tasas registradas en los últimos años y que acumularían una media anual en torno al 5%.

Si analizamos los datos provenientes de la Encuesta Sobre Innovación en las Empresas 2016 del Instituto Nacional de Estadística, se aprecia cierto estancamiento de algunos indicadores. Aquel año, por ejemplo, se contabilizaron 651 compañías con dedica- ción principal a la biotecnología, con una leve contracción respecto a las 654 de 2015. El número de empresas del sector descendió asimismo en más de 200, pasando de 2.981 en 2015 a las 2.767 de 2016. Entre las que siguen al pie del cañón, un 67% se dedica a la salud humana y un 23% a la alimentación. Por comunidades autónomas, Cataluña, Andalucía y Galicia son las que tienen un mayor número de empresas biotecnológicas, con un 19%, un 13% y un 9% del total, respectivamente.

Sin embargo, no todo está perdido, pues ASEBIO también ha constatado que, durante el ejercicio que nos ocupa, las tasas de crecimiento del valor añadido por ramas de actividad son las más dinámicas de entre todos los sectores productivos, presentando avances del 17,4%. Un aumento del valor añadido por ramas de actividad que ha venido acompañado, señalan, "de una expansión en el empleo del 5,3%, esto es, más de dos puntos por encima de la media nacional". En términos absolutos, la biotecnología ocupa en España a más de 108.000 profesionales, 2.000 de los cuales son empleos directos.

Impacto económico

Cabe señalar asimismo que los gastos internos en I+D de las empresas biotecnológicas aumentaron a un ritmo mayor que el conjunto nacional, elevando nuevamente su participación sobre el total nacional por encima del 3%. Su inversión en I+D fue de 617 millones de euros, un 6,6% más que el año anterior, un dato que refleja el compromiso del sector privado con la investigación, el desarrollo y la innovación. Un compromiso que también contempla la internacionalización, imprescindible para el 87% de las empresas encuestadas, quienes barajan la Unión Europea y Norteamérica como mercados donde establecerse en el corto plazo.

Pese a las limitaciones de capital -que las empresas suplen a través de ampliaciones de capital privado o por emisión de acciones, financiación complementaria, préstamos participativos u operaciones de crowfunding-, el sector fue capaz de aportar al PIB más de 7.300 millones de euros, un 0,7% del total, lo que se traduce en torno a unos 2.600 millones de euros a las arcas públicas. Las operaciones financieras llevadas a cabo en el seno del sector movieron un total de 149 millones de euros, una cifra un 17% superior a la de 2016. Estos datos ponen sobre la mesa una vez más el potencial de una actividad cuyo dinamismo actualmente es mérito de operadores privados cuyo esfuerzo es clave para salir adelante. Una recuperación, lamentan desde ASEBIO, "que sería mucho mayor si hubiera mediado un compromiso público con la I+D y un marco competitivo de incentivos".

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