Aproximadamente 3 de cada 100 personas heridas por balas de goma mueren como consecuencia del impacto. Esta es la conclusión de un estudio estadístico descriptivo que ha evaluado la frecuencia de muerte, lesiones y discapacidad permanente como resultado del uso de proyectiles cinéticos de impacto para el control de masas. Los investigadores examinaron 26 artículos científicos publicados entre los años 1990 y 2017 relativos a incidencias ocurridas en Israel, los Territorios Palestinos, EE.UU., India, Irlanda del Norte, Suiza, Turquía y Nepal, hallando que aproximadamente el 15% de los supervivientes a este tipo de ataques quedan discapacitados de manera permanente.

La ceguera y la necesidad de extirpar el bazo o regiones del intestino estuvieron entre las causas más importantes de discapacidad, así como las lesiones en cabeza y cuello. Los autores del estudio indican que, dada la inherente inexactitud, potencial de abuso y consecuencias para la salud de este tipo de proyectiles, no serían los más apropiados para controlar disturbios.

También añaden que otros sistemas comúnmente utilizados en el control de masas, como los gases lacrimógenos, los cañones de agua, las armas acústicas y los táseres, han sido igualmente causa significativa de daños corporales a lo largo de los años.