Un equipo español, en el que participan científicos de la UAM y el CSIC, ha logrado identificar la región específica que modula la estabilidad de una cápsida vírica. El trabajo, publicado en el Journal of Virology, puede permitir el diseño de fármacos antivirales para combatir infecciones provocadas por distintos tipos de virus de una amplia familia.
Los virus se transmiten de una célula a otra gracias a las cápsidas, que son estructuras proteicas que protegen su material genético. Por esta razón, los científicos adelantan esfuerzos para conocer mejor las bases moleculares de estas cápsidas y poder desarrollar así más y mejores vacunas y antivirales. Utilizando como modelo ...
Los virus se transmiten de una célula a otra gracias a las cápsidas, que son estructuras proteicas que protegen su material genético. Por esta razón, los científicos adelantan esfuerzos para conocer mejor las bases moleculares de estas cápsidas y poder desarrollar así más y mejores vacunas y antivirales.
Utilizando como modelo el virus de la rinitis equina A, un patógeno que provoca enfermedad respiratoria en caballos, investigadores españoles han logrado identificar la región específica que regula la estabilidad de una cápsida vírica. “Gracias al aislamiento y caracterización de mutantes del virus de la rinitis equina A con diferente resistencia o sensibilidad a pH ácido, hemos logrado identificar residuos específicos de aminoácido que regulan la estabilidad de la cápsida de este patógeno”, afirman los investigadores.
Además, los autores destacan que la identificación de esta región abre las puertas al diseño de fármacos antivirales para combatir infecciones provocadas por un amplio grupo de virus. “Estos resultados podrían contribuir al desarrollo futuro de vacunas basadas en cápsidas virales estabilizadas frente a este y otros muchos patógenos relacionados, como el virus de la fiebre aftosa, causante de una de la principales enfermedades ganaderas”, aseguran.
El trabajo, publicado en Journal of Virology, fue liderado por Francisco Sobrino, del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”, centro mixto UAM/CSIC, y por Miguel A. Martín-Acebes, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).