"Todos los tumores malignos sólidos son manejables dentro de la medicina de precisión"

La medicina de precisión en oncología permite seleccionar el tratamiento potencialmente más eficaz para un paciente determinado, en función de sus características clínicas y analíticas. Así lo constata el Dr. Lisardo Ugidos de la Varga , director de Investigación Clínica del Instituto Oncológico Vithas (IOV) en Madrid , que agrupa los tres centros que el grupo tiene en la región (los Hospitales Universitarios Vithas Madrid Arturo Soria, Vithas Madrid La Milagrosa y Vithas Madrid Aravaca). Explica que, para ello, " es necesario realizar estudios moleculares en el tejido tumoral y/o en sangre buscando biomarcadores específicos para tratamientos concretos ".

Describe que, en el último año, " se sigue avanzando en los tratamientos con inmunoterapia contra distintos tipos de neoplasia, combinando anticuerpos inhibidores de puntos de control con nuevos fármacos inmunoterápicos o con terapias dirigidas, como es el caso de la combinación de pembrolizumab (un anti-PD1) con enfortumab-vedotin (un anticuerpo anti-nectina-4) en cáncer de vejiga ". Otra muestra que pone es la demostración de que osimertinib, un fármaco oral inhibidor de EGFR, aumenta la probabilidad de curación en pacientes operados de cáncer de pulmón que contenga una mutación en dicho gen. Sostiene que " hay muchos otros ejemplos en cáncer de mama, endometrio, etcétera ".

A su juicio, la medicina personalizada de precisión " es un cambio de paradigma porque permite seleccionar mejor los tratamientos potencialmente más eficaces para un paciente en concreto ". Con esto, se evita administrar tratamientos que no funcionan o son muy tóxicos, mejorando la supervivencia y la calidad de vida. Esto conlleva aplicar en la práctica clínica habitual estudios moleculares para detectar biomarcadores específicos.

No duda en que la farmacogenética es primordial en la medicina de precisión. " Esta rama de la Farmacología ha desarrollado técnicas diagnósticas para detectar qué pacientes van a tener mayor toxicidad a determinados tratamientos, lo cual facilita evitarlos o ajustar su dosis ", declara. Un ejemplo claro es la determinación de polimorfismos del gen de la dihidropirimidina deshidrogenasa (DPD) en sangre, que posibilita saber cómo va a metabolizar un paciente concreto un grupo de fármacos de quimioterapia llamados fluoropirimidinas.

¿Cuáles son los principales tumores enfocados a la medicina de precisión? " Todos los tumores malignos sólidos son manejables dentro de la medicina de precisión ", remarca. Expone que muchas guías oncológicas recomiendan ya que cualquier paciente con un cáncer avanzado o metastático tienen que tener la secuenciación genética de su tumor, así como el análisis de otros biomarcadores moleculares, para poder seleccionar el tratamiento farmacológico. Comenta que " este campo está más desarrollado en los tumores más incidentes, pulmón, mama, próstata, colorrectal, vejiga, pero es aplicable a todos ".

Ugidos de la Varga afirma que " el principal potencial de los biomarcadores es permitir seleccionar en un paciente concreto los mejores tratamientos para su neoplasia ". Recuerda que deben combinarse con los datos clínicos, analíticos y farmacogenómicos del paciente para tener una visión más global. Reconoce asimismo que es difícil calcular cuántos fármacos van a mejorar su eficacia utilizando biomarcadores, "pero cada vez serán más ".

Por otro lado, apunta que los biomarcadores predicen la respuesta a un fármaco fundamentalmente porque la mayoría son dianas terapéuticas. Es decir, " son proteínas donde actúa directamente el fármaco ". El biomarcador puede detectar alteraciones moleculares en esa proteína que indican que está más activada de lo normal, de tal forma que su inhibición produce un efecto antitumoral. En otros casos, el biomarcador no es la diana del fármaco, aunque " está relacionado con ella dentro del engranaje molecular del tumor ".

Diversos tipos

Detalla que existen diversos tipos de biomarcadores. La mayoría son alteraciones moleculares en el ADN de los genes, el ARN o las proteínas. Puntualiza que se determinan con distintas técnicas de laboratorio, como la inmunohistoquímica (IHQ), la hibridación in situ (ISH), la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o la secuenciación masiva. Un ejemplo es el gen ERBB2 que sintetiza la proteína Her2; la expresión de la proteína se determina mediante IHQ; a veces el gen ERBB2 está amplificado (hay más copias de lo normal) y esto se determina mediante ISH o secuenciación; y a veces tiene una mutación puntual en una de las "letras" de su ADN, lo cual de detecta mediante PCR o secuenciación.

Matiza que existen otros muchos biomarcadores en cáncer de pulmón (EGFR, ALK, RET, ROS1, etcétera), mama (HER2, BRCA1/2, PI3K, etcétera), etcétera. " Algunos pueden aparecer en cualquier tipo de tumor, como la inestabilidad de microsatélites o la expresión de la proteína PD-L1, relacionados ambos con la respuesta a inmunoterapia ", informa Ugidos de la Varga.

Para que los biomarcadores tengan suficiente nivel de evidencia, " es necesario realizar estudios traslacionales dentro de los ensayos clínicos ". De esta manera, " podemos confirmar con seguridad que un biomarcador concreto puede predecir la respuesta a un fármaco, en forma de supervivencia o respuesta, además de mejorar la calidad de vida ".

Resume que " cada vez avanzamos más, poco a poco, hacia una medicina más precisa y, por lo tanto, más eficaz ". Esto también permute " optimizar los recursos para que sea más eficiente, evitando tratamientos innecesarios ".

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