75 Aunque el Ministerio de Sanidad estima que podría haber algún cauce de recuperación a partir del icónico año 2030, al presente el departamento público calcula que en España hay aproximadamente 37.598 médicos de familia dentro de Atención Primaria (AP) como cuantificación de un déficit manifiesto de profesionales en esta especialidad. Se trata de un número bajo respecto a otras estimaciones y registros que, en cualquier caso, contrasta con los 95.709 efectivos médicos de los hospitales del Sistema Nacional de Salud (SNS) a los que sumar los 8.525 facultativos de la sanidad privada. Con una adición en total, dentro del SNS, de 176.909 médicos. Al incluir los 6.516 médicos contados como Otros en Atención Primaria, los 3.708 de los servicios de urgencias y emergencias y los 33.378 inmersos en el circuito de formación especializada (MIR). Para llegar finalmente a una tasa del 3,7 % por cada 1.000 habitantes. Los médicos de Atención Primaria, Medicina Familiar y Comunitaria, y Medicina General asumen cada día una función central en la atención sanitaria que se define como accesible, integral y continua. Pero actualmente padecen una enorme demanda asistencial empujada por el envejecimiento población y una cronificación de las patologías, que hasta 2019 se habían incrementado en un 10,84 %. De forma que el diseño organizativo del SNS se ha visto desbordado en unos límites establecidos en el último cuarto de siglo XX, porque se trata de atender a 49.153.849 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una población caracterizada por una alta esperanza de vida de 83,1 años para los dos sexos, con todo lo que ello supone. Por dentro También es relevante el dato de que únicamente se destina a la AP el 14,14 % del gasto sanitario público anual, que para España tiene una cápita de 1.926,25 euros por habitante. Existiendo 3.055 centros de salud y 10.036 consultorios en el territorio nacional. Infraestructuras cuyos equipos de especialistas de atención primaria (EAP) disponen de 96.016 profesionales, de los cuales 30.899 son profesionales de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC), además de 6.699 pediatras de AP, 34.875 enfermeras y 12.278 profesionales asistenciales de las Urgencias de AP que trabajan en exclusiva y se cuentan aparte. Números que dan un cupo de 1.351 pacientes por médico, 901 por pediatra y 1.370 por enfermera. Se cifran en algo más de 385 millones las consultas ordinarias que se realizan cada año en AP, de las que 213,4 millones corresponden a profesionales de medicina familiar y comunitaria, a las que hay que sumar más de 65,3 millones de teleconsultas y cerca de 3,2 millones de avisos a domicilio. Lo que da una frecuentación general ordinaria y no urgente por habitante de 5,11 también cada año. En paralelo a más de 33,6 millones de consultas anuales en atención en Urgencias de AP, mayoritariamente en el centro asistencial y en cerca de 1,7 millones de casos en el domicilio del paciente. Con la paradoja de que el número de las urgencias atendidas en hospitales alcanzan generalmente una cifra similar, con más de 31,1 millones de urgencias en el último recuento. Una larga lista de problemas Actualmente existe un consenso generalizado respecto a que el principal problema que afronta la AP es de naturaleza laboral. Como reconoce el propio Ministerio de Sanidad, existe un déficit de 4.502 médicos de familia, medible en un 10 % de plazas que habría que cubrir para atender correctamente la demanda asistencial. Una cifra que podría subir a los 5.496 profesionales en 2029, y quizás enmendarse poco a poco a partir de 2030. Junto al problema de que más del 60 % de los médicos de familia tienen hoy más de 50 años como previsión de una ola de jubilaciones en una década. Esta escasez de médicos de familia satura los centros de salud que encajan un aumento del 9 % en las consultas desde la última pandemia. Con el resultado de que aumentan los cupos que, en el caso de Málaga, lleva a que el 64 % de los médicos tengan adscritos 1.500 pacientes en cupo como doble de la media del país. Una situación que propicia la competencia entre territorios para captar médicos con el atractivo de mejores condiciones laborales y de retribución. Aunque, en términos generales, los médicos prefieren la estabilidad en los contratos y unas condiciones laborales correctas, llevando las peores críticas las guardias que se consideran excesivas y mal pagadas. No hay que olvidar en ningún momento que esta sobrecarga de trabajo y en estas condiciones lleva al burnout que sufren los profesionales, cifrado actualmente en un 50 %. Ahonda en esta problemática la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), entidad que también considera que el 80 % de 6.000 médicos que faltan en España lo hacen en AP. Concretamente, y según el informe sobre la necesidad de más médicos especialistas en España 2023-2035 del propio Ministerio de Sanidad, ya faltaban en 2023 5.874 de ellos, un 76 % de ellos (4.502) en AP. Una tendencia que se arrastrará hasta 2031, por ser el punto de inflexión a partir del cual empezará a haber cierto superávit de profesionales. La decadencia de AP se visualiza, por tanto y de manera clara, en el porcentaje de especialistas que trabajan en el sistema público. En el caso de AP este dato bajó del 31 % de ALGUNAS CIFRAS • Médicos colegiados: 301.684 • Médicos en el SNS: 176.909 • Médicos de familia en la sanidad pública: 41.661 (2023) • Médicos Atención Primaria: 43.159. • Médicos colegiados por 1000 habitantes: 6,2. Aumento de médicos de familia en la sanidad pública 2022-2023: 5% • Enfermeras en el SNS: 220.103 • Enfermeras en Atención Primaria: 40.595
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