73 al aumento del número de parejas sexuales y al uso insuficiente del preservativo como método de protección. “Nos quejamos de que lo usan poco, pero probablemente es la generación que más lo ha utilizado”, señala. Aun así, desde la pandemia se ha observado una tendencia descendente en su uso. Insiste, además, en la “poca educación sexual”: “Muchos jóvenes desconocen que la mayoría de las infecciones no presentan síntomas. Encontrarse bien no significa que no puedas tener más de una infección”. Con las mismas, se desconoce que el sexo oral, por ejemplo, representa la vía fundamental de transmisión de la mayoría de infecciones y, para practicarlo, “nadie usa preservativo”. Es, en su opinión, “un cúmulo de circunstancias”, por más que la financiación de la vacunación infantil contra el virus del papiloma humano haya sido “un gran avance”. Las más prevalentes Por lo que respecta a las ITS más prevalentes, el facultativo no tiene duda: el virus del papiloma humano, la causa principal de las verrugas genitales. Aunque, “con la vacunación de las mujeres, y ahora la de los hombres, iremos viendo una disminución progresiva en los próximos años”, augura Vives. Le siguen la uretritis, la gonorrea y la clamidia. Además de la sífilis. “Cuando yo empecé en venereología, en los años 90, veíamos dos casos de sífilis al año. Ahora un centro de venéreas potente como el de Barcelona o el de Madrid puedes llegar a tratar 15 o 20 al día. Es una animalada”, manifiesta el experto. Incluso el VIH, “cuya incidencia era la única que ha ido bajando, tuvo un pequeño repunte el año pasado, si bien ahora vuelve a estabilizarse”. A su juicio, que sea la única con una menor incidencia se debe a que “el plan del SIDA en España es muy bueno”. “Si consiguiéramos diagnosticar a todas las personas con VIH del mundo y las tratáramos, en una generación desaparecería porque ya no se transmitiría. Pero el problema es que hay mucha gente todavía que no se quiere hacer la prueba y, por tanto, sigue infectando”. En España, no obstante, se está consiguiendo casi un 90 % de pacientes diagnosticados y tratados, “por tanto, no infectan porque tienen carga viral indetectable”. A lo largo de sus más de 30 años de trayectoria, el doctor Vives ha detectado, claramente, un cambio generacional en el perfil del paciente. “Estamos observando un aumento importante de ITS en varones de edad avanzada. Tradicionalmente, desde el enfoque venerológico, se asumía que una uretritis en pacientes menores de 40 años era, por defecto, de origen sexual. Mientras que en mayores de esa edad se atribuía a otras causas.” Sin embargo, esta regla ya no se sostiene en el contexto clínico actual. En la práctica diaria, el cambio de perfil es evidente: “Un día cualquiera en consulta, de las diez primeras visitas que atendí, siete eran hombres mayores de 60 años, y todos presentaban una ITS”, comenta el doctor. Informar a los jóvenes sin juzgar Además, Vives incide en la falta de sintomatología, uno de los principales factores de riesgo en la transmisión de las ITS. “Por ejemplo, una mujer que practique sexo oral a un hombre, o un hombre que lo practique a otro hombre, puede adquirir una infección por clamidia en la orofaringe. Y en el 95 % de los casos, esta infección cursa de forma asintomática”, advierte el especialista. Esta situación representa un claro problema de salud pública, ya que la persona infectada puede seguir transmitiendo la infección a nuevas parejas sexuales sin ser consciente de ello. Por este motivo, el especialista insiste en la importancia de los chequeos preventivos, incluso en ausencia de síntomas. “Algunas infecciones, como la sífilis, pueden presentarse con manifestaciones inespecíficas y ser fácilmente confundidas con otras patologías dermatológicas, como una urticaria. En esos casos, el médico puede no identificar que se trata de un secundarismo sifilítico, que es sumamente infeccioso”. Y, asimismo, recuerda que existen determinadas infecciones de transmisión sexual, como la sífilis, que incrementan notablemente el riesgo de adquirir el VIH. El virus por sí solo no se transmite con tanta facilidad; una persona puede mantener múltiples relaciones sexuales con alguien seropositivo sin infectarse. Sin embargo, si esa persona también presenta una sífilis activa, altamente contagiosa, no solo transmite la sífilis sino que facilita la transmisión del VIH en el mismo contacto. “ES SORPRENDENTE CÓMO ESTÁ AUMENTANDO EL NÚMERO ENFERMEDADES VENÉREAS EN HOMBRES MAYORES” Incluso como especialista, considera difícil saber qué está fallando y cómo concienciar a la población. “Las aplicaciones han hecho mucho daño, porque tampoco hay tanta diferencia en la edad de inicio al sexo. Ahora puedes tener relaciones sexuales sin moverte de casa. Yo, por ejemplo, tengo pacientes que a lo mejor en el último mes han tenido 20 o 30 contactos anónimos”, asevera Vives. Educar a los jóvenes a partir de los 10 años lo considera fundamental, si bien debe ser “optimista y realista”, es decir, “explicándoles qué son las infecciones, cómo se transmiten, etc.,pero también dándoles soluciones”. Predicando con el ejemplo, llevan años acercando información a los más jóvenes: “En charlas con más de 300 alumnos, que inicialmente están alborotados, basta con mostrar un par de imágenes clínicas para captar su atención por completo. En cuanto ven la agresividad de algunas infecciones, se genera un silencio absoluto”. Ahora bien, considera que siempre debe hacerse dese el optimismo, sin echar la bronca ni siendo paternalistas, porque eso genera rechazo. Se trata de transmitirles que la sexualidad forma parte del disfrute, pero que también existen riesgos reales: algunas infecciones pueden ser crónicas o dejar secuelas graves, como la esterilidad. Se trata, por tanto, “de intentar mejorar la educación, involucrar a más gente en el abordaje de las ITS, y utilizar las mejores pruebas diagnósticas”. Sin embargo, sigue siendo un tema tabú. “Quien sufre una ITS muchas veces se siente culpable de algo, por lo que le cuesta consultar con el especialista. Pero eso es lo primero que enseño a los estudiantes de medicina: los médicos no estamos aquí para juzgar, sino para dar soluciones, ayudar y apoyar”, remarca. El mensaje final que quiere transmitir el facultativo es precisamente ese,“que hemos de quitarle peso; es una enfermedad más que se puede tratar y curar”. Y, sobre todo, deja claro que “no se trata de decirle a la gente que no tenga relaciones sexuales, sino de promover prácticas responsables: que se protejan y que acudan periódicamente a revisiones”, concluye. +
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