33 de Investigación en Tuberculosis de Barcelona (fuiTB). Con una larga trayectoria y un enfoque integral de salud pública, se ha convertido en un referente para profesionales sanitarios y expertos en enfermedades infecciosas. Situación actual de la tuberculosis en España Según el presidente de la Fundación fuiTB, “la tendencia en los últimos años, antes de la pandemia, era de un lento declive en la incidencia”. Esta evolución positiva había sido un logro importante en los programas de prevención y control en España. No obstante, la crisis sanitaria global de la Covid-19, que afectó a la organización de los servicios de salud, tuvo un impacto negativo. “Con la pandemia, sobre todo en 2020-2021, el declive se acelera debido a limitaciones en el control de la tuberculosis”, explica. Este descenso de la capacidad de controlar la enfermedad durante los primeros años de la pandemia se tradujo en un incremento de los casos. “En estos últimos 2-3 años hay un aumento que se explicaría sobre todo porque durante los primeros años de la pandemia muchos casos se diagnosticaron más tardíamente de lo habitual, y los estudios de contactos no fueron exhaustivos”, señala. Por lo tanto, la falta de seguimiento adecuado de los contactos de los pacientes infectados de la enfermedad contribuyó a la propagación del contagio. Caylà también indica que el reciente incremento de problemas socioeconómicos es el motivo del “aumento de la incidencia observado ya en algunas zonas geográficas”, como los barrios más vulnerables de las grandes ciudades. De esta forma, la pobreza y las condiciones de vida precarias han favorecido la propagación de la enfermedad, dificultando su control. El trabajo de la Fundación fuiTB La Fundación fuiTB, que inició su andadura en 2015, es una de las principales instituciones dedicadas a la investigación de la tuberculosis en España. En su labor, ha ampliado las líneas de trabajo que comenzaron en 1995 con la creación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona (UITB) y el Programa de Prevención y Control de la Tuberculosis de la ciudad de Barcelona en 1987, impulsado por la administración pública. La Fundación ha fomentado siempre una “muy buena coordinación entre todos los sanitarios involucrados en el control de la TB en el área de Barcelona”, promoviendo proyectos multicéntricos y multidisciplinarios orientados a un control efectivo de la enfermedad. Asimismo, la colaboración internacional es un pilar clave en la estrategia de la Fundación. En este sentido, la participación en ensayos clínicos dirigidos por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos ha supuesto un gran avance. “Objetivamos que un tratamiento para la infección tuberculosa latente con rifapentina e isoniacida una vez a la semana durante tres meses y directamente observado (TDO) era tan eficaz como el tratamiento clásico con isoniacida durante 6-12 meses”, puntualiza, resaltando los beneficios de estos nuevos enfoques para reducir la duración del tratamiento. Este ensayo clínico, publicado en revistas científicas de alto impacto como New England Journal of Medicine, y Annals of Internal Medicine, también exploró la adherencia al tratamiento. Tal y como aclara el experto, “desde Barcelona propusimos comparar la adherencia de este nuevo tratamiento vía TDO versus auto-administrado versus recordatorios vía SMS, y el resultado fue que el auto-administrado ya conseguía un grado de adherencia elevado”. Esto representa un logro en la investigación, ya que la adherencia al tratamiento es uno de los principales retos en la lucha contra la enfermedad. Otra colaboración internacional destacada fue un ensayo desarrollado por el Statens Serum Institut de Copenhague, publicado en Lancet Respiratory Medicine, que evaluó la eficacia de un nuevo test cutáneo para la detección de la infección tuberculosa latente. Los resultados mostraron que “el nuevo test cutáneo era mejor que la tuberculina y similar al Quantiferon (QF)”, lo que tiene especial relevancia en regiones que no cuentan con infraestructura de laboratorio suficiente para realizar las pruebas de QF. En un trabajo recientemente publicado en Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, el experto y su equipo concluyeron que, “desafortunadamente, no se podrá alcanzar el objetivo de la Estrategia de la OMS End TB de disminuir la incidencia de TB en España y en los países de Europa Occidental en un 50 % entre 2015 y 2025”. Esta realidad pone en evidencia la necesidad de reforzar los esfuerzos en la prevención y control de la enfermedad “para alcanzar los objetivos previstos para el 2030, que buscan una reducción de la incidencia del 80 %”. Otro aspecto importante de la fuiTB es la organización de congresos multidisciplinarios. Así en 2025, el 2 y 3 de junio se celebrarán las XIV Jornadas de Enfermedades Emergentes, y el 10 y 11 de noviembre, las XXIX Jornadas Internacionales de Tuberculosis. También cada año en marzo se celebra una jornada dedicada al Día Mundial de la Tuberculosis (ver informaciones en uitb.cat). Desafíos en el tratamiento A pesar de los avances en la investigación, Caylà destaca que la tuberculosis sigue siendo una enfermedad que no recibe la atención ni la financiación que requiere. “Se investiga poco en tuberculosis porque los países más afectados son muy pobres”, sostiene. Este déficit de recursos y apoyo económico ha ralentizado los avances en nuevos tratamientos y vacunas. “En España, actualmente seguimos aún con pautas de tratamiento de hace 40 años”, lamenta. En relación a los avances más recientes en diagnóstico y tratamiento, resalta que “el diagnóstico de la tuberculosis, incluso resistente a rifampicina, ya se puede conseguir en menos de dos horas con técnicas moleculares rápidas como Xpert”. Esta rapidez en el diagnóstico representa un avance fundamental, ya que permite iniciar el tratamiento de forma temprana y reducir la propagación de la enfermedad. A su vez, las “técnicas de epidemiología molecular nos permiten identificar cadenas de transmisión y brotes”, facilitando un control más efectivo de la enfermedad. Otro de los avances en el tratamiento fue el estudio TBTC Study 31/ACTG A5349, que demostró que un régimen de cuatro meses con rifapentina y moxifloxacino, junto con isoniazida y pirazinamida, “es igual de efectivo que el régimen estándar de seis meses” para la tuberculosis sensible. Aunque el mayor progreso se ha producido en el tratamiento de la tuberculosis resistente a fármacos. El especialista menciona que los “largos tratamientos de 18-24 meses, con inyecciones y múltiples efectos secundarios”,
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