IM MÉDICO #74

7 Como viene siendo habitual en las últimas seis convocatorias, en 2024 la especialidad de dermatología volvió a agotar sus plazas la primera en las adjudicaciones de médico interno residente (MIR) y se ha convertido en la elección estrella de los primeros puestos. “La dermatología es la especialidad de la medicina que diagnostica y trata las enfermedades de la piel y el pelo, en cualquier situación y edad de la vida. Es una especialidad médica, quirúrgica y estética encargada de evaluar la piel enferma y la piel sana de la población”, señala Yolanda Gilaberte, presidenta de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y de su Fundación Piel Sana. Un dermatólogo diagnostica y trata hasta 3.000 afecciones o enfermedades de la piel, pelo, uñas o mucosas. La media de consultas anuales por parte de la población roza los siete millones de pacientes. Tal y como explica Isabel Belinchón, vicepresidenta 1ª de la AEDV y Responsable de Formación, Investigación e Innovación, “la dermatología destaca por ser una especialidad muy precisa tanto en el diagnóstico (epiluminiscencia, microscopía, ecografía, sistemas de inteligencia artificial,etc.), como en el tratamiento (cirugía controlada al microscopio, láseres y dispositivos, emisores de energía, tratamientos biológicos, etc.)”. Por su parte, José Manuel Carrascosa, vicepresidente 2º de la Academia y responsable del área de Dermatología Pública, considera que “los avances que ha vivido la especialidad en los últimos 20 años, es otro de los puntos a favor que hace que muchos opositores se la planteen como primera opción, principalmente gracias a la llegada de los tratamientos biológicos”. Además, cabe destacar que existe una amplia oferta laboral, así como la posibilidad de combinar la Sanidad pública con la privada. “La dermatología se ha sabido adaptar como ninguna especialidad médica a una sociedad cada vez más informada y empoderada que entiende el concepto de bienestar no solo como ‘estar bien’, sino como estar sano, saberse sano y verse bien”, agrega Agustín Viera, responsable del área de Dermatología Privada de la sociedad científica. Los retos de la investigación dermatológica hecha en España En este escenario juega un papel principal la investigación, como subraya la AEDV en cada congreso nacional. No en vano, la piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, y también el más afectado por patologías diversas, de mayor o menor gravedad. Se calcula que más de 1.800 millones de personas en el mundo presentan, o presentarán a lo largo de su vida, algún tipo de afección cutánea. Por ello, los especialistas consideran necesario incentivar la investigación en dermatología, con el fin de mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes y responder a sus necesidades presentes y futuras. En este sentido, Ignacio García Doval, director de la Unidad de Investigación de la Fundación Piel Sana de la AEDV, señaló que “la investigación dermatológica que se hace desde España tiene un papel relevante en áreas como la psoriasis, el melanoma, la dermatitis atópica, la tricología o el eccema de contacto, a nivel mundial. Sin embargo, tenemos una representación escasa en la investigación de financiación competitiva”. A su juicio, la solución a este problema pasa por crear mayores sinergias entre el mundo de la investigación académica y las instituciones sanitarias y de gestión de la salud, y sensibilizar a la sociedad y a los responsables políticos acerca de la importancia de la investigación en dermatología y su impacto en la salud de la población. No es baladí, pues las enfermedades de la piel pueden influir de manera significativa en la calidad de vida de los pacientes y en su bienestar emocional. Tanto es así que se calcula que el 30 % de los afectados por patologías cutáneas desarrolla alteraciones psicológicas o psiquiátricas como estrés, ansiedad y depresión. Avances en el tratamiento del melanoma Muestra del éxito de la investigación en dermatología son los avances en el melanoma, el tipo de cáncer de piel de mayor riesgo, cuya incidencia continúa aumentando de forma lenta y progresiva. Si bien es cierto que se atisba una tendencia a la estabilización o incluso a la disminución en aquellas generaciones que nacieron en la década de los 90 en adelante, cuando comenzaron las campañas de concienciación acerca de los peligros del exceso de radiación solar.

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=