IM MÉDICO #74

60 RADIOLOGÍA También ante tumores no resecables En el terreno de las ablaciones, la electroporación irreversible (IRE) se confirma como terapia alternativa a la cirugía en tumores de páncreas, hígado, riñón y próstata. Ante la proximidad de tejidos sensibles cuando la resección no es posible, como explica el doctor Rodrigo Alonso-González, radiólogo intervencionista y miembro de la SERAM, porque la IRE permite ampliar la supervivencia en cáncer de páncreas avanzado sin metástasis, con reducción del tumor mediante electricidad aplicada con pulsos de alto voltaje y la precisión que permite delimitar la zona a trabajar con agujas-electrodo alrededor del tumor colocadas con ecografía y TAC. Agujas que tienen el grosor de las que se emplean para la extracción de sangre para colocarse a través de la piel. De forma que la corriente eléctrica pueda pasar por pequeños poros abiertos en la membrana de las células cancerosas. Con la ventaja de que dichas células puedan ser destruidas sin afectar a estructuras contiguas sanas como pueden ser los vasos sanguíneos, los conductos biliares o la vía urinaria. Donde la virtualidad radica en poder atacar tumores de ubicación compleja como son los tumores centrales de riñón o aquellos hepáticos con proximidad a grandes vasos sanguíneos. Además de existir casos de efecto abscopal con el que desaparecen metástasis una vez que se aplica esta tecnología a los tumores primarios. La IRE comparte con la radiofrecuencia y las microondas su carácter mínimamente invasivo, tras intervenciones ambulatorias que permiten el alta a los uno o dos días, sin cicatriz, aunque sí con anestesia general. Dentro de un procedimiento que precisa ser monitorizado. Su uso ofrece buenos resultados con inmunoterapia y abre aún mejores perspectivas mediante IRE con una sola aguja y sistemas robotizados contando siempre con personal experto en ablación tumoral. Pensando en los niños Desde la SERAM también se ha defendido en el cambio de año que es posible radiar a los niños con dosis cinco veces inferior a lo habitual en el último lustro. Ya que, a juicio de los radiólogos pediátricos de la sociedad científica, como los doctores Ignasi Barber, del Servicio de Radiología Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, y Jaume Mora Graupera, oncólogo pediátrico del mismo centro, se ha avanzado mucho en precisión diagnóstica y planificación terapéutica mediante la valoración multiparamétrica y cuantitativa de las lesiones tumorales que supera el enfoque meramente anatómico de las radiografías sencillas, las ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Así ocurre con la elastografía que determina la rigidez de los órganos y las lesiones tumorales, a la par que las técnicas avanzadas Doppler evalúan la perfusión tisular o cuando el contraste ecográfico intravenoso incrementa la capacidad diagnóstica al caracterizar cada tumor. Mientras que, con la tecnología espectral que deriva de la tomografía computarizada se puede mapear la cantidad de yodo captado para diferenciar mejor los tejidos. A la vez que la segmentación y los modelos en 3D permiten la planificación quirúrgica y terapéutica. En paralelo a las secuencias de difusión y perfusión en RM que aportan datos cuantitativos de la lesión tumoral. Los doctores Barber y Mora Graupera estiman, por tanto, que la TC torácica para detectar metástasis pulmonares en niños con cáncer permite bajar la dosis de los 2mSv a los 0.3mSv, como ejemplo de dosis ultrabaja y sin perjudicar la calidad diagnóstica. Así como las posibilidades se amplían con las tecnologías híbridas como PET-TC y SPECT-TC, que combinan los datos morfológicos con los metabólicos cuantificables que deben ser analizados tanto desde el ángulo de la radiología como de la medicina nuclear. Para dar respuesta a las alteraciones, primera y segunda, de las células madre embrionarias que explican la aparición de tumores en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Porque la génesis de los tumores del desarrollo es netamente distinta a la de los adultos, sujeta al cumplimento de años y, en el caso de la población más joven, afortunadamente mucho menos frecuentes. Las mujeres primero La radiología también mostró una especial sensibilidad hacia la población femenina al destacar que las urgencias ginecológicas llegan en ocasiones mal orientadas a los servicios de radiología que están de guardia. Dentro de una problemática señalada por el doctor Rubén Molina, radiólogo abdominal en el Hospital de Manises de Valencia, según el cual se dan situaciones en las que el uso de ecógrafos en urgencias o por parte de algunos ginecólogos hacen que los casos lleguen acompañados de acierto a radiología o ya mediante pruebas complementarias superiores. Fenómenos que impiden una correcta información clínica desde la urgencia ginecológica y obstétrica. Según el doctor Molina, en el embarazo la falta de radiación de la ecografía se muestra como primera opción, con el recurso de la resonancia magnética y sin recurrir a contrastes. Mientras que la tomografía computarizada puede ser usada, pero extremando las precauciones especialmente durante el primer trimestre de la gestación, sin negar el uso de medios de contraste yodados salvo que exista alergia o afectación de la función renal. Pero con observancia de posibles cuadros trombóticos o infecciosos que motiven pruebas de imagen más resolutivas. Es de recordar también que existen urgencias abdominales tan características como las digestivas, las biliares o las nefrourológicas que resultan más frecuentes en la época reproductiva, sin descuidar la patología específica del embarazo y el puerperio. Ante TECNOLOGÍAS MIXTAS COMO PET-TC Y SPECT-TC OFRECEN NUEVAS OPCIONES EN CÁNCER PEDIÁTRICO

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