IM MEDICO #67

43 Puede presentarse como única alteración (fibromialgia primaria) o asociada a otras enfermedades (fibromialgia concomitante). El dolor es uno de los síntomas más molestos de la fibromialgia. Es difuso y afecta a una gran parte del cuerpo. En unas ocasiones, el dolor comienza de forma generalizada, y en otras en un área determinada como el cuello, el hombro, la columna lumbar, etcétera. Y desde ahí se extiende. La persona que busca la ayuda del médico suele decir “me duele todo”, pero otras veces es referido como quemazón, molestia o desazón. Con frecuencia el dolor varía en relación con la hora del día, el nivel de actividad, los cambios climáticos, la falta de sueño o el estrés. Aparte del dolor, la fibromialgia ocasiona muchos otros síntomas: el 90% de los pacientes tiene cansancio, el 70-80% trastornos del sueño y hasta un 25% ansiedad o depresión. Igualmente, son muy frecuentes síntomas como mala tolerancia al esfuerzo, sensación de rigidez generalizada (sobre todo al levantarse por las mañanas), sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies, hormigueos que afectan de forma difusa sobre a las manos, jaquecas, dolores en la menstruación, colon irritable, sequedad en la boca y los ojos. Esta patología cursa a brotes, que pueden desencadenarse ante sobreesfuerzos, cambios climáticos o estados de ansiedad o depresión. A pesar de tener un carácter benigno porque no produce secuelas físicas (no destruye las articulaciones, no ocasiona lesiones irreversibles ni deformidades) ni influye en la supervivencia del paciente, el impacto que origina en la calidad de vida de quien la padece es muy variable de unas personas a otras pudiendo ser limitante. Gota La gota es una enfermedad ocasionada por el depósito de cristales de ácido úrico en el interior de las articulaciones produciendo episodios de inflamación que se caracterizan por la aparición de dolor brusco, hinchazón, enrojecimiento, gran sensibilidad al tacto y aumento de la temperatura de la articulación o articulaciones afectadas. Afecta sobre todo a hombres adultos y mujeres posmenopáusicas. Produce inflamación articular, generalmente de una sola articulación, aunque puede afectar a más de una a la vez. Las articulaciones en las que más frecuentemente se producen ataques de gota son la base del dedo gordo, el empeine del pie, el tobillo y la rodilla, aunque puede producirse en cualquier articulación. El inicio de los síntomas suele ser brusco; en horas, la articulación pasa de estar normal a tener una inflamación muy intensa. El paciente nota mucho dolor y éste empeora con el movimiento de la articulación y el roce. Suele aparecer hinchazón, enrojecimiento y aumento de la temperatura de dicha articulación. Estos síntomas suelen durar una semana y, posteriormente, desaparecen. Es frecuente que pacientes que han presentado un episodio de artritis por gota presenten más episodios en el futuro si no reciben el tratamiento adecuado, ya que es una enfermedad que tiene brotes de actividad. Otro signo característico es la aparición de tofos que son nódulos blanquecinos que suelen encontrarse cerca de las articulaciones. Los tofos son el resultado de la acumulación de cristales de ácido úrico y se dan en algunas personas con niveles de ácido úrico en sangre elevado de manera persistente. Lupus eritematoso sistémico Lupus significa lobo en latín. Este nombre muy antiguo se debe a que esta enfermedad puede originar una erupción en la cara que se asemejaba a las marcas que tienen en el rostro algunos lobos. Se encuadra dentro de las enfermedades autoinmunes. El sistema inmunológico o de defensa de nuestro cuerpo normalmente produce proteínas llamadas anticuerpos para proteger al organismo de virus, bacterias y otras sustancias extrañas denominadas antígenos. En una enfermedad autoinmune como el lupus, el sistema inmunológico se “confunde” y no diferencia entre las partículas extrañas (antígenos) y las propias células o tejidos, y produce anticuerpos en contra de “sí mismo”. A estos anticuerpos se les llama “autoanticuerpos”, y se unen con los antígenos propios formando unos complejos inmunes que son los que causan la inflamación y el daño en los tejidos. MANEJO Y PREVENCIÓN DE FRACTURAS POR FRAGILIDAD Más de 20 sociedades científicas y asociaciones de pacientes, entre las que se encuentra la Sociedad Española de Reumatología (SER), han firmado un documento de consenso con la finalidad de mejorar el manejo y la prevención de las fracturas por fragilidad en España. Cada año, se originan más de 280.000 fracturas de este tipo al año, afectando sobre todo a mujeres mayores, con un gasto sanitario directo de 1,8 mil millones de euros, según datos de la International Osteoporosis Foundation. No hay que olvidar que, aproximadamente, uno de cada seis pacientes mayores de 70 años ha tenido alguna fractura de fragilidad y, de ellos, más de un tercio padecerá nuevas fracturas. La fractura de cadera es la que mayor mortalidad, dependencia y gasto sanitario conlleva, con sólo uno de cada cuatro pacientes recuperando la autonomía previa a la fractura. Entre las recomendaciones del consenso está incluir las fracturas de cadera en las Estrategias y Planes de Salud e implementar Unidades de Ortogeriatría y/o de Asistencia Compartida multidisciplinares y Unidades de Prevención Secundaria de Fracturas para mejorar la atención tanto en la fase aguda como la prevención de nuevas fracturas, impulsando el papel de los médicos de Atención Primaria y aumentando la participación de las organizaciones de pacientes. También se quiere implementar Guías de Práctica Clínica de forma homogénea en todas las comunidades autónomas, que permitan diagnosticar, tratar y realizar un seguimiento adecuado y uniforme de aquellos pacientes, adaptado al nivel de riesgo, de acuerdo con factores asociados y densidad mineral ósea, con especial atención a aquellos con alto riesgo de fractura o que haya sufrido alguna fractura osteoporótica.

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