IM MEDICO #66

81 Precisamente, al referirse a las estrategias existentes para reducir los casos de pérdida visual causados por el EMD y otras enfermedades que pueden provocar ceguera irreversible, el experto apunta que la clave está en el diagnóstico y tratamiento precoz. Es decir, subraya, “en el momento en que se detectan cambios en el fondo de ojo en un paciente con diabetes, se pone en marcha su seguimiento y, según el caso, tratamiento”. En palabras del especialista, “actualmente existen softwares de inteligencia artificial ya admitidos por los sistemas internacionales y perfectamente validados que permiten, mediante una fotografía del fondo de ojo, conocer el estadio en que se encuentra el paciente y el procedimiento que debe seguir”. “No es algo del futuro: existe ya”, remarca, anotando que en el Hospital Universitario Puerta de Hierro “tenemos a los diabéticos del área controlados mediante un sistema de inteligencia artificial”. Con esto, los oftalmólogos no tienen que analizar fondos de ojo que no necesitaban ser vistos; y, además, se ahorra tiempo, repercutiendo en la mejora de la asistencia. Por contra, las largas listas de espera a las consultas e intervenciones que necesitan los pacientes con EMD “pueden condicionar un peor pronóstico y un peor resultado funcional”. Por su parte, Francisco Cabrera, jefe del Servicio de Oftalmología del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil de Gran Canaria, profesor asociado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y director del Instituto Canario de Retina (ICARE), comenta las estrategias de medicina de precisión que existen a día de hoy para los pacientes, una vez diagnosticado el EMD. Hay una muy clara, señala: “buscar biomarcadores de inflamación a través de pruebas de imagen, con el objetivo de definir el perfil fisiopatogénico del edema”. Con ello, manifiesta, “podemos elegir el tratamiento más idóneo para el paciente, es decir, aquel con el que consigamos mejores resultados” y también este tratamiento “debe lograr el máximo beneficio con el menor número de visitas, de modo que se favorezca la adherencia al tratamiento”. Asimismo, una vez detectado el EMD, en opinión de Cabrera “está claro que el tiempo que pasa entre diagnóstico y tratamiento debe ser el mínimo posible”. El paciente, por tanto, debe ser evaluado de una forma preferente, estableciendo circuitos de consulta que faciliten el acceso del paciente recién diagnosticado al tratamiento. “Esto se puede hacer, sobre todo, facilitando el acto único, en el que en una única visita el paciente es controlado y tratado. Así, se reduce el número de visitas al hospital y hay una mejor adherencia al tratamiento intravítreo”, detalla el experto. Muchos hospitales españoles han implementado ya estos circuitos. “La cuestión es que deben generalizarse en todos los hospitales de España. Y para ello es muy importante seguir las recomendaciones y el protocolo de Unidad Intravítrea promovido por la SERV, donde se especifican los elementos indispensables para conseguir el acto único. Se trata de una una labor que implica a muchos niveles asistenciales y, por tanto, es imprescindible coordinar a todos los equipos para llevar a la unidad a buen puerto”, detalla. Sin embargo, los cambios en los protocolos suelen generar cierta resistencia, sobre todo, si hay varios departamentos implicados. “Por eso lo importante es tener a profesionales comprometidos con la implementación del proceso. Pero, además, son necesarios recursos materiales, que no solo equipamiento tecnológico”, incide el facultativo. Con el objetivo de mejorar la calidad asistencial de los pacientes oftalmológicos y prevenir la ceguera irreversible, ya se están implementando en algunos hospitales iniciativas en torno al cribaje, derivación y telemedicina de los pacientes oftalmológicos. Es el caso Canarias, donde desde hace exactamente 15 años, se ha establecido un programa de screening dirigido a pacientes con diabetes que, según el especialista, “ha demostrado, con creces, su coste-eficacia en el diagnóstico y tratamiento de patologías como el EMD”. “Hemos cribado ya a más del 70% de la población diabética susceptible de screening y, con ello, hemos detectado retinopatías en fases muy iniciales, que son las que permiten un tratamiento más eficaz”, concluye. REFERENCIAS 1. Informe sobre la ceguera de España. P.40. https://www.seeof.es/archivos/articulos/ adjunto_20_1.pdf 2. IDF (International Diabetes Federation). The diabetic Retinopathy Barometer Report: Global Findings (www.drbarometer.com) 3. J. 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