IM MEDICO #66

79 Por esa razón, es importante remarcar que la pérdida de visión provocada por el EMD no se puede recuperar, y que la forma de prevenir esta patología es a través del diagnóstico precoz mediante las visitas periódicas al oftalmólogo. ¿Por qué se produce el EMD? La diabetes mal controlada conlleva la acumulación de glucosa en los vasos sanguíneos, provocando daño en las paredes vasculares de la retina y además produce un estado proinflamatorio crónico en todo el cuerpo, dando lugar a un aumento de elementos inflamatorios en la sangre con respecto a los pacientes no diabéticos6. Esto puede ocurrir en los vasos sanguíneos de distintos órganos. Pero en el caso de los ojos, los vasos en cuestión son de menor tamaño y, por tanto, pueden verse dañados fácilmente. Los vasos sanguíneos afectados pueden derramar líquido, inflamando y dañando la mácula y provocando el edema macular diabético. La buena noticia es que el EMD se puede detectar a través de una sencilla prueba de imagen llamada tomografía de coherencia óptica (OCT), una tecnología mínimamente invasiva en la que el paciente solo debe mirar a un punto fijo durante unos pocos segundos. En ese intervalo de tiempo, esta prueba realiza una “fotografía” del fondo del ojo. Mediante esta técnica, se puede observar que en hasta aproximadamente un 40% de los pacientes con EMD pueden aparecer biomarcadores de imagen considerados inflamatorios7. A su vez, los biomarcadores de imagen detectables por OCT permiten distinguir los edemas en los que la inflamación juega un papel preponderante de los que no. El uso de biomarcadores, junto con la clasificación de ESASO8 del EMD en estadios que permiten reflejar la progresión y gravedad de la patología, permitiría optimizar el manejo del edema macular diabético en la práctica clínica, individualizando el tratamiento según las necesidades de cada paciente8,9,10. Individualización y medicina de precisión La existencia de los biomarcadores de imagen y una clasificación para el EMD abre las puertas para individualizar la atención a los pacientes con esta patología, así como su tratamiento. No es baladí, puesto que una correcta elección del tratamiento en el momento adecuado incrementa la probabilidad de lograr una mayor ganancia visual. De hecho, la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), en su última actualización de las guías de práctica clínica, ha incorporado en los algoritmos de manejo del EMD los biomarcadores de inflamación, que permiten individualizar el tratamiento del EMD cuando este tiene un componente predominantemente inflamatorio. Es decir, conocer el estadio en que se encuentra el EMD a través de los biomarcadores detectables por OCT es clave para un diagnóstico (medicina de precisión) y terapia (individualización del tratamiento) acertados, lo que contribuye a evitar posibles casos de ceguera irreversible. El problema, sin embargo, viene con el cribaje y el circuito al que debe acceder el paciente de forma temprana. Para empezar, la oftalmología es la segunda especialidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) con mayor lista de espera en sus consultas, y tercera con más actividad quirúrgica. Además, la pandemia provocó que esas listas de espera se alargaran todavía más en la especialidad, provocando retrasos en los diagnósticos. Cabe destacar que las listas de espera en los servicios de oftalmología no distinguen entre patologías con y sin riesgo de ceguera irreversible, a pesar de que los expertos coinciden en la importancia de prevenir casos de ceguera irreversible por su sentido de urgencia y prioridad frente a otras patologías oculares en las que la pérdida de visión sí se puede recuperar, como sucede con las cataratas. En consecuencia, se hace patente la necesidad de repensar y redefinir el recorrido asistencial del paciente oftalmológico, por ejemplo, optimizándolo mediante campañas de cribaje y una mejor conexión entre Atención Primaria y los servicios de Oftalmología. EN HASTA APROXIMADAMENTE UN 40% DE LOS PACIENTES CON EMD PUEDEN APARECER BIOMARCADORES DE IMAGEN CONSIDERADOS INFLAMATORIOS Precisamente la realización de campañas de cribaje, la revisión de circuitos de entrada y derivación de los pacientes forman parte de las 10 medidas para mejorar la calidad asistencial de los pacientes con patologías que causan ceguera irreversible plasmadas en el Libro Blanco del proyecto ‘Oftex Calidad asistencial’. Este es un documento que analiza la situación actual de la Oftalmología en España, identifica las tendencias y retos de los próximos años y propone medidas para lograr la excelencia en Oftalmología. ‘Oftex Calidad asistencial’ es un proyecto multidisciplinar integrado por sociedades científicas (clínicos, directivos de la salud, farmacia hospitalaria) y representantes de pacientes, para abordar los desafíos que nos plantea el cuidado de la salud y poder encontrar juntos soluciones con las que avanzar. Con el objetivo de mejorar la calidad asistencial de los pacientes oftalmológicos y prevenir la ceguera irreversible, ya se están implementando en algunos hospitales iniciativas entorno al cribaje, derivación y telemedicina de los pacientes oftalmológicos. La opinión de los expertos En este escenario, José María Ruiz Moreno, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Puerta de HierroMajadahonda, catedrático de Oftalmología en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y presidente de la Fundación Retina PLUS, pone sobre la mesa la necesidad de que las personas con diabetes conozcan las consecuencias visuales de un mal control de su enfermedad. “El EMD es la principal causa de pérdida de visión en los pacientes

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