IM MÉDICO #61

16 NEUMOLOGÍA de que tengan o no síntomas”, consideró en nota de prensa José Miguel Rodríguez González-Moro, jefe de la Unidad de Neumología de los Hospitales Universitarios Vithas Madrid Arturo Soria y Vithas Madrid La Milagrosa. La espirometría es una prueba que mide el flujo de aire qué exhala el paciente y a qué velocidad lo hace. A través de una boquilla que está conectada a un espirómetro se pide que, tras unas respiraciones tranquilas, se tome el máximo de aire posible y que se expulse de golpe durante al menos seis segundos. “Estos pasos se suelen repetir al menos tres veces para que el espirómetro recoja toda la información de forma objetiva”, explicó. Insistió en que el tabaquismo es la principal causa de la EPOC, desarrollándose en un 30% de los fumadores. “La genética y el tabaco acumulado son los dos factores implicados de forma más marcada en el desarrollo y gravedad de la enfermedad”, sostuvo. En fumadores pasivos que permanecen mucho tiempo en ambientes con humo el riesgo también existe. En cuanto a los síntomas, el neumólogo aclaró que muchos pacientes con EPOC no los experimentan hasta que la enfermedad se encuentra muy avanzada o si los tienen los atribuyen al hecho de ser fumadores o como consecuencias de la edad. Aunque esta enfermedad no tiene cura, hay tratamientos que pueden ayudar con los síntomas e incluso retrasar su progreso. Los cambios en el estilo de vida son imprescindibles. Es decir, “dejar de fumar es lo más importante, aunque también es fundamental realizar actividad física para fortalecer los músculos que ayudan a respirar”. Esto, sumado a medicamento como broncodilatadores o terapias de oxígeno, contribuye a tratar sus complicaciones. Uso de los biomarcadores Conocida como NAC, la neumonía adquirida en la comunidad es la infección con mayor mortalidad en las poblaciones más vulnerables. Su incidencia va de los cuatro a diez casos por 1.000 habitantes al año. En los países desarrollados, su mortalidad en los pacientes hospitalizados va de 4 a 14%, llegando al 25-30% en los casos de NAC grave. Debido al envejecimiento de la población, cada vez más pacientes necesitan ser hospitalizados por NAC. Estas consecuencias no se limitan a la fase aguda, ya que se ha demostrado una mayor mortalidad en estos pacientes incluso años después de superar la infección. Las principales explicaciones de esta mortalidad a largo plazo se deben al daño cardiovascular. Por ello, neumólogos de SEPAR continúan investigando sobre la neumonía y cómo tratarla de forma más precisa. Uno de estos avances sería el uso de los biomarcadores. Estos son eventos biológicos medibles (por ejemplo, moléculas), las cuales permiten detectar una enfermedad o hacer un pronóstico sobre ella. “Los biomarcadores ´clásicos´ que se han utilizado con la neumonía, incluyen la proteína C-reactiva (PCR), la procalcitonina (PCT), la IL-6, los péptidos natriuréticos, la proadrenomedulina (proADM), la proendotelina y el D-dímero, entre otros”, comentó Raúl Méndez Ocaña, neumólogo de SEPAR. Estos biomarcadores han demostrado principalmente “un papel pronóstico” en la neumonía. Si bien, “en los últimos años hemos continuado investigando otros biomarcadores que no sólo tienen capacidad pronóstica, sino que destacan porque podrían representar dianas terapéuticas sobre las que intervenir en esta enfermedad”. Entre los nuevos biomarcadores que destacan de forma relevante están la angiopoyetina 1 y 2 (Ang-1 y -2), los neutrophil extracellular traps (NETs), aunque también se continúan haciendo estudios de otros biomarcadores, como la progranulina o el FGF21 (fibroblast growth factor 21). En cuanto la incorporación de estas novedades al Sistema Nacional de Salud, Méndez Ocaña concluyó que, “actualmente, son muy pocos los biomarcadores que se utilizan de manera rutinaria en la práctica clínica diaria. Los más usados son la PCR, la PCT o el recuento linfocitario, mientras que el resto quedan relegados a la investigación”. Es necesario continuar avanzando y explorar otras opciones, para arrojar más luz en este aspecto y conseguir que la NAC pueda ser tratada de tal forma que sus secuelas y mortalidad disminuyan. LOS DÍAS DE MÁS CONTAMINACIÓN HAY MÁS INGRESOS POR EPOC, ASMA E ICTUS, Y TAMBIÉN MÁS INFARTOS blicos y acceso al mercado de AstraZeneca España, recordó que el objetivo de la LAA “es limitar el impacto del cáncer de pulmón como causa de muerte y duplicar su supervivencia en el 20252”. Pero, para alcanzar ese objetivo, “es necesario implantar una serie de medidas siguiendo el camino marcado por las autoridades europeas, tales como aumentar los programas de cribado en el Sistema Nacional de Salud”. El Consejo de la UE ha recomendado a los países estudiar la viabilidad y la eficacia del programa de cribado de cáncer de pulmón, por ejemplo, mediante estudios de ejecución. El Consejo también recomienda garantizar procedimientos de diagnóstico y tratamientos adecuados, oportunos y complementarios para las personas con resultado positivo en la prueba de detección. Realizar espirometrías La EPOC afecta en España al 11,8% de los mayores de 40 años, de acuerdo con los resultados del estudio EPI-SCAN II2, y es ya la cuarta causa de mortalidad en España. La Organización Mundial de la Salud (OMS) remarca que esta enfermedad provoca la muerte de tres millones de personas al año y en 2030 será una de las principales causas de fallecimiento relacionada con el tabaco. La sintomatología típica de la EPOC es la tos, la expectoración y la disnea o la falta de aire, pero en ocasiones no se reconocen y se atribuyen al hecho de ser fumador o como consecuencia de la edad. “El diagnóstico precoz es fundamental, ya que de esta manera el pronóstico y la calidad de vida mejoran a largo plazo. Para lograrlo se deben realizar espirometrías en todos los fumadores mayores de 35 años tanto en Atención Primaria, neumología, e incluso medicina del trabajo, independientemente

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