IM MÉDICO #59

im MÉDICO | 59 37 vínculomadre-bebéquepuedeestarproducidopormuchos factores, entre ellos haber tenido un embarazo o un parto traumático, un partomuymedicalizado, tener cualquier tipo de entorno hostil que no favorezcael vínculo, tener determinadas circunstancias dehistoria personal previa, historial de abandono, patologías previas, etc.” Le ocurre a un 10% de las mujeres aproximadamente, sin embargo, sigue siendo un tema tabú. Tal y como lo plantea la especialista, “lasmadres se preguntan ‘cómo puedo estar tan triste si se supone que debería estar feliz con mi bebé’ y se sienten muy culpables. Lo que hace que no pidan ayuda. Y a veces lo hablan y el entornono le apoya, lo que hace que no sientan como válido lo que sienten y lo repriman”. Eso es un error monumental, ya que la forma de trabajar para combatirla es poniéndole nombre. “Intentando tener información real de lo que es el embarazo y crianza, favorecer al máximo un parto lomenos medicalizado posible (si es necesario medicalizar ohacer una cesáreahay que hacerla, evidentemente), en caso de haber sido un parto medicalizado, más aún hay que fomentar el vínculo: el piel con piel, la lactancia materna, que esté la madre sostenida emocionalmente por un entorno que entiende y fomenta ese vínculo, etc.”, detalla. Y es que, destaca la ginecóloga, solo el piel con piel hace que se fabrique oxitocina, endorfinas y otras hormonas que forman un excelente antidepresivo natural. En cualquier caso, la figura del psicólogo perinatal puede ser de gran ayuda, pues su papel es el de favorecer la salud mental del tándem madre-bebé. “Hay que recurrir a esta figura siempre que sea necesario para promover la saludmental”, incide. No en vano, la terapia perinatal ayuda a restaurar todo lo que pueda haber fallado en el vínculo. “Estoesmuy importantepara la saludmental tantode lamadre comodel bebé, y no solo en la etapadebebé, sino también para su etapa adulta. El tipo de apego que desarrollamos durante las primeras etapas de nuestra vida influye decisivamente en nuestra saludmental adulta”, expone Al Adib. De hecho, en su libro Hablemos de Vaginas, habla con palabras sencillas, para que cualquier persona entienda todo lo que hay detrás del vínculo madre-bebé. “De esto empezó a hablar el psiquiatra John Bowlby en los años 50, pero es apasionante ver a través de la epigenética y las neurociencias cómo se cumple la teoría del apego de Bowlby”, apunta la entrevistada. A través de estas dos disciplinas científicas relativamente nuevas, adelanta, “en este libro hablo sobre de cómo nos afecta a nuestra salud física y mental adulta los primeros años de nuestra vida incluso y hasta cómo los traumas pueden pasar transgeneracionalmente”. Sin embargo, la realidad es que “labúsqueda sinéxitodeundeseadoembarazogeneramuchísima frustraciónymalestar, puedeserun detonanteparadiversos trastornosdeansiedaduotrasdisfunciones (nosoloen lamujer, tambiénen lapareja)”, señalaAl Adib. Especialmente cuandohanentradoenunaespiral dearduos tratamientos de fertilidad, “con todo el desgaste emocional que conlleva”. Prevención antes de iniciar un tratamiento Asimismo, cadavezhaymásmujeres a las que les cuestaquedarse embarazadas, lo que ha tenido como daño colateral el aumento de los casos de estrés y ansiedad, así como de disfunciones sexuales en ambos miembros de la pareja. En este sentido, un proceso de fertilidad también es un duro camino, psicológicamente hablando, para quien lo emprende, por lo que la doctora incide en la importancia de “hacer prevenciónenesteaspecto”. De hecho, comenta, enmuchas clínicas de fertilidad lo tienenmuy presente y disponen de psicoterapeutas especializados en este campo. A la hora de prepararse psicológicamente para transitar este proceso, la ginecóloga manifiesta que “hay saber perfectamente cuál es el camino que vas a recorrer”. “Trazar los tiempos, saber qué viene detrás si falla cada paso que se da. Hay que hacer una buena planificación con la ayuda de profesionales especializados en este campo”, añade. Y es que, según su experiencia, muchas mujeres andan perdidas de un sitio para otro sin conseguirlo porque no van al lugar adecuado. “‘Fulanita fue tal doctor y se embarazó enseguida’, y vas a ese doctor pensando que es la panacea cuando quizás no sea el profesional adecuado para tu caso porque no trabaja con el nivel de especialización que se requiere en el campo de la reproducción; quizás el caso de esa mujer fue un éxito porque simplemente le trató correctamente un síndrome de ovarios poliquísticos sin más, y se embarazó porque comenzó a tener ciclos ovulatorios con el tratamiento”, explica. Pero esto es una cosa, prosigue la especialista, “y otra es cuando llevas un año sin conseguir el embarazo (omenos de un año si eres mayor de 35 o si tienes ya un problema de base); en estos casos hay que acudir a un centro donde hagan todo el protocolo completo de estudio de fertilidad (a ambos miembros de la pareja) y una vez se tenga claro lo que hay, se traza el plan: lo que se va a hacer, el número de intentos, lo que se hará después en caso de no conseguirlo, cuántas veces, qué técnica de reproducción es lamás adecuada en cada uno de esos intentos, cuándo habría que pasar a la siguiente técnica si algo no sale bien… por supuesto también conocer qué tipos de hábitos de vida favorecen tanto a nivel físico comomental (para acompañar todo el proceso)”. Se trata, en suma, “de tenerlo todobienclarodesdeel principio” yno perderse demasiado en ir de un sitio a otro, “porque no tener las cosas claras desgastamucho”. Lomismo si se fracasa en el intento de conseguir un embarazo, subraya Al Adib, “hay que tener claro el camino a seguir, si falla esto qué es lo siguiente, e ir paso a paso”. La depresión posparto, un tema todavía tabú Por otro lado, existen otros trastornos muy comunes en relación a la saludmental perinatal, como la depresión posparto. Más allá de la definición, detalla la doctora, “se tratadeunaalteraciónenel “Trazar los tiempos, saber qué viene detrás si falla cada paso que se da es fundamental a la hora de emprender un tratamiento”

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