IM MÉDICO #58 ANUARIO 2022

im MÉDICO | 58 [ ANUARIO 2022 ] 71 tienen sexo con hombres. “Aunque el número de casos nuevos es muy pequeño”, aclara. Del mismo modo, se da cierta implicación en la transmisión en inmigrantes de colectivos en riesgo, es decir, con una alta tasa de prevalencia. Al respecto, “uno de los grupos donde existe todavía una frecuencia importante de hepatitis C son los inmigrantes de países de alto riesgo”, prosigue el doctor. En nuestro país, son personas que sobre todo proceden de la zona de la India y Pakistán y se asientan por lo general en la zona de Cataluña y Levante; así como pacientes que vienen de Europa del Este (Rumanía, Bulgaria…), que se encuentran tanto en el centro de España, como en la región del Levante y Andalucía. Y en menor medida, también se dan casos originarios de África y Marruecos fundamentalmente. Aunque, según comenta el presidente de la AEEH, “se está haciendo un esfuerzo especial para diagnosticar y tratar a esos pacientes en las áreas de salud, pudiendo así llegar a esos colectivos que tienenmenos contactos con los centros de salud y con lamedicina tradicional”. Sin embargo, el principal problema a la hora de tratar la hepatitis C es que que la infección crónica queda sin diagnosticar porque se mantiene asintomática durante décadas, hasta que aparecen síntomas secundarios al daño hepático grave. Hay datos que indican que el 80% de los pacientes son asintomáticos, pero el experto va más allá. Bajo su punto de vista, “esta enfermedad es absolutamente silente casi en el 100% de los casos”. De hecho, explica, el diagnóstico se suele hacer a través de una analítica. “Muy raramente, a no ser que sea un casomuy avanzado, se lleva a cabopor la clínicade los síntomas del paciente”, detalla el experto. Programas de cribado Con lo cual, subraya que resulta “sumamente importante” el esfuerzode testar apacientes asintomáticos, peroque tenganalgún factor de riesgo. “Por ejemplo, enEspaña, sabemos quemás dedos tercios de los pacientes que puedan estar infectados y nodiagnosticados tienenaproximadamenteentre50y70añosdeedad”. Por eso, desde las sociedades científicas, han propuesto testar, con una serología muy fácil de realizar y con costes menores a un euro, a toda esta población. Al menos una vez en la vida. Como adelanta Callejo, “de estamanera, descubriríamos probablementealrededor del 70-80% de los pacientes asintomáticos que están infectados y no lo saben”. Por lo tanto, “es muy importante hacer esfuerzos en buscar a estas personas entre los grupos en los que sabemos que existenmás riesgos”, insiste. Es igualmente la mejor forma de prevenir la hepatitis C, que básicamente se tiene que hacer, como recalca el especialista, en los colectivos de riesgo. “Ese es el motivo de que los programas de intercambiode jeringuillas ydeprevencióndedaños sean indispensables para reducir el númerode casos, así como la información y la educación médica a estos grupos de riesgo. Sobre todo a hombres que tienen sexo con hombres, en los cuales estamos viendo un incremento en el número nuevo de infecciones en los últimos años”. En contrapunto, los tratamientos con antivirales de acción directa curan la enfermedad en un porcentaje prácticamente al completo. “Esto es muy importante. La hepatitis C tuvo un cambio radical a partir tambiénde 2015, cuando se produjo la apariciónde fármacos antivirales orales nuevos”, analiza el especialista, quien añade que “sonmedicamentos de una eficacia cercana al 100%de los casos, que se prescriben entre dos y tres meses, y prácticamente no tienen efectos secundarios”. Su experiencia en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid le ha demostradoque, conunoodos ciclos de tratamiento, se curan todos los pacientes infectados. Por eso, enopiniónde José Luis Callejo, “este ha sido el gran cambio que ha motivado la revoluciónque sehaproducidoen lahepatitisC”. “Sinceramente, yo creoquecuandotengamosunaperspectivatemporalmásadelante, será difícil encontrar una intervención en salud de tal magnitud en impacto, en supervivencia y en calidad de vida para los pacientes”, agrega. Noenvano, “antesdeesos fármacos, lahepatitis era laprincipal causa de cirrosis, de cáncer y de transplante en nuestromedio. Ahora, por el camino que vamos, si conseguimos eliminarla, se va a convertir en una enfermedad completamente residual”. El éxito de los antivirales de acción directa es el motivo de que no haya ningún fármaco más prometedor en el horizonte de los que ya hay. Al respecto, el experto comenta tambiénque “nohay ninguna investigaciónmásparadescubrir fármacosnuevosporque los que tenemos cubren absolutamente todas las necesidades”. Por esamisma razón, no existe la necesidadde que haya una vacuna, a diferencia de la hepatitis A y B, que sí se pueden prevenir generando inmunidad adquirida. Estas, asimismo, “no vana colaborar nuncaa lacuraciónoeliminaciónde lahepatitisC, pero sí quees importante que todos los pacientes que estén infectados conhepatitis C recibanel suero contra lahepatitis B yA, pues resultamuy efectiva paraqueno sepuedancontagiar deotrahepatitis quepuedaponer en cuestión o en riego su vida”, revela el experto. A su modo de ver, “ya tenemos los mejores tratamientos que se pueden conseguir”. Y esto, concluye, “es una situación sin precedentes enmedicina”. ALGUNAS CLAVES DE LA HEPATITS C En el mundo hay entre 130 y 150 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C Un 10-30% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente sin tratamiento en un plazo de 6 meses El resto desarrollará infección crónica: el riesgo de cirrosis hepática a los 20 años es del 15-30%; y de cáncer de hígado, del 1-5% Las regiones más afectadas son África y Asia central y oriental Hay antivíricos que pueden curar más del 90% de los casos de infección

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