IM MÉDICO #49

I+D im MÉDICO | 49 46 tiene la administración de esta terapia con respecto a otros tratamientos hospitalarios ”. Asimismo, antes de recibir el medicamento CAR-T, el paciente debe haber sido informado específicamente sobre el tratamiento y haber dado su consentimiento por escrito. “ A partir de que el Ministe- r io de Sanidad da el visto bueno a la apl icación del tratamiento, hay un tiempo de espera, puesto que sólo el procedimiento de fabricación de las células dura unas cua- tro semanas ”, añade Kwon. En concreto, y según datos del Ministerio de Sanidad, el t iempo que transcurre desde la solicitud al grupo de expertos hasta la adminis- tración del tratamiento varía entre 40 y 250 días, siendo la media de unos 70 días. Respecto al porcentaje de solicitudes al Ministerio de Sanidad, y según los últimos datos difundidos, estas fue- ron de 386 solicitudes: 312 con diagnóstico de linfoma (290 con linfoma B difuso de célula grande 13 reevaluacio- nes, y 22 de linfoma primario mediastínico) y 74 con diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda de células B. “Un 88% de todas las solicitudes remi- tidas al Ministerio de Sanidad, subraya, por su parte, el jefe del Servicio de Hematología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla , Dr. José Antonio Pérez Simón, quien concreta que “los casos de rechazo, normalmente,corresponden a solicitu- des que no cumplen los criterios según la ficha técnica de los fármacos a aplicar”. Las condiciones en las que debe encontrarse el paciente también son clave, como detalla el Dr. Díez, “ tiene que tener un suficiente buen estado, en general para tolerar la terapia con células CAR-T, y evitar el fracaso inmediato a la infusión. La edad suele ser hasta los 75 años, aunque en la práctica se puede traspasar, con un diagnóstico histológico concreto ”. Durante ese proceso, el paciente se encuentra ingresado al objeto de tener controlados su situación y los posibles efec- tos adversos. Cuando el paciente recibe el alta, se le hace un seguimiento a largo plazo tanto de la respuesta al tratamiento como de las posibles complicaciones, que se lleva a cabo de forma ambulatoria. Fabricación de células CAR-T La estructura básica de una célula CAR-T incluye tres componentes principales: un dominio de reconocimiento de antígeno extracelular de cadena sencilla que se une al antígeno específico de tumor (el más frecuente es CD19), un dominio transmembra - na y un dominio de señalización intracelular. El proceso de cultivar las células T en el laboratorio puede durar de 2 a 8 semanas. Después de estos tratamientos, las células T que se cultiven en el laboratorio se de- volverán al organismo del paciente. El proceso de elaboración de estas células se realiza en las plantas de las compañías farmacéuticas correspondientes, unas en Europa y otras en EEUU. En la actuali- dad, a nivel comercial, están aprobadas por las agencias reguladoras: Axicabtagene ciloleucel y Tisagenlecleucel, ambos receptores quiméricos que van dirigidos al C19, el antígeno expresado en el linfoma difuso de célula grande y en la linfoblástica de estirpe B. El primero, para pacientes adultos con linfoma B difuso de células gran- des refractario o en recaída y linfoma B primario mediastínico de células grandes, y el segundo para pacientes pediátricos y adultos jóvenes de hasta 25 años con leu- cemia linfoblástica aguda de células B refractaria, en recaída post-transplante o en posteriores recaídas, y pacientes adultos con linfoma B difuso de células grandes recidivante o refractario. Lo que se hace es una transducción o manipulación genética para que expresen la molécula quimérica que las convierte en las células CAR-T, un procedimiento para el que se necesita una media de cuatro semanas. Los avances en la manipulación intracelular de las células T con CAR han mejorado la capacidad manipulada de las células T para producir más células después de la infusión en el paciente (expansión) y sobrevivir más en la circulación (persistencia). Lo importante es que estas terapias bien industriales, bien académicas cumplan con las expectativas. Son terapias extremadamente vigiladas por las agencias regulato- rias con los correspondientes controles de calidad y de seguridad para las personas. “La tecnología que se emplea para la fabricación de las CAR-T académicas es similar a las comerciales, prácticamente. De hecho, hay productos académicos que superan en calidad a algunos otros industriales pese a que éstos tienen más ventaja en cuanto a experiencia de tiempo, de uso y de disponibilidad” , según el Dr. Ortiz-Maldonado. Dr. José Antonio Pérez Simón

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