IM MÉDICO #46

CONVERSANDO CON... im MÉDICO | 46 8 Carencias No obstante, explica que “seguimos viendo cómo en las comuni- dades autónomas del País Vasco y Andalucía no existe geriatría en los hospitales ni en su cartera de servicios pública” a pesar de que “todos los países desarrollados la ofrecen”. En este sentido, insiste en que disponer de este servicio “ claramente ofrece más calidad deatencióna laspersonasmayores complejashospitalizadas frente a los servicios clásicos de medicina interna”. Por ello, también considera que es una asignatura que no está completa tampoco en el resto de comunidades autónomas, “en las hay que seguir incrementando su presencia de forma decidida”. En su opinión, la pandemia también ha puesto de manifiesto carencias en el campo de la geriatría hospitalaria: “Hemos sufrido la falta de camas de recuperación funcional geriátrica, lo que antes se llamaban hospitales de media estancia, en todo el país, excepto en Cataluña que tiene una redmuy extensa”. García Navarro, al respecto, también indica que “estas camas se han echado de menos más que nunca porque no hemos podido ofrecer una rehabilitación adecuada a los ancianosmás complejos que han sufrido pérdida de movilidad como consecuencia de un accidente o de una hospitalización prolongada”. Tampoco pasa por alto que esta situación ha traído consigo “periodos mayores de hospitalización y aparición precoz de dependencia”. Además, en las residencias de mayores, “hemos visto cómo hay que integrar los servicios sanitarios y socialesmuchomás ymejorar la coordinación entre Atención Primaria y los servicios de geriatría hospitalarios” . Y, en particular en las más grandes y de referencia, considera que habría que aumentar la presencia de médicos y de enfermeras especialistas en geriatría. Y, en general en todas, también habría que hacer lo mismo con la relación de Atención Primaria, geriatría de residencias y geriatría hospitalaria. Lecciones “ Además, es necesario incrementar de formadecidida la formación engeriatríaentodas las especialidadesque tratanapersonasmayo- res y para todas las disciplinas clínicas, no sólomédicos. Y también creoqueesnecesarioaumentar la transparenciayel rendimientode cuentas en el trato a las personas mayores en hospitales, domicilio y en residencias de mayores” , asegura García Navarro, para quien “una de las primeras lecciones que ha dejado esta crisis sanitaria es que la geriatría es una especialidad absolutamente necesaria en todo el sistema de atención a las personas mayores complejas”. En este sentido matiza que tiene que tener presencia en hos- pitales generales en forma de servicios de geriatría y con una coordinación estrecha con los equipos de Atención Primaria y con los equipos de geriatría de las residencias de mayores. “Tendremos que expandir en el futuro la geriatría para cubrir todos estos ámbitos”, insiste, añadiendo que otra de las lecciones de la pandemiaha sidoaprender que las residenciasdemayoresdeben evolucionar desde el modelo actual a otro con un conceptomás amplio de cuidados de larga duración que incluya un amplio abanico de servicios. Desde la atencióndomiciliaria a las residencias, “peropotenciando muchos servicios intermedios como los centros de día o los pisos con servicios”. O mejorando la financiación de las residencias para incrementar las ratios y la formación del personal que en ellas trabajan, “que es una medida claramente relacionada con la calidad asistencial”. Asimismo, García Navarro considera que los efectos del confina- mientodel añopasado “noshanenseñadoquetenemosquecentrar ahora los esfuerzos en la recuperación funcional de las personas mayores que tienen diferentes grados de inmovilidad, para lo que hayquereforzar losprogramasderehabilitacióntantoambulatorios como las camas de recuperación funcional geriátricas”. En su opinión, ese refuerzo ahora se ha convertido en urgente. También asegura que es necesario avanzar hacia una integración real de los servicios sanitarios y sociales en la atención a los an- cianos más complejos de forma decidida: “No deberíamos seguir viendo laseparaciónqueexisteentreestosdos servicios, quemuchas veces acaba afectando a la persona atendida”. Vacunación La coincidenciadel procesode vacunación con la terceraolade la pandemia, en la que se ha seguido “afortunadamente” un criterio de edad y de complejidad clínica “de forma clara” , “nos hace ver el futuro con optimismo, aunque aún tenemos que ser prudentes en la desescalada de medidas de protección” . La cuarta ola, en todo caso, llega con los residentes y los profesionales de los centros sociosanitarios ya vacunados, así como conpartede lapoblación mayor de 80 años, personas dependientes y conmayor carga de enfermedades crónicas. “También estamos alertando a las autoridades sanitarias de los te- rribles efectosqueel confinamientodomiciliarioestá teniendoen las personasmayoresdependientesquevivenensusdomicilios” , indica García Navarro, que asegura que en las consultas de geriatría se estáobservandounamayor descompensacióndeenfermedades crónicas,másdepresiónyansiedadopérdidademovilidad. Oque en los enfermos con demencia también se ha visto un repunte de trastornos del comportamiento. “Y muchos pacientes ancianos no han visitado el médico por temor a la infección, lo que hace que tengamos muchas pato- logías en espera de ser diagnosticadas. Por todo ello, desde la SEGG pedimos a los responsables sanitarios un esfuerzo extra para ponernos al día”, dice García Navarro, que considera que “los efectos post-post-covid en las personas de más edad y con enfermedad crónica y dependencia son, en muchos casos, peo- res que la infección” y que, en ese sentido, “aún queda mucho trabajo por hacer”. “Estamos alertando a las autoridades sanitarias de los terribles efectos que el confinamiento domiciliario está te- niendo en las personas mayores depen- dientes que viven en sus domicilios”

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