IM MÉDICO #44

im MÉDICO | 44 [ ANUARIO 2020 ] 14 ESPAÑA Segunda y tercera ola Días después, el 25 de octubre, un nuevo estado de alarma entró envigor parahacer frente a los contagios. Aunqueenestaocasión lasmedidas de contención sedejaronenmanos de los gobiernos autonómicos. Tan solo cuatro días después, el Congreso revalidó una prórroga del estado de alarma hasta mayo de 2021. Teniendo en cuenta de que el sistema sanitario español ha sido constantementevaloradocomounode losmejoresdelmundo, es necesariocuestionarsequé sehahechomal paraque la respuesta a la pandemia haya sido insuficiente para lograr frenarla. Parte de la respuesta la dio el informe de evaluación de la Comisión Parlamentaría de Reconstrucción Económica y Social que se constituyó en el Congreso, y que contó con un grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública. Estedocumento loachaca a factores como la faltadepreparación para una epidemia como esta; el retraso en la adopción de me- didas para afrontarla; el alto nivel de movilidad de la población; las carencias del asesoramiento científico; el envejecimientode la población; lasdesigualdades económicas y sociales; y laexistencia de grupos especialmente vulnerables. Es verdad que estos argumentos hasta cierto punto justifican la preocupante situación epidemiológica, que, con sus altibajos, se lleva alargando ya casi un año. Ahora bien, la mayoría de esas causalidades las comparten otros países que, una vez pasada la primera ola, han conseguido moderar la evolución de la pande- mia. Llegados a enero de 2021, España sigue siendo el segundo país en número de casos en Europa y cuarto en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos, Brasil y Reino Unido. ¿Qué ha fallado? En opinión de Roberto Nuño , director de Deusto Business School Health , a lo largo de la pandemia, han prevalecido “criterios de oportunidadsobreloscriterioscientíficos”. Afortunadamente, agrega, “hahabidounavance enorme en la identificacióne implementación de estrategias de saludpública y de intervenciones clínicas efectivas”. Pero, por otro lado, cree que muchas de las estrategias efectivas no se han implementado a tiempo o con la intensidad necesaria para alcanzar el éxito. “Sin menoscabo de la enorme complejidad e incertidumbre derivada de la pandemia, la gobernanza y la coor- dinación han sidomanifiestamente mejorables”. Almenos queda el consuelo, especifica, dequeninguna sociedad democrática ha conseguido un control exitoso a lo largo de las diversas olas y, enel casode España, algunas de las características socioeconómicas y de estilode vidamás positivas como las redes sociales y familiares extensas, la elevada movilidad, la apertura al exterior, la elevada longevidad, etc. “nos han lastrado de forma particularmentesangrante, tal ycomoreflejael excesodemortalidad sufrido desde el comienzo de la epidemia de Covid-19”. De manera que considera que se han hechomuchas cosas bien, pero la macrogestión ha fallado (sigue fallando) por múltiples motivos. “Destaca el elevado grado de confrontación política que es un freno enorme a cualquier iniciativa de coordinación y co- gobernanza”. Asimismo, fallaron “todas las agencias de seguridad que deben prever lamagnitud de una amenaza de este calibre con origen exterior” . En fases sucesivas, “ha habido actuaciones muy cuestionables y formas de ejercer la política y de gestionar que no deberían darse en una democracia avanzada, como son: no tratar como adultos a la ciudadanía y culpabilizarla; la nula participación social en las decisiones; la escasa transparencia en los sistemas de información y en los ámbitos de decisión; la búsqueda recurrente de chivos expiatorios (residencias, jóvenes, hostelería…); la renuncia a la evaluación independiente; la discrecionalidad e inconsistencia de ciertas medidas”. Esas formas de actuar, expone, “contribuyenaminar la confianza en las autoridades en un contexto complejo por la reciente evolu- ción política del país y por el auge de infoxicadores, creadores de fake news, conspiranoicos y movimientos acientíficos diversos”. En el punto en el que estamos, considera que, como se demostró en la primera ola, “siempre funcionan los confinamientos duros” . Ahora, señala Nuño, “hemos aprendido lo suficiente paramodular ese confinamiento con restricciones a lamovilidad individual y co- lectiva, obligatoriedaddel teletrabajo y teleformación, actividades al aire libre sólo en unidades de convivencia y cierre de hostelería y comercio no esencial. Eso es duro, en particular para la hoste- lería, que ha soportado la carga económica y de culpabilización durante toda la pandemia (¡incluso estando cerrada!), pero es una explicación fácil y ha tenido, lamentablemente, buena venta en la ciudadanía”. En definitiva, “un frenazo radical de corta duración cabe prever que preserve mejor el equilibrio salud pública – actividad socioe- conómica,mientras, enparalelo se realizauna vacunaciónmasiva y acelerada” . El reto de la vacunación En referencia a la estrategia de vacunación que menciona el ex- perto, desde que comenzó el 27 de diciembre de 2020, al menos en España no está siendo un camino de rosas. A este respecto, Vicente Ortún , catedrático de economía de la salud de la Univer- sidad Pompeu Fabra, valora que “en España, el cuello de botella de todas lasautonomíasestáenlasdosisdisponibles. Lasquesereciben, se administran. Día antes o día después” . En cambio, ve la situación muy diferente cuando la producción Pfizer/BioNtech y AstraZeneca-Oxford se acelere y el ritmo de vacunación tenga que aumentar notablemente respecto a la “relativa tranquilidad actual”. Entonces, sentencia, “el cuello de botella lo tendremos en Atención Primaria y particularmente entre enfermería. No creo que la privada, muy floja en Atención Primaria, tenga aquí papel destacado (aunque sí puede absorber actividad de la que se irá cancelando pues en este mes pintan bastos al margen de la cepa inglesa)”. Para resolver ese problema de los tiempos de espera y la pro- ductividad insuficiente a la hora de administrarlas, “profesiona- les sanitarios jubilados (de enfermería, medicina, veterinaria...) y voluntarios (incluyendo funcionarios) pueden tener un papel muy destacado. Convendríamovilizarlos debidamente encuadrados en centros sanitarios”. RobertoNuño comparte esta opinión, concluyendo que “la inmu- nización de la mayoría de la población en tiempo récord debe ser la prioridaddeunpaíscuyaeconomíasedesangraysedisparaelparo”.

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