IM MÉDICO #43

im MÉDICO | 43 40 NEUROLOGÍA Desde entonces el mayor conocimiento del comportamiento de la enfermedad, la mejora de los cuidados y también el fracaso de no pocos fármacos ayudan, sin embargo, a poner una fecha menos lejana a un control efectivo de la patología. Al dar pasos no siempre acertados, pero siempre hacia adelante, de una in- vestigación que no cesa. Con esta actitud, la industria farmacéutica mundial mantiene abiertas líneas de I+D por valor de miles de millones en dólares y euros en busca de una terapia definitiva como prioridad. Como informan los expertos estadounidenses redactores del Alzheimer’s diseasedrugdevelopment pipeline: 2020 , actualmente hay activos 136 ensayos clínicos en los que se prueban 121molé- culas. Investigaciones que ya permiten hablar de 29 potenciales medicamentos en Fase III, última etapa previa a su aprobaciónde comercialización. Mientras que se encuentran en Fase II otros 65 y 27 restantes avanzan igualmente en su primera etapa. De los 65 ensayos en curso que se encuentran en Fase II, 10 se centran en la sintomatología (15%) y 55 agentes son agentes que buscan confirmarse como modificadores de la enfermedad (85%). Mientras que, de los 29 ensayos clínicos que hay en Fase III, 12 se dirigen a tratar los síntomas (41%) y 17 están próximos a convertirse en agentes modificadores de la enfermedad (59%). Estas vías de trabajo sonprotagonizadas por sietegrandes corpo- raciones farmacéuticas, que pasaron a colaborar estrechamente en 2019 en Europa. Año en que Biogen, Eisai, Janssen, Lilly, MSD, Otsuka y Roche decidieron sumar esfuerzos. Ante este importante empeño investigador, los responsables del estudio otean avances sustantivos en el tratamiento de la EA. Principalmente con los objetivos de enlentecer la progresión de la enfermedad e, incluso, llegar a prevenirla, desde nuevos enfoques que contemplan, también, la colaboración para lograr los mismos fines entre compañías anteriormente competidoras dentro del libre juego del mercado. Dos tipos fundamentales Esta estrategia combinada permite hablar al presente de dos grandes tipos demedicamentos ya aprobados: los inhibidores de colinesterasa y la mementina . Grupos centrados en la contención de la grave sintomatología asociada a la EA, con el objetivo de prolongar el estado neuropsicológico y funcional del paciente con mejora sustancial de la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Los inhibidores de colinesterasa retrasan la degradación en fases de leves amoderadamentegraves de la EAde la acetilcolina , neu- rotransmisor implicado en los procesos de lamemoria y el apren- dizaje. Mientras que la memantina se muestra útil al disminuir los síntomas al actuar sobre el glutamato , otro neurotransmisor, igualmente implicado en algunas funciones cognitivas. Camino a la prevención en EA Tal comoexpresaron recientemente losdoctores ArcadiNavarro , director del Barcelona Brain Research Center (BBRC) y de la Funda- ciónPasqualMaragall , y MercéBoada , neurólogaydirectorade la FundaciónACE, esun retomédicoy social promover el diagnóstico de la enfermedad e iniciar lo antes posible el daño neuronal. Ha- bida cuenta deque las lesiones en el cerebropueden aparecer 20 años antes de que la patologíamanifieste sus primeros síntomas. En ese sentido, y junto a la investigación en medicamentos, existen dos vacunas para la prevención de la enfermedad de Al- zheimer, del conjunto de 259 proyectos de este tipo de fármacos preventivosquehayencurso, según lapatronal americanaPhrma. Con inclusión de una vacuna terapéutica dirigida a la proteína beta amiloide, tan relacionada con el desarrollo neuordegene- rativo de este tipo de demencia. De manera más primigenia, actualmente, investigadores de la Universidad del Sur de Florida desarrollan un modelo ani- mal dirigido contra los oligómeros amiloides de la proteína beta-amiloide, con la hipótesis de detener la progresión de la enfermedad. Circunstancia que podría enmendar las primeras experiencias del direccionamiento de inmunoterapia hacia dichos oligómeros, que derivó en casos de meningoencefalitis en algunos pacientes. Según el director del estudio , el doctor Chuanhaib Cao , podría evitarse la autoinmunidad derivada de los eventos adversos observados, mediante la sensibilización de las células den- dríticas de la médula ósea con un péptido derivado de tales oligómeros. Con lo que parece que se generan 13 epítopos, reconocibles por linfocitosT, que potencian la inmunidad contra los oligómeros en animales de edad avanzada, pero sin generar epítopos específicos de la forma natural de la beta-amiloide. De lo que se dedujo un hipotético efecto de vacuna con generación de anticuerpos específicos frente a los oligómeros y retrasó la pérdida de memoria en estos animales. Con la salvedad, según Cao, de que el péptido inmunizante no altera las propiedades inmunomoduladoras naturales de las células dendríticas, ni aporta perjuicio inicial para los pacientes con el sistema inmunitario alterado. España país puntero en EA Como buena noticia aportada por Farmaindustria, corresponde a España acoger buena parte de los ensayos clínicos más avan- zados sobre EA abiertos en el mundo. En datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) hay en el país 90 trabajos de este tipo centrados en Alzheimer, con entrada en el Registro Español de Ensayos Clínicos (REEC). Por otro lado, la asociación Alzheimer Europe, en su calidad de mayor alianza de asociaciones sobre esta demencia en la UE, confirma que seis de los ocho ensayos en Fase III sobre EA se desarrollan en el continente europeo; y que cuatro de los seis más avanzados en Fase II cuentan con participación española. Actualmente hay 10 millones de europeos con algún tipo de demencia

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