IM MÉDICO #41

im MÉDICO | 41 57 general en la que pueden aparecer otras comorbilidades” , indica, explicando que “el perfil del paciente de psoriasis es una persona joven o de edad media, con las típicas lesiones en la piel, con ten- dencia a la obesidad, a tener hipertensión, diabetes, factores de riesgo cardiovascular o hígado graso, entre otras comorbilidades claramentedescritas como laartritispsoriásica”, explica Belinchón. Sepresenta fundamentalmente endos picos de edad. El primero aparece durante la infancia en pacientes que suelen tener pso- riasis generalmente el resto de su vida y, un segundo pico, llega una vez que se pasa de los 20 y de los 30 años de edad. Vida saludable “Para poder incidir en la enfermedad de forma global y no sólo en los aspectos cutáneos, de los que lógicamente nos vamos a ocupar, es obvio que el paciente debe llevar una vida lo más sana posible, intentando seguir una dietamediterránea, evitando tóxicos como el tabaco o el alcohol, siendo muy recomendable hacer algo de ejercicio. Si el pacientepudiera llevar acaboeste tipodeactividades, tendría menos enfermedad asociada, lo que podría impactar en unamejora de su esperanza de vida”. Belinchón insiste en que los hábitos saludables son de gran importancia. Más si cabe porque el paciente con psoriasis tiene una mayor prevalencia de ansiedad y depresión. La enfermedad afecta al bienestar psicológico de quienes la desarrollan. “Al ser una enfer- medad visible, el paciente la puede vivir como un gran problema. Lo vivemal y eso le puede afectar en sus relaciones personales, en el trabajo, al exponerse en un gimnasio o en una piscina…Todo ello puedeprovocar que seamás retraídoy, por supuesto, en laconsulta médica tenemos que abordarlo” , considera. Abordaje multidisciplinar ¿Cómo? “El dermatólogopuede intentarhacerloen laconsulta, pero la presión asistencial en dermatología es alta, no somos muchos y haymuchos pacientes. Nosotros queremos ofrecer lomejor, pero el tiempo es limitado”, lamenta. De ahí que considere fundamental el papel de la Atención Primaria en el abordaje multidisciplinar de esta enfermedad, sobre todo en los aspectos relacionados con el riesgo cardiovascular. Además, “seríamuy deseable contar con unidades de psicología que, generalmente inexistentes, a las que referir a los pacientes”. Belinchón es partidaria de fomentar más presencia de enfermería y de psicología en la terapéutica y atención de los pacientes con psoriasis. Y, aunque considera que cada día desde las instituciones se le da más importancia a enfermedades dermatológicas como la psoriasis: “Sin ninguna duda dermatología tiene que crecer porque los pacientes deben tener la oportunidad de ser tratados y las enfermedades derma- “Tenemos excelentes fármacos en la actualidad que prácticamente llegan a controlar la sintomatología de la pso- riasis en un porcentaje muy elevado” tológicas impactan directamente en el bienestar de la persona, no solo en la salud” . Desde la Administración, indica, tratan de dar respuesta y, dehecho, pone comoejemploque seesté facilitando la financiación de fármacos, “algunos muy caros”. No obstante, cree que todavía hay mucho ámbito para mejorar, otorgandomás valor a una especialidad comodermatología que se halla en crecimiento exponencial: “Tenemos que crecer como especialidad porque nuestro estado de bienestar así nos lo está de- mandando. Dermatología está desbordada y es una especialidad que es muy transversal, es decir, prácticamente cualquier enferme- dad sistémica o de otro órgano tiene sumanifestación cutánea y el paciente quiere saber, pero también el médico de otra especialidad quiere saber. La dermatología es una especialidad que tiene que crecer en el sistema público. Somos muy pocos, conmuchas ganas de trabajar, pero también conmuchísima patología que atender”. Fármacos Los avances en los tratamientos de los últimos años permiten controlar la psoriasis en un alto grado. “Tenemos excelentes fármacos en la actualidad que prácticamente llegan a controlar la sintomatología en un porcentaje muy elevado”, valora Belinchón, que explica que el paciente de psoriasis desea y quiere, como el medico, lograr la curación, aunque por el momento no se ha logrado. “Laenfermedadsepuede tratar conmedicamentos tópicos cuandoesabordablepor laextensiónopor lagravedadopor laafec- tación de la calidad de vida. Contamos con algunos tratamientos tópicos que son bastante adecuados, con una cosmeticidad muy conseguida” , indica. A medida que la gravedad de la enfermedad es mayor, siempre que sea posible, se utiliza la fototerapia, que es muy muy bien acogida por sus buenos índices de respuesta y poco riesgo. “En los casosmás graves también tenemos laposibilidadde ofrecer tra- tamientosistémicoconfármacostanconocidoscomoelmetotrexato o más nuevos como los biológicos, gracias a los grandes avances que se están viviendo en los últimos 15 años en psoriasis”, indica Belinchón, que explica que estos fármacos biológicos iniciaron su andadura con los anti-TNF y, en la actualidad, “ ya contamos con los fármacos biosimilares de estos anti-TNF y varios biológicos innovadores”. Por ejemplo, los anti-IL-12/23, los anti-IL-17 y, últimamente, los anti-IL-23. “ Estos dos ú ltimos ofrecen resultados que se acercan a mejoras del 90%, sobre todo para los pacientes que tienen mayor gravedad ”, señala Belinchón. Respecto a los biosimilares de los fármacos anti-TNF señala que “son muy eficaces, conocidos, con buenos resultados tanto en pso- riasis como en artritis psoriásica y que están ocupando un espacio muy importante en la terapéutica del paciente”. “Sería muy deseable contar con unidades de psicología, generalmente inexistentes, a las que referir a los pacientes”

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