IM MÉDICO #41

im MÉDICO | 41 39 “La vitamina D tiene una acción, entre otras, inmunomoduladora del sistema inmune” solar de la mayor parte de la población, lo que puede conducir a estados deficitarios en los niveles de vitamina D. “ Nos hemos comido la primavera ”, dice en términos coloquiales. Vuelve a las enfermedades cardiovasculares. Menciona que hay estudios que revelan que con niveles deficientes de vitamina D, de 25 para abajo, hay mayor riesgo de eventos cardiovasculares, un incremento de la presión arterial, aterosclerosis, infarto de miocardio e incluso mortalidad. Asevera que todas estas enfer- medades son consecuencia de ciertos grados de aterosclerosis. “ La hipertensión arterial tiene muchos orígenes, pero la inmensa mayoríaesdeorigendesconocido.Poresohablamosdehipertensión arterial esencial, ohipertensiónprimaria, cuandodesconocemos la causa ”, observa. El Dr. Neyro señala que “ hay más hipertensos entre los pacientes que tienen vitamina D baja ”. Éste es “ un hallazgo epidemiológico absolutamente demostrado ”, que no significa que, si uno toma vitamina D, se curará su hipertensión. “ Lo que decimos es que el hallazgo de hipertensión arterial se correlaciona con niveles de vi- taminaDbajos ”, advierte. Repite que a las personas a las que hay que dar vitamina D para mejorarles la vida es a las que la tienen baja y no a toda la población indiscriminadamente. ¿Unos niveles óptimos de vitaminaDpueden contribuir amejorar el pronóstico de los pacientes con factores de riesgo cardiovascu- lar?“ En su pregunta está la respuesta. Ustedme dice que esos niveles óptimosdevitaminaDpuedenayudar a laspersonas con factoresde riesgo cardiovascular. Si tienen factores de riesgo cardiovascular, es que ya están en el camino de la arteriosclerosis. No se puede arreglar los factores de riesgo a un sujeto de 65 años que ya es hipertenso y padece diabetes mellitus tipo II. Lo que hay que hacer es intervenir en lapersona cuando tiene 40años,medirle la vitaminaDymante- nérsela siempre bien ”, recomienda. Se refiere a hacer prevención primaria, no esperar a necesitar prevención secundaria. Tener por encima de 60 o por debajo de 10 la vitamina D multi- plica por ocho el riesgo de tener cáncer de mama. “ Con la hiper- tensión, pasa exactamente lo mismo. Si yo estoy esperando a ver cuántos hipertensos hay a los 60 o 65 años, voy a tener el 40%de la población. Realmente, esos sujetos no han debutado con hiperten- siónahora. Se lahe diagnosticado ahora, con 65 años. Claramente, viene con tensiones arteriales límite yadesde los 40. ¿Podríaobtener algún beneficio a los 65? Ésta es una buena pregunta que está sin responder ”, comenta. A sus pacientes jóvenes, de 35 a 40 años, cuando les mira la vitamina D y la tienen muy baja, les deja cla- ro que, si no se tratan, a los 48 la tendrán peor. Y después, aún más baja probablemente: “ Porque por encima de los 45-50 todas las personas comienzan a fabricar menos vitamina D y cada diez años hay un grupo más de la población que se incorpora a los que tienen baja la vitaminaD ”. La fatiga y el cansancio anormalmente duradero deben hacer sospechar de un posible caso de déficit de vitamina D. Por otro lado, el Dr. Neyro resume que “ la vitami- na D es la responsable de la absorción de calcio a nivel intestinal ” y que “ el calcio es el ion de la vida ”. Sin calcio, no hay contracción muscular y, sin ella, no hay vida. Además, la vitamina D está en no menos de 60 tejidos distintos del organismo, con receptores para la vitamina D que no están puestos ahí de manera gratuita por la naturaleza. demostró que la mortalidad de ese grupo se reducía a medida que aumentaba la tasa de vitamina D en sangre, hasta los 45 o 50 nanogramos por mililitro, expone el Dr. Neyro. Era una curva enU, en la que, sin embargo, la mortalidad no se ve reducida más allá de esos niveles, precisamente por el carácter de“ nutrienteumbral ” deestahormona tanparticular. De igualmanera, nivelesmásbajos se acompañaban de mayor y creciente gravedad de los ictus que ingresaban en el hospital de acuerdo con otro estudio, esta vez chino (con población completamente distinta que la anterior). Dosis bajas, sí; megadosis, no Acto seguido, abundando en el riesgo cardiovascular, hace cla- ramente una distinción entre los beneficios de las dosis diarias o semanalesdevitaminaDylaineficaciadelasmegadosismensuales o semestrales. A su juicio, “ las megadosis nunca han demostrado nada ”. Sostiene que un producto que es capaz de demostrar una determinada cosa a una determinada dosis, cuando se le oferta al organismo enmegadosis, que biológicamente nadie podría justi- ficar que la hiciera la fisiología del organismo,“ finalmente se com- pruebaquenohasidocapazdedemostrar loquehacía lavitaminaD endosisnormales ”. Desde el puntode vista biológico, si se necesita tres, por mucho que se tome 50, no va a ser mejor el resultado. “ Hay muchísima controversia en la literatura en función de cuáles han sido las dosis empleadas y sobre qué pacientes se han usado”, manifiesta el Dr. Neyro. “El complejo hormonal es un nutriente um- bral. Significa que, cuando usted no tiene suficiente, su organismo lo pasa fatal y le empiezan a fallar 50 cosas diferentes. Sin embargo, si ustedposeeunnivel adecuadode formaespontánea, porque fabrica muy bien el complejo hormonal D, con niveles de 42 (por ejemplo), por mucho que se le suministre la mejor forma de vitamina D que tengamos en el mercado, no le va amejorar nada. Por encima de un determinadodintel, nohaymotivoparadarmás ”, avisa. Por lo tanto, aportar vitamina D a las personas que tienen un nivel óptimo no sirve.Deaquí vienegranpartede lacontroversiaen la literatura. Así, abogapor seleccionar bienal paciente, paraque laadicióndevita- minaDsea laadecuaday, por ende, eficaz. Con todo,“ lamegadosis no es la forma ideal de tratar a los pacientes con déficit de vitamina D ”. Además, la dosis elegida tiene que ser prescrita por unmédico. Antes de continuar, detalla técnicamente que con menos de 30 nanogramos por mililitro se habla de insuficiencia de vitamina D. Con menos de 20, de deficiencia. Con menos de diez, de de- ficiencia severa. No obstante, él a sus pacientes, en consulta, les recomienda alcanzar 40, porque a partir de esa cifra hay mucha información sobre sus propiedades antineoplásicas. La vitamina D viene en un 80% de la radiación ultravioleta del sol y un 20% de la alimentación. La situación vivida estos meses anterioresdeconfinamientohadificultado lanecesariaexposición

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