IM MÉDICO #38

im MÉDICO | 38 9 Los laboratorios de los hospitales liberan al Centro Nacional de Microbiología (CNM) de parte de su tradicional carga de trabajo y la esterilización, además de dar apoyo a los investigadores que desarrollan sus trabajos en las instituciones ”. Además, sin olvidar las funciones de un campo en desarrollo tan actual como es la calidad asistencial, añade Pollán. A esos destinos se suman, igualmente, el propio CNE y los equipos correspondientes del Ministerio de Sanidad. Asimismo, adelanta que el Ministerio de Sanidad trabaja en un nuevo real decreto que no solo regule las enfermedades trans- misibles, sino que también incluya a las enfermedades crónicas, empezando por las más frecuentes. Vigilar en Salud Pública La directora del CNE ve incuestionable la relevancia de la vigilan- cia en salud pública, como se hace en las enfermedades trans- misibles según dicta la legislación desde los años 80 del siglo XX para saber si pueden surgir brotes de enfermedades infecciosas concretas.“ Así ocurre ”, explica,“ con las enfermedades importadas. Patologías cuya importancia crece ante la expansión que viven al- gunos vectores que subenen latitudpor efectodel cambioclimático y el aumento de las temperaturas en el planeta ”. Para ello, el CNE es el organismo gestor de la red nacional de vi- gilancia, RENAVE, en la que las comunidades autónomas vuelcan sus datos relativos a enfermedades de declaración obligatoria. Información que es procesada en coordinación con el Ministerio de Sanidad para su envío al centro europeo, que dispone de la visión de conjunto de todo el territorio comunitario. Todo este sistema intra y supranacional precisa, según Pollán, “ de la mayor inmediatez posible ante cualquier caso que pueda producirse. Como ocurrió el pasado verano de 2019, por ejemplo, cuando se dio el fenómeno de la listeriosis o más recientemente los casos de botulismo” . Por otro lado, la directora razona que“ lavigilanciade las enferme- dades crónicas no demanda tanta urgencia, pero sí unmarco tem- poral estable y prolongado en el tiempo, dado que estas patologías tardan endesarrollarse y lanecesidad de emitir informes se espacia a lo largo de los años, con la necesidad añadida de monitorizar los factores de riesgo como elementos de valor predictivo. Es necesaria una red de vigilancia específica de las enfermedades crónicas ”. Mayor base en cáncer LadoctoraPollán señala“ elcáncercomoconjuntodeenfermedades con mayor histórico en epidemiología tanto en España como en el resto del mundo. A partir de un conocimiento que se organiza en registros autonómicos y provinciales de tumores (REDECAN), los datos son incorporados, procesados y verificados mediante esta- dísticas anuales ”. En ese sentido, afirma que “ es necesario armonizar, por tanto, la informaciónmedianteavisosparasaber si realmentehayaumentos en epidemiología, este campo adolece de una escasa financiación pública y las peculiaridades de una formación facilitada casi en ex- clusiva por la industria”. Una realidad que pone en relación con el hecho de que la financiación de la investigación se suele realizar paraperiodos de tres años, como sehace al ensayar tratamientos. Los estudios de epidemiología en enfermedades crónicas, como ocurremuchas veces conel cáncer, pone comoejemplo, precisan seguimientosmuchomás largos para conocer el evento concreto de estudiomediante el sistema de cohorte.“ Una situaciónque los investigadores e institutos se ven obligados a salvar encadenando proyectos e introduciendo novedades que justifiquen nueva finan- ciación”, detalla la directora . El epidemiólogo se hace Ante la ausencia de la especialidadde epidemiólogo como tal en España, la doctora Pollán estima que los caminos para dedicarse a esta actividad son diversos. Especialmente porque, como razo- na, la epidemiología es un método para investigar, más que una especialidad en sí misma. En ese aspecto explica que, sin embar- go, “ desde la medicina, la especialidad más idónea para dedicarse a esta tarea es la Medicina Preventiva y de Salud Pública, aunque también desarrollan este trabajo otros perfiles como estadísticos, biólogos, farmacéuticos, químicos oambientalistas”. Además, des- taca la vía formativa del máster anual que el propio CNE pone a disposición de los graduados de la mayoría de las comunidades autónomas, a excepción de Cataluña y Andalucía, que disponen de escuelas propias. En el caso del CNE su directora apunta que coordina los dos módulosdelmáster, dedicados aestadísticaymétodos epidemio- lógicos y diseñode estudios. Además, añade que hay universida- des conmáster específico en estamateria, como laAutónoma de Madrid (UAM), la Rey JuanCarlos en lamisma ciudad y la Pompeu Fabra en Barcelona, entre otras. La doctora también se detiene en “ las estancias y rotaciones que realizan investigadores en el CNE, generalmente sobre vigilancia epidemiológica en enfermedades transmisibles, de cara a poder conocer el sistemaespañol eneste terreno, yaqueenel centroapren- den la metodología de investigación. Estos profesionales rotantes en formación también llegan de otros países como Estados Unidos oMéxico, por ejemplo, al tiempo que también vienen a formarse al CNE otros perfiles como los oncólogos cuando desean aplicar estas metodologías al campo del cáncer ”. Marina Pollán también comenta que el CNE prevé relanzar su veterano programa de formación en epidemiología aplicada de campo (PEAC) para epidemiólogos que trabajan en vigilancia en las comunidades autónomas. Formación que siguió desde un principio las normas de los Centros para el Control de Enfer- medades de Estados Unidos (CDC), con lo que estima que podrá haber una nueva edición de este programa en 2021. En cuanto a las salidas profesionales de las personas que usan la epidemiología en su actividad, la directora habla de“ la docencia en universidades, los servicios de salud pública de las comunidades autónomas y, cuando se trata de médicos, también los servicios de medicina preventiva de los hospitales, dedicados a tareas como el conocimiento y la prevención de las infecciones nosocomiales

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