IM MÉDICO #26

UROLOGÍA im MÉDICO | 26 40 cada vez más alentadores”. Finalmente, señala los progresos en tratamientos médicos incorporados en los últimos años en las fases avanzadas tanto del cáncer renal como en el prostático. Al respecto indica que “los fármacosdenuevageneraciónhanvenido a ofrecer una opción terapéutica en fases de estas enfermedades donde, o no teníamos nada, o los resultados eran paupérrimos”. El ángulo de la calidad de vida A pesar de tantos avances, la especialidad aún presenta retos a juicio del doctor. En su opinión, uno de los principales es “in- tegrar el diagn ó stico molecular a las patologías que nos atañen, intentandoperfilarmejor cadacasode forma individual, tendiendo a la medicina de precisión”. Añade que cada vez avanzamos más en este sentido en el ámbito de la investigación, “pero aún no se ha dado el salto a la clínica diaria”. Otro gran reto que apunta es atender a la calidad de vida que se le aporta a los pacientes una vez que se consiguen supervivencias prolongadas gracias a los nuevos avances diagnóstico-terapéuticos. “Tenemos que considerar la cultura demedir la calidad de vida del paciente como un pilar básico en su tratamiento integral”. Para todo ello la formación y la creación de espacios donde com- partir conocimiento son fundamentales para el urólogo. “Esaes la mejormaneradeofrecer unmejor abordajede las patologías uroló- gicas”, recalca. Apunta al respecto que el urólogo ha tenido que avanzar y actualizarse en las nuevas técnicas quirúrgicas que han aparecido en las últimas décadas, y en estosmomentos existe un desarrollomuy potente de la vertientemédica de la especialidad tanto en patología funcional como en la oncológica. “De ahí que estemosobligadosa formarnos e integrar ennuestraprácticaclínica todos estos avances, si no es así no lograremos avanzar hacia una urologíamoderna”, dice . Para Medina López la formación “ es básica para poder ofrecer las mejoresopcionesdiagnóstico-terapéuticas; es fundamental estar al día en los aspectosmás relevantes de nuestra especialidad” . Añade también la clave de la subespecialización . “Resulta francamente difícil conseguir individualmente la excelencia en todos los ámbitos de la urología, por ello en la mayoría de nuestros servicios existen unidades subespecializadas” . + Calidad vinculada a la tecnología Mantieneque lamejorade los tratamientos enurologíaha venido de la mano de una mejora tecnológica, y pone el ejemplo de la incorporación de ureteroscopios flexibles para el manejo endos- cópico de la enfermedad litiásica que, unido a la evolución del material para tratar la nefrolitotomía percutánea y al empleo de energías para la litofragmentación comoel laser, “sonavancesque han facilitadoel tratamiento integral de la litiasisurinariacompleja, unapatologíaquehastanohacemuchotiempo llevabaa lapérdida del órgano a un número considerable de pacientes”. Por otro lado, comenta que el abordaje laparoscópico de los procesos urológicos ha mejorado la calidad de la cirugía míni- mamente invasiva que se ofrece a los pacientes. “Un paso más ha sido la incorporación de la tecnología laparoscópica con visón tridimensional y la cirugía robótica a la urología, especialidad en la que hoy por hoy presenta su mayor uso fundamentalmente en procedimientos como la nefrectomía parcial y la prostatectomía radical”, subraya, y añade que “en algunos centros españoles se ha incorporado la cirugía robótica para el trasplante renal de donante vivo”. En el ámbito de los tratamientos mínimamente invasivos, hace referencia a los tratamientos ablativos mediante HIFU, radiofre- cuencia o crioterapia para lesiones renales de pequeño tamaño, “e, igualmente, se encuentra en desarrollo la terapia focal para el cáncer depróstataencasos seleccionados (en lugar deextirpar toda la glándula), una vez que hemos conseguido una mejor caracteri- zación del tumor con la RM”. Los implantes tambiénhanexperimentadoavances en sucalidad. Medina López sostiene que la implantación de neuromodula- dores sacros en el campo de la patología funcional, así como los esfínteres urinarios artificiales o las prótesis de pene “están mejorando continuamente sus diseños, redundando en resultados Jefe de servicio Rafael Medina López es médico especialista en Urología y doctor en Me- dicina por la Universidad de Sevilla. Desde el año 2000 ha asumido diferentes responsabilidades dentro del Área de Urología del Hospital Universitario Virgen del Rocío hasta la jefatura del Servicio que desem- peña en la actualidad. Asimismo es profesor asociado del Departamento de Cirugía, dentro del Área de Urología, de la Universidad de Sevilla; coordinador del Programa de Cirugía Robótica del H.U. Virgen del Rocío desde 2009; investigador coordinador del grupo de investigación de Uro- logía adscrito al IBIS (Instituto de Investigación Biomédica de Sevilla), incluido en el área de Oncología; revisor externo de la Agencia Evalua- ción Tecnología Sanitaria de Andalucía y miembro del panel de expertos para Segunda Opinión Médica en Urología del sistema sanitario público de Andalucía.

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