IM MÉDICO #25

im MÉDICO | 25 43 C omo se aprecia en las siguientes líneas y tablas, el presente análisis recoge al mismo tiempo el auge sostenido de los agentes antirreumáticos específicos (M01C), imprescindi- bles en el abordaje de la artritis reumatoide (AR), y la progresiva caídade los antirreumáticos noesteroideos (M01A) y las combina- ciones integradas de corticoides y antirreumáticos (M01B). Impli- cados todos ellos, enmayor omenormedida, en ayudar amitigar y sobrellevar los procesos inflamatorios articulares. Cuadros que se prolongan en el tiempo en forma de dolor y discapacidad, con el paradigma de la AR, una patología todavía desconocida por la población general y que aún muchos reumatólogos tienen que llevar de la clínica a la experiencia del paciente. Comprender mejor la patología No hay duda de que es necesario que aumente el conocimiento de la AR. Un conocimiento que debe avanzar por tres vías princi- pales. La primera es la del respaldo a la investigación como único cauce para poder tenermás ymejores terapias innovadoras. Con especial atencióna lospacientesquenoconsiguen remisióncom- pleta, apesar deestar tratados, yexistir unamplioarsenal terapéu- tico. La segunda vía es la de la difusión social del conocimiento científico, que evitequepartes importantes de lapoblación sigan confundiendo la artritis con la artrosis. Un desconocimiento que lleva amuchos pacientes conAR a infravalorar supatología hasta que el dolor y la inflamación resultan insoportables. En tercer lugar, urge que los profesionales sanitarios, especial- mente reumatólogos, sean cada día más conscientes de que hay necesidades personales de los pacientes que están más allá de las pruebas clínicas. Estas carencias y demandas, de difícil cuantificación técnica, impactan demanera directa en la calidad de vida de las personas. Lo que crea enmuchos casos una diver- gencia entre los objetivos terapéuticos y la calidad de vida real que experimentan las personas afectadas. El papel imprescindible del clínico En línea con el párrafo anterior, el abordaje de la AR debe conci- liar los objetivos terapéuticos del reumatólogo y la voluntad del paciente por mejorar su estado de salud y calidad de vida. Esta necesidad parte de unas visiones y unas distintas proyecciones de futuro sobre la patología que, sin embargo, deben converger. Por un lado, el reumatólogo se afana por detener la progresión radiográfica de la enfermedad. De forma que el paciente regis- tre una puntuación inferior a 2,6 en el indicador DAS28, lo que permite hablar de remisión. Siendo este dato la cuantificaciónde las articulaciones inflamadas y doloridas que tiene el paciente. Por suparte, el paciente anhela ver controladas las características de la enfermedad que condicionan severamente su calidad de vida. Entre ellas, están el dolor, la fatiga, la rigidez especialmente matutina y la pérdida de funcionalidad física ymental. Cortapisas a su autonomía personal y desempeño cotidiano que tienen un impacto directo en su situación emocional, sexual y laboral, con un resultado de insatisfacción general en lamayoría de los casos. La diferencia entre la labor profesional del reumatólogo y las ca- rencias sentidas por el pacientemuestran un saldo desfavorable para el segundo, en términos de necesidades no atendidas. Para cubrirlo, se dispone de los patient reported outcomes (PROs), que incorporan las apreciaciones subjetivas de los pacientes a los en- sayos clínicos.Tales PROs son validables, sensibles a variaciones y reproducibles, con lo que enriquecen mediciones clínicas como el número de articulaciones afectadas. Los PROs más habituales son el dolor, la evaluacióngeneral del paciente, la autovaloración de su funcionalidad, su fatiga y su calidadde vida en relación con su salud (HAQ). Tratar a medida En el terreno de la terapéutica, los ensayos clínicos no son de- masiado halagüeños, ya que muestran poco más del 30% de los criterios de remisión en AR temprana. Porcentaje que aun baja al 25%en la práctica clínica. Esto no significa, en absoluto, que esta patología no tenga un amplio arsenal terapéutico. Estos grupos demedicamentos, que todavía no aspiran a curar la enfermedad, tienen comometa eclipsar sus signos y síntomas, mediante indi- caciones agresivas y una atenta observación del paciente. Este seguimiento se realiza cada tres meses de enfermedad activa y de manera personalizada. En las consultas se lleva a cabo el re- cuento de las articulaciones afectadas, con el índice DAS28, y se tomanotadeotros factoresdestacables como las comorbilidades. Cuando el paciente refiere dolor, inflamación y rigidez en Atención Primaria, suele ocurrir que se le prescriban AINEs, antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno y otros), o de inhibidores de la ciclooxigenasa (COXibs), incluso antes de la instauración de cualquier diagnóstico de AR. Estos dos grupos de fármacos, efectivos contra el dolor y la rigidez, con mayor selectividad en los segundos, muestran sin embargo como inconveniente la toxicidad en estómago y riñón, cuando su uso es prolongado. ANTIINFLAMATORIOSY ANTIRREUMÁTICOS TOP 3 PRODUCTOS ANTIRREUMÁTICOS NO ESTEROIDES AGENTES ANTIRREUMÁTI- COS ESPECÍFICOS ASOCIACIONES DE ANTIRREU- MÁTICOS Y CORTICOIDES ARCOXIA METOJECT INZITAN ESPIDIFEN EFG DOLQUINE NEURO DAVUR PLUS IBUPROFENO KERN ARAVA FIACIN 3 clases terapéuticas a nivel 3 del mercado y Top 3 productos según ventas en euros PVL a MAT 12/2017 Falta una ma- yor conciencia sobre la Artritis Reumatoide en la sociedad y muchos pacientes

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