IM MÉDICO #24

im MÉDICO | 24 15 Calidad y mortalidad Así mismo, Carles Illa analizó un caso de variabilidad del Índice de Mortalidad Ajustado por Riesgo por hospital (IV) en España, a partir de datos procedentes de 32 hospitales del SNS en 2014, igualmenteapartir dedatosTop20Hospitales. Como requisitodel estudio, se consideróque cada unode estos centros asistenciales fuera referencia en, almenos, alguna especialidadclínica. Enestos términos, los valores registrados se distribuyeron entre 0,6 y 1,4, con la media situada en 1,0, como divisoria de la mitad de los hospitales analizados (Tabla9). A la vistadeestagráfica, el experto se refirió a lamortalidad como a una de las magnitudes quemás claramente determinan la calidad asistencial en los hospitales, siendo a la vez un buen dato de comparación entre centros. En otra dimensión, Illa también escrudiñó el concepto de Pro- ductividadpor cada trabajador en el mediohospitalario, trascen- diendo suestudiocomomero temade calidady adecuación, para ser cuestiónde eficiencia asistencial y equidadde la atención. De esta forma, consideró la Variabilidad de la productividad (UPH) por trabajador sanitario en España a partir de datos extraídos en 2013 de 125 hospitales del SNS. En suanálisis, el directivo trazóuna fronteraentre lasposibilidades que ofrece la producción (Tabla 10) para plantear interesantes interrogantes. Entre otras cuestiones se preguntó si, tras analizar dos hipotéticos hospitales (A y B), procede dudar que deban recibir el mismo monto, cuando resulta evidente que su grado de productividad es distinto. A lo que añadió la necesidad de conocer el impacto económico que puede generar, con valor universal, la posibilidad de igualar la productividad en ambos centros asistenciales. En este estudio, el directivo de IQVIA colocó en el eje de la orde- nada (“y”) el número de unidades de producción hospitalaria, y el número de trabajadores sanitarios en el eje de la abscisa (“x”). Entre dichas unidades, situó el máximo de ellas en 140.000 frente a un máximo de 5.000 profesionales en ejercicio. Donde el punto de comparación entre los hospitales A y B se situó entre las 95.000 unidades aproximadas, y las 72.000, respectivamente, lo que arrojó una variabilidad demás de 38 puntos. Por lo que el experto volvió a preguntarse si ambos hospitales deben recibir el mismo monto de recursos, ante una productividad tan diver- gente, enperjuiciodel hospital B, claramentemenos eficiente en su ejecutoria laboral. (Tabla 10) La evaluación que no cesa Con esta pieza se cierra la serie de artículos dedicada a “ El poder de la información para transformar los servicios de salud” . Su vigencia se mantiene en el tiempo ante las fuerzas centrífugas que amenazan la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, especialmente el envejecimiento poblacional y la cronicidad. Dentro de un cambio de modelo que no termina de transitar de la atención masiva de pacientes agudos a crónicos. Por ello, y a la vista de las reflexiones de Carles Illa, acrisolada en estudios realizados en cientos de hospitales públicos, el SNS debe dotarse de una visión tan integradora como transversal entre sus distintas esferas asistenciales, según ejes comunes a toda organización como el retorno de la inversión realizada y los recursos empleados, en aras de una mayor eficiencia, capaz de reducir la gran variabilidad todavíamanifiesta entre los distintos hospitales. Ya que, hoy nadie lo duda, la evaluación hospitalaria es indisoluble de los ejercicios de eficiencia comparada. + La mortalidad como modificador de la calidad Variabilidad en la productividad de los trabajadores sanitarios en hospitales 9 10 La evaluación hospitalaria es indisoluble de la eficiencia comparada

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